Un mundo en llamas

OPINIÓN / Por Gustavo Porfiri
Mientras por estas pampas seguimos aguardando algún anuncio concreto del nuevo gobierno, asumido el domingo, vamos a repasar, sobre el final de este 2023, la situación global en relación a los conflictos armados en vigencia. Estamos marcando un nuevo récord: 183 situaciones de confrontación armada.
Según informó recientemente Bloomberg, citando al Instituto Internacional de Estudios Estratégicos de Londres (IISS, por sus siglas en inglés) que publicó esta semana la última edición de su estudio anual sobre conflictos armados, un total de 183 conflictos regionales y locales han sido documentados a nivel mundial este año. Se trata de la cifra más alta registrada en tres décadas. El informe "pinta un panorama sombrío de violencia creciente en muchas regiones, de guerras que se resisten crónicamente a la negociación de la paz", así como destaca "la intratabilidad como característica definitoria del panorama de conflicto global contemporáneo", indicó el medio.
En el documento no se abordan las confrontaciones de grandes actores en el escenario internacional como China, Rusia, EE.UU. y sus aliados, pero se menciona que los movimientos como Hamás "cuentan con el apoyo de grandes potencias disruptivas". Según se afirma, "el mundo no se ve inmediatamente amenazado por una gran guerra, como las de 1914-1918 y 1939-1945, pero las tensiones están aumentando", especialmente entre Washington y Pekín. "Demasiados estadistas vieron la guerra como un instrumento político utilizable, lo que resultó ser un error de juicio catastrófico", añade el informe. El IISS comunicó que aún se mantienen abiertos los conflictos entre China y Taiwán, Rusia y Ucrania, Azerbaiyán y Nagorno Karabaj, así como entre la India y Pakistán, entre otros. Además, "persiste el peligro de que la devastación de Gaza por parte de Israel precipite a una lucha más amplia en el Medio Oriente".
Entre tanto, los autores del estudio advirtieron que "la aceleración de la crisis climática continúa actuando como un multiplicador, tanto de las causas fundamentales de los conflictos, como de las debilidades institucionales en los países frágiles". De acuerdo con las estadísticas, la intensidad de los conflictos crece cada año: las muertes aumentaron un 14% y los eventos violentos un 28%. El mundo está "dominado por conflictos cada vez más intratables y violencia armada en medio de una proliferación de actores, motivos complejos y superpuestos, influencias globales y un cambio climático acelerado", alertaron los especialistas del IISS. Al mismo tiempo que Bloomberg recordó: "los Estados autoritarios rechazan rotundamente la doctrina de que la ONU tiene derecho a intervenir en situaciones donde se violan los derechos humanos".
La perspectiva para Ucrania
Con respecto a uno de los conflictos más importantes de los últimos tiempos, desatado con la intervención militar especial de Rusia en Ucrania, el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso), Serguéi Narýshkin, ha publicado recientemente un artículo en la página oficial del organismo. "Con respecto a la situación en Ucrania, podemos esperar que los políticos occidentales, debido a la imposibilidad objetiva de lograr una victoria militar sobre nuestro país, intentarán retrasar las hostilidades todo lo posible y convertir el conflicto ucraniano en un segundo Afganistán a la espera de nuestro agotamiento gradual en la agotadora lucha", destacó Narýshkin, agregando que Occidente intentará hacerlo "a través de una serie de medidas económicas y diplomático-militares", incluidas las sanciones y los suministros de armas a Kiev.
Sin embargo, según el alto oficial, es muy probable que un mayor apoyo a Kiev, sobre todo teniendo en cuenta la creciente "toxicidad" de la cuestión ucraniana para la sociedad occidental, "acelere el declive del prestigio internacional de Occidente". "La propia Ucrania irá convirtiéndose en un agujero negro que absorberá recursos materiales y humanos", señaló. Y concluyó afirmando: "Al final, Estados Unidos se arriesga a un segundo Vietnam con el que tendrá que lidiar cada nueva Administración estadounidense hasta que llegue al poder en Washington una persona lo suficientemente razonable que tenga el valor y la determinación necesarios para tapar el agujero".
Hay salida
Para no cerrar esta nota con más carga pesimista, vamos a recordar que -aún en medio de las bombas- hay un mundo nuevo que está aflorando. "La línea agresiva e interesada de la minoría occidental ha provocado una grave crisis en las relaciones internacionales. Los riesgos de un conflicto mundial son cada vez mayores", decía en octubre de este año el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov. Sin embargo, continuó, "existe una salida a la situación actual". Y detalló: "Se está forjando un orden mundial nuevo, más justo y multipolar. La mayoría mundial, que representa el 85% de la población de la Tierra, aboga por un reparto más equitativo de los bienes globales, el respeto a la diversidad de las civilizaciones y una democratización congruente de la vida internacional". En contraposición, habló de "un estrecho grupo de Estados occidentales, encabezado por Estados Unidos, que pretende frenar el curso natural de las cosas con métodos neocoloniales y conservar su escurridizo dominio". "Es necesario conseguir que el espíritu de multipolaridad consagrado en la Carta de las Naciones Unidas se haga realidad", enfatizó, y subrayó la necesidad de reformar cuanto antes los mecanismos de gobernanza mundial, y aprovechar al máximo el potencial de los nuevos tipos de alianzas que reflejan los intereses del Sur Global, ante todo los BRICS.
Claro que en esta República estos conceptos están un poco lejos de la visión del nuevo gobierno, cuya figura máxima anduvo este domingo a los abrazos con el titular del régimen nazi de Kiev.
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