Vacunación sufre caída récord
El sistema de salud nacional enfrenta una crisis silenciosa pero grave: el derrumbe de las coberturas de vacunación infantil y adolescente, alcanzando niveles inéditos en el último año. Los datos de 2024 muestran una caída drástica que pone en alerta a los expertos en salud pública, quienes advierten sobre el riesgo inminente del regreso y la propagación de enfermedades prevenibles que se consideraban controladas o eliminadas.
Las cifras son contundentes. Menos de la mitad de los niños en edad escolar y preadolescentes recibieron los refuerzos obligatorios en 2024. Las coberturas, que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) recomienda mantener por encima del 85% para garantizar la inmunidad comunitaria, hoy rondan apenas el 50% a nivel nacional.
La caída más preocupante se registra en las vacunas del ingreso escolar (5-6 años) y en los refuerzos de los 11 años, donde las coberturas bajaron entre 6 y 12 puntos porcentuales en 2024 respecto al año anterior, siendo las más bajas registradas en los últimos quince años.
El refuerzo de las vacunas de ingreso a la escuela primaria, que proporcionan protección de por vida contra ciertas patologías y evitan que el niño se convierta en factor de contagio para los más vulnerables (como los bebés), se desplomó. Menos de cuatro de cada diez niños recibieron estos refuerzos, quedando muy lejos de la meta de cobertura ideal.
Analizando el Calendario Nacional de Vacunación, los datos reflejan una tendencia alarmante. La dosis única contra el Virus del Papiloma Humano (VPH) para preadolescentes se sitúa cerca del 50% (55,5% en niñas y 50,9% en varones en 2024), representando una caída respecto a 2023.
La dosis para los 11 años de la Triple Viral (sarampión, rubéola y paperas) quedó en un preocupante 46,7% en 2024. En el caso de la Triple Bacteriana Acelular, la cobertura para los 11 años se mantiene baja, en un 54%. La vacuna Meningocócicas cayó del 61,11% en 2023 al 51,9% en 2024; y la vacuna contra la Varicela alcanzó solo el 45,8% en 2024, una disminución respecto al 52,3% del año anterior.
El riesgo del retorno de enfermedades prevenibles
Los especialistas en infectología pediátrica son unánimes en la advertencia: el incumplimiento de los esquemas de vacunación expone al país al retorno de enfermedades que ya habían sido erradicadas o controladas, como la polio, el sarampión, la coqueluche (tos convulsa) y el meningococo.
Estas enfermedades no están erradicadas del mundo. Si la población no mantiene los niveles de inmunidad colectiva adecuados, el riesgo de importación de casos y la posterior circulación local aumenta exponencialmente. Por ello, la vacunación es la herramienta más efectiva y segura para proteger a la población.
La comunidad científica vincula este derrumbe a múltiples factores interconectados, que van desde fallas estructurales hasta problemas de percepción y comunicación. Por un lado, existen dificultades en los mecanismos de seguimiento de los esquemas de vacunación de los niños y adolescentes en los centros de salud y escuelas. En segundo lugar, a pesar de que las vacunas son hiperefectivas y seguras, se ha generado un clima de duda e incertidumbre en parte de la población. Incluso, la desinformación ha permeado a algunos profesionales de la salud, incluyendo pediatras, cuyas dudas pueden impactar negativamente en la adherencia de los padres a los calendarios. Y, finalmente, la falta de campañas de comunicación pública efectivas y constantes sobre la importancia de las vacunas y los riesgos de no aplicarlas contribuye al deterioro de las coberturas.
El consenso entre los expertos es que la tendencia general a la baja es real y crítica, demandando una intervención urgente y coordinada para proteger la salud de la población infantil y del conjunto de la sociedad.
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