Qué pasará con el servicio diario de trenes a Capital Federal

En pocos días más el presidente electo se sentará en el sillón de Rivadavia y comenzará a gobernar. Los argentinos hemos elegido dentro del respeto a la constitución y la ley. Para nadie es una novedad que el ciudadano Javier Milei prometió llevar adelante un feroz ajuste del gasto público y terminar con los privilegios de la política. La legitimidad de las urnas nos obliga a permitirle poner en marcha su plan de acción ajustado a una concepción ideológica que merece ser respetada. De cualquier modo, cada ciudadano, en función de lo que se informó a través de la plataforma electoral de La Libertad Avanza, puede empezar a medir cuál será el impacto que las medidas a tomar por la próxima administración nacional puede tener en su vida cotidiana. Para los sectores de menores ingresos, que incluye a trabajadores, jubilados y estudiantes entre tantos otros, la recuperación del ferrocarril les devolvió la posibilidad de traslado a un precio muy accesible y de buena calidad. Hoy un pasaje de ida y vuelta en ómnibus a Capital Federal es el equivalente a casi el 20 por ciento de una jubilación mínima. En los próximos días se desregulará el precio de los combustibles y esa medida impactará de inmediato en el valor del pasaje. En Chacabuco hay cientos de vecinos y vecinas que por razones de salud, estudio y porque no de mini turismo, encontraban en los trenes un solución para trasladarse hasta la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, localidades intermedias y, últimamente, algunas frecuencias para llegar incluso hasta San Luis y Mendoza. El presidente que asumirá el próximo domingo 10 tiene suficiente legitimidad para poner en marcha un nuevo plan de gobierno, pero también tiene la responsabilidad de garantizar el acceso a los servicios básicos e indispensables para todos los ciudadanos. Si el tiempo le da la razón y su administración es exitosa, tal vez muchos reclamos queden en el recuerdo. Ojalá sea así, por el bien de todos. La realidad con la que se encontrará en pocos días es otra y las medidas a tomar deben estar impregnadas de la savia común de humanidad y solidaridad que cada argentino merece.
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