Récord de cheques rechazados
El Banco Central confirmó un máximo histórico de cheques rechazados por falta de fondos en septiembre de 2025: casi 93.000, un alza interanual del 177%. Es un indicador contundente del estado de la economía real. La caída del consumo y la asfixiante política monetaria quiebran la cadena de pagos en miles de PYMES, paralizando la producción y el comercio. La necesidad de bajar las tasas e inyectar liquidez urgente al sector productivo y el comercio.
La economía real sigue emitiendo señales de alarma ineludibles. El Informe de Pagos Minoristas del Banco Central de la República Argentina (BCRA) para septiembre de 2025 reveló que los cheques rechazados por la causal de 'fondos insuficientes disponibles' alcanzaron un máximo histórico. Es un indicador crudo y devastador del estado de solidez de quienes producen, comercian y prestan servicios en nuestro país. Este fenómeno no es una simple estadística financiera, es el retrato de miles de pequeñas y medianas empresas, de Pymes asfixiadas por la política monetaria del gobierno de Javier Milei y la brutal caída del consumo.
Las cifras exponen un deterioro acelerado. En septiembre de 2025, la cantidad total de cheques rechazados escaló a 181.000, un salto interanual del 60% y más del doble (+121%) respecto a finales de 2023. Pero el dato más preocupante se concentra en los cheques devueltos por 'falta de fondos', que rozaron los 93.000. Este número representa un incremento del 29% respecto a agosto y el astronómico 177% en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando el indicador apenas superaba los 33.000. El Banco Central confirmó que esta cifra no se veía desde junio de 2020, en el pico de la parálisis generada por la pandemia.
¿Qué significa para la producción y el comercio?
La explicación de este fenómeno es técnica, pero su impacto en la vida económica es directo y devastador, afectando la producción en tres niveles fundamentales.
Por un lado, la estrangulación de la liquidez y el crédito. La política económica de Luis Caputo buscó un apretón monetario feroz, reduciendo la cantidad de pesos en circulación para contener la inflación. En paralelo, el endurecimiento monetario se sostuvo con tasas de interés desorbitadas, alcanzando niveles prohibitivos.
Esta estrategia ha tenido un costo brutal para el sector productivo. Las Pymes, la columna vertebral del empleo y la producción, dependen históricamente del crédito para financiar su capital de trabajo. Con ventas en caída libre a causa de la recesión y el consumo desplomado, y con costos financieros por las nubes, miles de empresas no logran generar el flujo de caja necesario para cubrir los cheques que emitieron semanas o meses atrás. La restricción del crédito y la escasez de liquidez actúan como un estrangulador de la producción, haciendo imposible la supervivencia operativa.
En segundo lugar, el número récord de cheques sin fondos confirma que se está quebrando la cadena de pagos. Un cheque rechazado por la empresa A impacta directamente en la solvencia y liquidez de la empresa B (proveedor), que a su vez no podrá cumplir con sus propios compromisos con la empresa C. Este efecto dominó paraliza la circulación de dinero.
Esto se traduce en consecuencias concretas: comerciantes que no pueden reponer mercadería, fábricas que operan a media máquina y proveedores que detienen las entregas por falta de cobro. La crisis ya no se limita a las pymes más frágiles; está afectando a medianas empresas industriales, comercios consolidados e incluso cooperativas. La falta de liquidez está generando una 'bola de nieve' de compromisos impagos que podría desembocar en una crisis crediticia de magnitud si no se inyecta liquidez productiva.
Y, en tercer lugar, la escalada de rechazos expone la profunda desconexión entre la retórica oficial y la realidad productiva. Mientras el gobierno celebra el 'superávit fiscal', la caída del riesgo país y asegura que 'la inflación se está derrumbando', la economía real sigue en una situación crítica. Los datos del BCRA revelan que detrás de cada cheque rechazado hay una historia concreta: un negocio que no vendió lo suficiente, un proveedor que no cobra y, en última instancia, un empleado que no cobra a tiempo.
En los últimos días, el equipo económico viene intentando una baja de tasas de interés a pasos acelerados. Es fundamental que los bancos vuelvan a prestar a personas y PyMEs, para impulsar el consumo y la actividad. En dos sectores claves para la creación de empleo, como la construcción y el textil, se han destruido más de 250 mil puestos laborales en los últimos dos años.
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