'Soy muy respetuoso del público y doy lo mejor de mí en cada show'

Con más de tres décadas de trayectoria César Menta ha logrado forjar un vínculo especial con el público de Chacabuco. Su repertorio variado, que abarca desde clásicos de los 80 hasta melódicos o música comercial, lo ha convertido en un artista 'profeta en su tierra'. En diálogo con Arrancamos Tarde (FM Radio Ultra 98.), comparte su historia, su conexión con el público y cuenta cómo se prepara para este viernes 15, cuando se presentará nuevamente en el Teatro Italiano a las 21:15.
-¿Qué sentís por estos días previos al show?
-Superé los veinte shows en el Teatro Italiano. Siempre muy contento.
-¿Cuánto hace que cantás?
-Treinta años aproximadamente. Es una pasión, me encanta, me divierte, es una terapia, lo hago lo mejor que puedo, con mucho respeto por el público. Me apasiona. Tengo la suerte de poder seguir haciéndolo, me cuido para poder hacerlo, me perfecciono, tomo clases. Siempre con el afán de quedar bien con un público que paga una entrada, que hace un esfuerzo para poder ir. Aunque buscamos que tenga un valor módico para que todos puedan ir. Y siempre lo que recaudé -en todos los recitales- fue donado para alguna persona que necesitaba por algún problema de salud, para alguna entidad. Lo importante es que la gente se acerque, trato de hacer un show divertido, ameno.
-¿Por qué te dedicaste a cantar?
-Desde muy chiquito me apasionó. A veces se nace con esas ganas, desde el jardín de infantes me gustaba tomar parte de las fiestitas. Más de una vez, la citaban a mi mamá porque yo me ponía mal si no me elegían.
-¿Pensaste en dedicarte exclusivamente a esto?
-No voy a mentir. Mi sueño era ser futbolista, está claro que no he tenido las condiciones. O cantante, quizás no tuve las condiciones para llegar más alto. Pero siempre admiré a los artistas consagrados, que tienen la suerte de llenar un estadio, que le piden una foto, un autógrafo. Creo que ese es mi sueño.
Hubiese dado cualquier cosa de mi para lograrlo. Aunque no parezca, soy una persona tímida, introvertida. Sin embargo el escenario es mi lugar, mi zona de confort. La respuesta del público es muy importante, el día que no la tenga, me retiro.
-Vos sos profeta en tu tierra, eso es importante para un artista…
-Eso lo tengo que reconocer. Chacabuco tiene un público especial, muy solidario, cariñoso. Yo hago muchos eventos privados y eso suma. El público es cautivo, me sigue.
Los chicos de APRID, del Centro de Día, Máximo Gil, siempre son mis invitados. Y no fallan nunca. recibo un regalito, una carta, un caramelo. Y mi mejor regalo es hacerlos participar. Ver los gestos, la alegría en sus caritas no tiene precio. Son felices.
-¿Qué te gusta cantar en este momento?
-Me gusta mucho la parte melódica, y la música comercial, como Banda XXI, Sabroso, el Toro Quevedo, y algunos clásicos de los 80 o 90. Tengo un público amplísimo, justamente por el tipo de repertorio. Y además porque se renueva. Trato de tocar un poquito de cada género.
-¿Algunas de tus hijas salió con tu voz?
-No, a mis hijas les gusta lo que hago pero mis nietas van por ese lado.
-La familia te acompaña siempre…
-Sí, incondicional. El apoyo de la familia es muy importante, porque le dedico mucho tiempo a esto que se lo robo a mi familia. Si no tenés una esposa que te banque, tus hijos, es difícil. Nos sacrificamos un poco todos.
-¿Cómo te preparás para cada show?
-Hace más de un mes que preparo el repertorio, y hay días que te dan ganas de cantar un tema pero después tenés que revisarlo. La última semana defino. Los nervios antes de subir al escenario son casi incontrolables. Creo que eso hace que me mantenga con las ganas, la adrenalina. Soy muy respetuoso del público y quiero dar lo mejor que tengo. Puede gustar o no, pero pongo todo.
-¿Cómo vivís la noche desde arriba del escenario en el Italiano?
-Es hermoso. Es un lugar tan lindo, y la gente del teatro me atiende muy bien, siempre soy agradecido con eso. Y el Teatro tiene todo, luces, acústica, el confort de las butacas, aire acondicionado, humo, camarines, lo que necesites.
Y desde el escenario, se ven las primeras cinco o seis filas, y el iluminador -que es muy inteligente- cuando hablo con el público las baja para que pueda verlos. Soy muy observador, no se me escapa nada. Veo si están contentos, si están aburridos, si algo está saliendo mal.
-¿Te ha pasado en algún show de ver caras de aburrimiento?
Gracias a Dios, siempre vi todo muy positivo. Me ha pasado en alguna fiesta privada, que alguno ponga cara de 'éste otra vez'. Pero esa es mi presa. Porque yo la estoy pasando mal con el gesto que hicieron. Lo juro por mis hijas y nietas. Lo busco, me acerco, le hago elegir el intérprete, y hago que le dediquen un tema a alguien. Necesito que esa persona la pase bien. Nunca se levantó nadie, me muero.
-¿Y tenés un público particular?
-Hay un público femenino, mujeres mayores que yo. Y no fallan nunca. Necesito que sigan yendo, y que la pasen bien. Me piden que cante Sandro. Yo me crié en la casa de mi abuela donde se escuchaba Nino Bravo, Cacho Castaña, Sandro, José Luis Perales.
-¿Tenés canciones propias?
-Sí tengo. Mi primera canción se la hice a mi hija mayor cuando cumplió quince años. Escribí otras que nunca las canté. Tendría que ir sumándolas. Me resulta fácil escribir. Es natural.
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