'El trabajo de lustrar es una de mis versiones'

Hablamos antes de la madera, del carpintero, de la obra que se transforma en sí misma a través de las manos de quienes aprendieron a trabajar con ella dentro de la carpintería.

Un oficio que va desapareciendo porque aparecen nuevas opciones más fáciles, prácticas y definitivamente rápidas a la hora de adquirir un mueble.

Cuando Miguel, nos contó la historia de cómo empezó a trabajar, sus comienzos y sus pasos nos dio un enlace. El lustrador.

 

Es quien termina la obra, le da el toque final, lo deja justo para que se luzca, se mantenga y lo disfrute más de una generación.

 

Y ahí fuimos, en busca de su amigo y a quien le envía cada mueble terminado. Ya sea hecho desde el trozo de madera hasta la restauración, es interesante cómo se entrelazan las vidas, las relaciones, los misterios de los oficios y la satisfacción de la tarea cumplida.  

 

Sergio Chirigliano es lustrador y nos cuenta cómo es recibir el trabajo recién terminado desde la carpintería.

 

¿Cómo empezaste en esta tarea?

 

'Terminé la primaria a los 12 años y empecé como cadete en Mueblería Van Den Eng Después, don Antonio me empezó a meter en el taller y ahí dí mis primeros pasos'

 

¿Había alguien en tu familia que hiciera este trabajo?

 

'En realidad no viene de nada porque mi papá tenía horno de ladrillos, así que no quería que vayamos al horno. Nos corría del horno, a mi hermano y a mi, después con el tiempo mi hermano se quedó en el horno y yo seguí con esto.

 

¿Cómo sigue esto?

 

'A los 16 años me fui a trabajar con Castillo y Biscotti, que era una carpintería grande. Ahí estaba Héctor Farías, que fue quien me terminó de enseñar a lustrar y me llevó con él. El también estuvo en Van den Eng un tiempo y cuando se fue, porque era el lustrador oficial con don Antonio, me llama. Arreglamos el tema económico y me fue muy bien. Siempre me trataron bien y recuerdo que estaba Rebolíni de carpintero en esa época.

 

Después, trabajé en Dadamio Muebles muchos años. Cuando se quiso jubilar llegamos a un acuerdo y con un socio trabajamos un tiempo hasta que nos abrimos los dos y cada uno buscó su camino. Ahí empecé a trabajar por mi cuenta'

 

¿Te gusta lo que haces?

 

'Sí, sí, obvio. ¡Me gusta.! Si, si, y no sé elegiría otra cosa. No lo sé, porque esto me hace bien, me sigue gustando, lo sigo haciendo con el mismo ímpetu a pesar de ser una tarea insalubre'

¿Cómo es eso?

 

'Si, es insalubre, es el único problema que tiene aunque yo ya me jubilo en marzo y voy a hacer mucho menos'

 

¿Cómo te cuidas?

 

'Se puede trabajar afuera, o todo ventilado. Sobre todo cuando sopleteo el fondo que es lo que va a soplete. Eso tiene que ser al aire libre.'

 

¿Te pones máscara?

'Si, uso máscara y nunca tuve ninguna complicación de salud, no fumo, no tomo, eso influye mucho pero bueno, es un trabajo  que tengo que hacer, de lo que vivo y con el que me hice la casa y mantuve a mi familia.'

 

¿Te mandan trabajos los carpinteros?

 

'Si, Miguel es uno. El me envía los trabajos y después se elige con el cliente. O si tengo un mueble antiguo yo lo respeto todo y lo restauro de lustre.'

 

¿Tuviste que reinventarte con el material?

 

'Y si, directamente ahora se usa el duco sellador que va a mano también. Hay unas lacas, con las que le doy la terminación. Laca dura, que va con poliuretano. Debemos reinventarnos, si quiero seguir a la antigua, no podría."

 

¿Llegaste a lustrar con goma laca? 

 

'Sí, llegué a usar goma laca aunque no se conseguía mucho tampoco. En muy pocas casas se conseguía.'

 

¿Me explicas que es la goma laca?

 

'Una sustancia orgánica que se puede usar para sellar, proteger, impermeabilizar y unir la madera. Es soluble en alcohol.'

 

¿Otras opciones?

 

'Como se usa mucho el mueble pintado, he pintado muchas mesas, laqueado blanco, algún gris. Hoy en día se hacen muchos muebles de cocina en fibrofácil. Se le da fondo y lo laqueas, se abarata todo porque la melamina es mucho más económica que la madera.'

 

¿Trabajás con carpinterías de otras ciudades?

