Remarcaciones sin tregua

En estas últimas semanas, las familias de Chacabuco sienten una preocupación que se expande en toda la Argentina: la economía entró en zona de turbulencias. Los datos, alarmantes por sí solos, se manifiestan en la vida cotidiana. El dólar supera récords; las tasas de interés -oficiales y no oficiales- se disparan; y los precios, especialmente de los productos básicos, vuelven a subir a un ritmo cada vez mayor. Este viernes el dólar oficial superó los 1500 pesos y ya está arriba del techo de la banda cambiaria, lo que, sumado a la caída de las reservas del Banco Central, crea un cóctel explosivo. El consumo está en caída libre mientras los precios siguen al alza; lo que se conoce como estanflación (estancamiento con inflación) ya es una realidad palpable. El INDEC informó que en agosto la inflación mayorista trepó al 3.1%; y ese indicador no incorpora las nuevas subas del dólar. Un sector clave para nuestra economía, como la construcción, también sufre las consecuencias. Después de un ajuste promedio del 4% en agosto, las recientes tensiones cambiarias provocaron remarcaciones en los corralones de entre el 7% y el 11% en materiales de uso masivo. Los combustibles también tuvieron alzas, aunque las empresas no lo hayan comunicado en los medios masivos. Los traspiés del Ejecutivo nacional en materia económica han consolidado un panorama muy difícil, en el que la confianza se pierde y el poder adquisitivo se pulveriza. El desafío es enorme: ¿cómo se logrará salir de este período de incertidumbre y se evitará que una nueva devaluación deje a nuestras familias aún más desprotegidas?