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Una bomba que estalla

07/10/2025
Una bomba que estalla

El endeudamiento en personas físicas de la argentina alcanzó el nivel más alto de los últimos 15 años: el 91% de los hogares tiene una o más deudas. Se gana menos de lo que se destina a los gastos fijos y la problemática se volvió estructural. Una de las cuestiones centrales es cómo se fueron modificando las razones del endeudamiento, es decir, para qué se toman los créditos de consumo: se pasó de las compras de materiales para la construcción a patear para adelante o financiar las necesidades básicas. En esta nota y con el aporte de distintas miradas, te contamos cómo se vive en el territorio y qué impactos tiene en la salud mental. 

Por Martina Dentella 

 

Los niveles de endeudamiento con tarjetas de crédito y préstamos personales alcanzaron sus picos más altos desde 2021 durante los últimos meses y marcaron un deterioro en la capacidad de pago de los hogares. El sistema financiero registró esta alarmante señal en sus balances más recientes. La situación se ve agravada por datos del IETSE (Instituto de Estudios Sociales y Económicos) que confirman que el 91% de los hogares tiene algún tipo de deuda. Además, la gran mayoría sigue destinando una porción crítica de sus finanzas: más del 40% de sus ingresos se utiliza para pagar estos compromisos. El endeudamiento se ha convertido en una carga insostenible para el presupuesto mensual de las familias. 

'A las familias les da temor revisar la situación de sus deudas'

Inés Peire es trabajadora social y Co-Directora de la Asociación Civil Puertas Abiertas, una organización que acompaña anualmente a más de doscientas mujeres emprendedoras de la ciudad y el área Metropolitana de Buenos Aires, la mayoría en situación de pobreza. En diálogo con este medio asegura que 'desde el 2024 los sectores populares de Argentina se están endeudando para pagar servicios básicos y alimentos'. Según un informe de Eco Data los hogares pobres se endeudaron más en comparación con el 2023, y las mujeres de entre 30 y 45 años son las más afectadas por esta problemática, particularmente las que tienen niños a cargo. 

Por otra parte, el Observatorio Social de la Universidad Nacional del Litoral destaca que uno de cada cinco hogares tiene problemas para pagar sus deudas, y que una nueva arista de la problemática es que aparecieron deudas por apuestas virtuales. 

En relación al fenómeno de recrédito o deudas múltiples, Peire señala que 'las familias suelen tener varias deudas, con tarjetas, aplicaciones, familiares o prestamistas, y suelen no tener claro cuáles priorizar'. Desde la Asociación Civil, realizan capacitaciones, generan grupos de pares o red de sostén, y gestionan pequeños microcréditos para iniciar o ampliar un negocio. 'Dentro de estas capacitaciones notamos que la gran mayoría no tiene el hábito de hacer cuentas, muy pocas tienen un presupuesto familiar, y la mayoría se endeuda sin tener claro cuánto está pagando de intereses, cuánto va a pagar al finalizar el préstamo', dice y asegura que 'a muchas familias les da temor hacer los presupuestos familiares, les da temor y angustia poder mapear la situación de sus deudas'. 

La falta de ingresos económicos, la falta de educación financiera, la sobrecarga en sus roles de cuidado y la falta de oportunidades en general son un combo que las deja expuestas a tomar deuda 'de la mala'. Se trata de uno de los conceptos que trabajan en las capacitaciones: la diferenciación entre 'deuda buena' y 'deuda mala'.  'La buena es aquella que me genera un activo. Por ejemplo, que se endeuden para comprar una herramienta que les permita trabajar más y mejor', explica.  En ese recorrido en el que acompañan a decenas de familias a 'sanar' sus deudas, señalan que 'a veces endeudarse es estratégico y te puede habilitar un crecimiento', pero Peire destaca que 'el problema está siendo el destino de esa deuda', tanto como la desinformación sobre los intereses. 'Muchas familias solo acceden a prestamistas informales que cobran tasas de interés altísimas y como el pago es diario a las familias les parece posible, pero al final el freezer que compraron les salió tres veces más caro que si lo hubieran comprado con tarjeta de crédito', dice. 

Para la trabajadora social la educación financiera 'es super necesaria en todas las edades'  y define que 'sería maravilloso que se incorpore en las escuelas, aunque por el momento son que las organizaciones sociales están siendo punta de lanza en esto ya que muchas lo incorporan como parte de sus programas de desarrollo comunitario'. 

