Un matrimonio que dejó sus huellas en Chacabuco

Quien ingrese al sector antiguo del cementerio local por la avenida Garay, a pocos metros de trasponer la entrada va a encontrarse con una bóveda en muy mal estado. En ella descansan los restos de un matrimonio que dejó una huella imborrable en la historia de Chacabuco y cuyas obras aún hoy no sólo sobreviven, sino que son imprescindibles para la vida de la comunidad. Una de ellas es el Hospital Municipal Nuestra Señora del Carmen, otra el Hogar de Ancianos San José.
Él se llamaba Félix Arce y ella Ángela Iraldi, él era nacido en Junín y ella en Buenos Aires, pero fue en Chacabuco donde formaron su hogar, tuvieron seis hijos y vivieron hasta sus últimos días.
Félix Arce y Vallejos, tal era su nombre completo, nació el 14 de enero de 1852. Su padre era santiagueño y su madre tenía ascendencia tucumana. La vida de Félix no fue sencilla, sobre todo en la niñez, cuando la familia se vio castigada por una epidemia que se llevó a varios de sus integrantes. Solamente sobrevivieron él y una hermana, que cuando todavía eran adolescentes se mudaron a la Capital Federal, donde Félix realizó sus estudios en el Colegio Nacional, mientras tenía un modesto empleo en la Aduana.
Al terminar los estudios secundarios, el joven juninense se inscribió en la Universidad de Buenos Aires para estudiar las carreras de Farmacia y Medicina. De esta última llegó a graduarse luego de una destacada carrera, y con el título en la mano emprendió el regreso a la llanura bonaerense.
Sobre Ángela Iraldi se cuenta con menos información, aunque se sabe que nació en Buenos Aires en 1860 y luego, con su familia, se habría trasladado a Chivilcoy. Allá por 1882 se la puede encontrar trabajando como ayudante en una escuela de la vecina ciudad. Tal vez Arce también haya estado un tiempo en Chivilcoy. Lo cierto es que Félix y Ángela se conocieron, iniciaron un noviazgo y antes de instalarse en Chacabuco contrajeron matrimonio.
A la par de ejercer como médico, a poco de llegar a nuestra ciudad Félix comenzó a involucrarse en los asuntos públicos. Tan rápidamente creció la consideración que se le tenía en el pueblo que a principios de 1887, con sólo 35 años, asumió la presidencia de la Comisión Municipal de Chacabuco, que era el más alto cargo ejecutivo que tenía el distrito.
En agosto de aquel año, Arce solicitaba autorización al Ministerio de Gobierno de la Provincia para destinar el superávit municipal del ejercicio anterior en alguna de las obras que necesitaba imperiosamente la ciudad, entre las que enumeraba la ampliación del cementerio, la construcción de un mercado de abasto y una cárcel, la conservación de calles y caminos, y un hospital 'en el que encuentren asilo y asistencia los desgraciados que carezcan de familia o de recursos'.
Todo indica que la respuesta fue positiva, porque sólo un año después pudo realizarse la construcción del Hospital de Caridad. Esta obra fue el embrión de lo que luego sería el Hospital del Carmen y es considerada la más destacada de la gestión de Arce como intendente. El profesor Oscar Melli también menciona que durante esos años fue establecida la oficina en la que funcionó el Registro Civil y se donó un terreno de esa misma cuadra para la construcción de la sucursal Chacabuco del Banco de la Provincia. Esto último finalmente no se concretó, porque en esos años la entidad bancaria cerró su filial local y cuando años después la reabrió levantó su sede en donde está actualmente.
A la par del doctor Arce estaba su esposa, que no sólo lo acompañó en su actuación pública, sino también tuvo la iniciativa de crear una institución que estuviera al servicio de las personas de edad avanzada con necesidades económicas y sin familia. La reunión fundacional se llevó a cabo el 4 de agosto de 1901 en el hogar de la familia Arce-Iraldi. Ese día, Ángela reunió a un grupo de damas distinguidas de la sociedad chacabuquense, entre quienes estaban las señoras María E. de Dalberny, Ignacia P. de Segura, Dolores M. de Vera y Bibiana López de Brines Martí.
De esa reunión surgió lo que primero se llamó Sociedad Protectora de Pobres y luego pasó a denominarse Sociedad Protectora de Ancianos Desvalidos. Doña Ángela fue la primera presidenta de la entidad.
En los años siguientes la institución se dedicó a ayudar a abuelos con necesidades, pero sin poder brindarles un lugar para residir. Esto se concretó, primero, a finales de 1912, cuando se alquiló una casa con seis habitaciones. Finalmente, el 25 de febrero de 1923 se pudo inaugurar la residencia que hoy es el Hogar San José.
Además de sus actividades comunitarias, los esposos Arce-Iraldi conformaron una numerosa familia, integrada por seis hijos, los cuales nacieron entre 1891 y 1898 y se llamaban María Juliana, María Magdalena, María Celia, Alfredo Manuel, Lindolfo Santiago y Félix Alberto. Este último heredó la vocación de su padre. En efecto, en 1922 se graduó de médico en la Universidad de Buenos Aires y luego desempeñó buena parte de su vida profesional en la provincia de Córdoba, más precisamente en Cosquín, donde se especializó en la lucha contra la tuberculosis y fue miembro fundador de la Sociedad de Tisiología provincial. El doctor Félix Arce hijo falleció en Buenos Aires en 1959.
Relacionadas