 

'Ahora por ejemplo tengo muebles que son de una mujer de Buenos Aires que vivía acá.

 

En Chacabuco también le trabajo a Daniel Chapero y a Dadamio Muebles. Trabajo no me falta, pasa que voy eligiendo algunas cosas. Trabajos grandes ya no hago. Cambiaron algunas cosas y la verdad que no me quejo'

¿Llegaste a trabajar en la fábrica de ataúdes?

 

'Si, es más, probé, hice cuatro... y bueno.' 

 

¿Hiciste algún otro trabajo?

 

'Cuando me casé me dio como una locura irme al campo. Estuve cuatro años en el campo, había dejado todo esto pero volví. De todas formas el campo me encanta'

 

¿Otra cosa que te guste hacer?

 

'Me gusta la gastronomía Me encanta, por eso después de esto quiero empezar a hacer panificados como un hobby. Si, si, me encanta la masa. La panificación, la harina.'

 

¿Cómo se conforma tu familia?

 

'Mi esposa y dos hijos que ya son grandes.'

 

¿No siguieron tu camino?

 

'No, no. Uno es profesor de matemáticas y el otro trabaja en los depósitos de La Anónima. Nada que ver'

 

¿Piensas también que éste oficio va camino a desaparecer?

 

'Y si. Con el tiempo va a desaparecer. La gran mayoría compra el mueble industrializado y si alguno viene rayado nos los traen a nosotros y lo retocamos antes de entregar.

Si, realmente esto está desapareciendo, como dicen. De alguna manera quedamos pocos.'

Tenés un tiempito más para jubilarte. ¿Y después? ¿Te vas a dedicar a la panificación?

 

'Si Dios quiere voy a seguir haciendo alguna otra cosa y vamos a ver, estoy ahí. Mi hijo dice que deje todo y empiece a disfrutar pero está bueno hacer algo cuando te gusta.'

 

¿No te jubilas para estar sentado?

 

¡'Nooo Nooo¡ ¡!De ninguna manera¡ ¡Algo hay que hacer! 

 

¿Qué fue lo más grande que te trajeron para lustrar?

 

'He hecho relojes de pared entre tantas cosas pero lo más grande fue un piano. Lo raspe todo a fondo, fue todo un desafío. ¿Puedo decir para quien es el piano? Para el hijo de Daniel Pasarella, Lucas. Lo tienen ellos ahí en la casa. lo mantienen, estaba oscuro y lo hice clarito'.

 

¿Puede ser qué te guste la música?

 

'SI, estuve en el Quintetazo con Donato Carlissi. Me gusta mucho.

 

Es otra de mis pasiones'

Y entonces se me aparece en el aire una conjunción. La madera, las máquinas, el lustre, la dedicación, la música en sus diferentes versiones y descubro a los faroles que van dejando su luz y los personajes que nos dejan su voz. También esos silencios que hablan y mucho.

 

Ese hombre que de niño ya supo lo que quería para su vida. Tal vez porque su padre quiso algo mejor para él y acaso él hizo lo mismo con sus hijos.

 

Es un oficio que va desapareciendo pero no por eso es menos importante. Por el contrario, marcan una época, dibujan una historia, nos cuentan un cuento maravilloso de construcción, dedicación y empatía para entender y lograr lo que pide cada cliente, cada familia, cada uno que visita su lugar de trabajo buscando armonía, y hasta me atrevo a decir, la opinión idónea de alguien que durante más de 50 años acarició cada pieza, tuvieron un diálogo, un romance para luego elegirse mutuamente. 

 

Reconozco mi costado poético pero pasa también con ese amor a la gastronomía. Hacer pan es como amasar paciencia para obtener el producto que hará felices a muchos.

 

Lo mismo pasa con su otra pasión. ¿Acaso hay más poesía que en la música?

Desde ahí también vuela su inspiración hasta llegar a un buen trabajo.

 

Hombre de pocas palabras. Sólo lo justo y lo necesario.

 

Hombre de familia, que construye su propia casa haciendo ese trabajo que también nos cuenta, es peligroso y atractivo.

 

Acaricia mientras lija, elabora y disfruta cada paso hasta llegar a ese final esperado.

 

De oficio, lustrador. Con sueños que van más allá de su jubilación y sus ansias de seguir haciendo otras tareas que también lo esperan.

 

Fui por un lustrador y me encontré con un farol que no piensa en apagar su llama hasta que Dios así lo disponga.

 

No es casualidad que se junten sus pasiones en una sola vida. Lo que sí es casualidad es haber encontrado un caminante que se reinventa, se sostiene y va por más.

 

¡Gracias Sergio!