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Siempre hemos contado la verdad completa

24/03/2024
Siempre hemos contado la verdad completa

Por Marcelo Chata García

Eso no los exculpa. Dudo que alguien dedicado a la historia: investigador, divulgador, docente, haya negado en algún momento la existencia de violencia política antes del golpe de Estado de 1976. Se habla de los grupos armados identificados con el peronismo o la izquierda, y de la Triple AAA; aniquilados los primeros, absorbidos los últimos por el aparato represivo del gobierno de facto. Sin embargo, la violencia anterior no justifica las detenciones arbitrarias, las torturas, las violaciones, la apropiación de bebés, los asesinatos, las desapariciones…

Discutir el número de los desaparecidos no los absuelve. Es cierto que 30.000 es una presunción.  La diferencia con los casos que se han podido comprobar no quiere decir que los desaparecidos hayan sido menos. Evidencia las dificultades para reconstruir muchas historias. El grito por los 30 mil es hacer presentes a los que aún no se han hallado; es el espacio de memoria que se llena con cada juicio por la verdad. Vale aclarar: los represores fueron condenados por los hechos comprobados, por lo tanto atarse al número de casos reconocidos es validar la prueba. Si discuten el número es para que no sigamos buscando.

Incluso aceptando la tesis de que fue una guerra contra el terrorismo subversivo, no los exime de nada, porque alcanza las atrocidades que hicieron para considerarlo crímenes de guerra. Los enfrentamientos fueron pocos, muchos de ellos escenificados para justificar asesinatos; la mayoría de los detenidos-desaparecidos fueron capturados en sus casas o lugares de trabajo sin garantías ni juicios, sin quedar demostrado sus vínculos con las agrupaciones armadas; las torturas, violaciones sexuales y apropiaciones fueron actos de perversión ejecutados desde el poder del Estado.

Pedir ahora juicio por las víctimas de las organizaciones armadas no los disculpa, porque nunca le recriminan eso a la dictadura. El Proceso de Reorganización Nacional conjugó a las tres fuerzas armadas –ejército, marina y aérea-; controló el Ejecutivo, cerró el Legislativo e intervino el Judicial; puso bajo su órbita la policía, la prefectura y la gendarmería; actuó a nivel nacional, provincial y municipal; es decir, si hubiera querido pacificar al país y llevar a juicio a los grupos armados tenía capacidad de sobra para hacerlo, pero lo que desplegó fue Terrorismo de Estado. La pacificación vino de la mano de Alfonsín, los organismos de DD.HH., los Kirchner que garantizaron juicios justos.

Contar la historia completa implica incluir otras cuestiones además de la violencia política de los '70, y eso no los dispensa en absoluto. Es remontarse a los Golpes de Estado que desde el '55 proscribieron al peronismo, reprimieron al movimiento obrero, interrumpieron continuamente el orden institucional, ejecutaron adversarios. Supone incluir las cuestiones económicas como el hecho de hacerle pagar al pueblo la destrucción de la industria sustitutiva de importaciones con el concebido aumento de la pobreza, la precariedad laboral y las menores oportunidades. Es comprender que hubo grupos empresarios que se favorecieron con la represión militar. 

Contar la historia completa supone reflexionar sobre qué defendía cada uno, cuáles eran sus ideas de país, qué mundo querían los desaparecidos. Implica incluir la cultura y explicar la censura de escritores, músicos, actores, la quema de libros -incluso infantiles-, la persecución a científicos y profesores universitarios; artistas e intelectuales que desaparecieron, fueron asesinados o tuvieron que exiliarse.

En realidad nunca les interesaron las víctimas de la guerrilla, son solo su excusa para justificar a los represores y hostigar a la sociedad. Nosotros siempre hemos contado la historia completa, eso los hunde, muestra lo miserable que son. Por eso la continua mentira, por eso la persecución, por eso nos quieren callar.  Nunca más.

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