 

'Hay jubilados sacando créditos para pagar la luz'

 

Cecilia Tilli trabaja en el Instituto de Previsión Social e insiste en que 'la cuestión del endeudamiento familiar hoy es un factor común en la comunidad'. 'La realidad es que hoy cuesta mucho llegar a fin de mes y creció muchísimo el empleo no registrado sobre todo en el área de pensiones sociales'. En particular, la preocupan los jubilados que 'tienen ingresos tan ajustados que tienen las tarjetas de crédito hasta las manos, deudas en el banco por créditos que han pedido, créditos con financieras que los revientan y se los descuentan de los haberes'. 'Los ingresos se les van en la tarjeta de crédito, pagan el mínimo y siguen consumiendo, para el súper, un regalito para el nieto, cosas mínimas pero que va sumando al día a día, van acumulando. Muchos viven así, hasta que llegan al punto de sacar un crédito para pagar la luz', explica en diálogo con este medio y asegura que 'muchas familias están eligiendo si comen o si compran medicamentos, pañales, o pagan los servicios'. 

Por otra parte, señala que 'las familias cuando se dan cuenta de la situación en la que se encuentran se angustian, porque es muy triste, y tampoco tienen otra salida, se encuentran con una bola que ya no la pueden parar, porque además los intereses son imposibles de pagar'. 


 

El impacto de las deudas en la salud mental 

 

El psicólogo clínico Mariano Rato, advierte que el endeudamiento familiar 'genera estrés crónico, como mínimo' y que 'impacta en todos los miembros de la familia'. Para Rato, 'la sensación de no poder cubrir lo básico y de estar siempre corriendo detrás de la deuda, alimenta la ansiedad, la irritabilidad y en muchos casos los conflictos con la pareja y con los hijos'. 

'Cuando las cuentas no cierran, la mente no descansa, aparecen dificultades para dormir, pensamientos repetitivos y una sensación de pérdida de control que definitivamente desgasta la autoestima y también la convivencia', dice el licenciado y afirma que 'esto lo saben muy bien las financieras y todas las empresas que ofrecen dinero se agarran justamente de este factor psicológico para prestar a alta tasa'. 

Según Rato, las emociones más frecuentes asociadas a la deuda son ansiedad, miedo, culpa, vergüenza y surgen 'porque la deuda se vive como una amenaza constante'.

'Los psicólogos trabajamos en conjunto muchas veces con asesores financieros, con economistas, y la primera cuestión es que puedan reconocer esa situación, poder ponerlas en palabras, para luego establecer un plan realista', explica. 

Así, establecen presupuestos, acuerdos familiares y objetivos pequeños que muchas veces hacen que la duda no se siga acumulando y que 'la cosa no se pierda de control'. 'También a veces ayuda mucho esto de rodearse de personas que acompañan las decisiones de consumo más prudentes, porque en muchas familias lo que se da es que justamente el círculo en el que se mueven, el círculo de pertenencia, hacen que los gastos sean muy grandes', indica. Se trata de familias o parejas que tienen un nivel de consumo porque su círculo social lo tiene y ellos no pueden solventar esos gastos pero necesitan de todas maneras pertenecer. 'Algo de eso se juega y eso muchas veces lo trabajamos en terapia', dice. 

Por último, Rato señala que 'es importante diferenciar responsabilidad de culpa' ya que 'muchas veces el endeudamiento se ve en contextos sociales y económicos, como el que está pasando en Argentina, sin lugar a dudas, que exceden la voluntad individual, entonces entender que hay factores como la inflación, la pérdida de empleo, la crisis económica, en definitiva, factores más colectivos, permite justamente aliviar la carga moral que las personas sienten'. 'Pedir ayuda, informarse, renegociar plazos, y sobre todo planificar para no repetir ese ciclo es clave', dice y cierra: 'Lo que pasa es que muchas veces reconocer la deuda cuesta, porque culturalmente el dinero se asocia al éxito y a la capacidad de proveer por lo que muchas veces admitir que hay un problema puede vivirse como una especie de fracaso personal. Poder hablarlo en familia, sin juzgar es el primer paso para salir de ese círculo y poder lograr recuperar nuevamente el equilibrio emocional y económico. 





 

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