Viernes . 30 Mayo . 2025

Escucha en Vivo:

Almafuerte y sus conflictos con policías

13/07/2024
Almafuerte y sus conflictos con policías

Historias

Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte, vivió en Chacabuco entre 1883 y 1888. Si bien fue un breve lapso, la estancia del poeta en nuestra ciudad dejó una huella imborrable, no sólo por su actividad docente de ese tiempo, sino también porque, a poco de llegar, decidió involucrarse en las contiendas políticas lugareñas de la época, que no estaban exentas de violencia.

El profesor Oscar Melli relata en uno de sus libros un suceso ocurrido en 1886 en el que Almafuerte estuvo cerca de perder la vida. Ello sucedió en el contexto de una campaña electoral en la que debía elegirse un gobernador. Los principales candidatos eran Nicolás Achaval y Máximo Paz, que era la figura que impulsaba el expresidente Julio Argentino Roca, a quien Palacios detestaba, al punto de llamarlo 'el alma negra de la República'.

Almafuerte, que en ese entonces tenía 32 años y era tesorero municipal, junto a Anacleto Domínguez y otros funcionarios de la Comuna hacían campaña por Achaval, mientras que la candidatura de Paz en Chacabuco tenía entre sus principales impulsores a un comisario de apellido Stoppani.

El caso es que el 10 de agosto de ese año se produjo frente al edificio municipal una seria reyerta entre el maestro y el jefe policial, la cual comenzó con ataques verbales y derivó en empujones y puñetazos. El hecho motivó un artículo en el diario El Oeste de la Provincia, que se editaba en Mercedes, que lo tituló 'Los desórdenes de Chacabuco'. La nota expresaba que 'el maestro y municipal Pedro Palacios pidió explicaciones al comisario de las acres censuras a la Municipalidad'. Agregaba que, más allá de que el policía hubiera respondido o no, el caso fue que ambos 'dirimieron la cuestión a trompadas', lo que tuvo como resultado una reyerta 'de narices rotas y tiros de revólver que el municipal Palacios esgrimía con gestos de poeta trágico'.

Tras la escaramuza, Almafuerte logró sortear un control policial y consiguió entrar al Municipio. Ante esto, el comisario ordenó bloquear el edificio, sin permitir la salida ni la entrada de nadie. En ese momento, fuera de sí, Stoppani reclamaba a viva voz que le trajeran a Palacios porque pensaba 'fusilarlo'.

Afortunadamente, la amenaza no se cumplió, pero igualmente la reyerta tuvo sus consecuencias, pues unos días después el Superior Gobierno disponía la destitución tanto del comisario como del municipal y maestro, a quien siempre se le objetó dar clases sin tener el título habilitante.

'La resolución del Gobierno nos parece correcta', expresaba el artículo del El Oeste de Mercedes, aunque consideraba injusta la separación del cargo del comisario, el cual, afirmaba el diario, se había limitado a cumplir con su deber. Asimismo, en la nota se reclamaba un castigo para Almafuerte, el cual, curiosamente, antes de llegar a Chacabuco había vivido en Mercedes y trabajado en ese periódico.

'Falta ahora, siquiera para satisfacer la vindicta pública, que la justicia ordinaria castigue debidamente al delincuente Palacios', expresaba también El Oeste, que en ediciones posteriores volvía a emprenderla contra Palacios, a quien se acusaba, agitando los fantasmas de un fraude, de haber empadronado en favor de Achaval a 'jóvenes estudiantes menores de edad'.

En realidad, el fraude lo hicieron los seguidores de Paz y señalan las fuentes que, el día de la elección, coparon el edificio municipal, donde se desarrollaban los comicios, para sólo permitir el voto de sus partidarios. Los resultados fueron concluyentes: en Chacabuco, la candidatura de Paz obtuvo 588 votos y 0 la de Achaval.

El conflicto que tuvo con Stoppani no fue el único que, durante su estancia en Chacabuco, enfrentó a Palacios con un jefe policial. En efecto, con anterioridad a eso, en 1885, hubo un enfrentamiento de las autoridades municipales, entre quienes estaba el poeta, con Ezequiel Martínez Alonso, que en ese momento era el jefe de la subcomisaría de la ciudad y que finalmente fue destituido.

En sus declaraciones, Martínez Alonso dijo haber sido víctima de 'una conspiración contra la policía' organizada por Anacleto Domínguez y sus amigos, entre los que estaba Almafuerte. Al parecer, este grupo, cuenta Melli, 'mantenía guardias de hasta un centenar de hombres armados apostados en corralones del pueblo'. Además, por las noches improvisadas bandas musicales, provistas de variados instrumentos -como panderetas, guitarras, arpas y flautas- 'recorrían las calles cantando décimas inmorales contra el subcomisario, matizadas con insultos a la policía'. Martínez Alonso mencionaba como integrantes de la banda, entre otros, al mencionado Domínguez, Celedonio Sosa, Ciriaco Cano y el siempre activo Pedro Palacios.

 

feature-top