'Dios llora. Jesús llora'
Por Gustavo Porfiri
Hace diez años y dos días -el 19 de noviembre de 2015- el Papa Francisco pronunciaba una homilía en Santa Marta, la residencia ubicada en la Ciudad del Vaticano, adyacente a la Basílica de San Pedro, que había elegido como hogar, dejando de lado las comodidades y suntuosidad de los apartamentos papales del Palacio Apostólico. En ese texto, nos hablaba de algo muy actual y muy preocupante: la opción por la guerra, la opción por la muerte.
'También hoy Jesús llora, porque nosotros hemos preferido el camino de las guerras, la senda del odio, la senda de las enemistades', decía Francisco en 2015. Para entender mejor el asunto, enmarcaba la idea en la cercanía de la Navidad: 'habrá luces, habrá fiesta, árboles luminosos, también pesebres... todo apariencia: el mundo sigue declarando la guerra, declarando la guerra. El mundo no ha comprendido la senda de la paz».
La frase 'todo apariencia' nos interpela a todos. Claro, a cada quien según sus responsabilidades. Así podemos señalar claramente que hoy mismo los gobernantes de las principales potencias occidentales -y fundamentalmente las europeas- siguen insistiendo en asistir al régimen de Kiev con fondos que sacan de los bolsillos de los pueblos que gobiernan. No les basta con las abrumadoras pruebas que existen sobre el carácter nazi de la banda comandada por Zelenski. Tampoco le preocupa a la élite europea que el gobierno ucraniano esté envuelto en tremendos actos de corrupción que ponen en jaque su propia existencia.
Inodoros de oro
"Se trata de una banda criminal que, desde marzo del año pasado, usurpó el poder con el pretexto de continuar la guerra con Rusia y que se aferra al poder con el fin de enriquecerse personalmente. Todo el mundo tiene claro que estas personas, sentadas en sus inodoros dorados, difícilmente piensan en el destino del pueblo ucraniano y en el destino de los soldados de a pie ucranianos", denunció este jueves el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
La referencia al artefacto dorado tiene que ver con Timur Míndich, socio de Vladímir Zelenski, quien ostenta un inodoro de oro en su casa, según se desprende de una foto publicada por el legislador ucraniano Yaroslav Zhelezniak. El diputado divulgó la foto en su canal de Telegram, contando que durante mucho tiempo había intentado encontrar a personas que tuvieran imágenes del lugar. "Francamente, al principio no creí que fuera cierto. Pero varios 'invitados' me confirmaron su autenticidad", comentó Zhelezniak.
Míndich es copropietario del estudio de comedia ucraniano Kvartal 95, cofundado por Zelenski antes de que entrara en la vida política. El medio de investigaciones periodísticas Bihus lo describió como una "persona muy cercana" al líder del régimen de Kiev, que también es conocido como la 'billetera de Zelenski'.
Uno de los pocos gobiernos lúcidos del 'antiguo continente' es el de Hungría. Su ministro de Exteriores, Peter Szijjarto, arremetió recientemente contra la Comisión Europea por insistir en el envío de otros 100.000 millones de euros (más de 115.000 millones de dólares) a Ucrania, después de que allí explotara un megaescándalo de corrupción relacionado con el sector energético. "Lo que sucede en Bruselas está más allá de todo sentido común: a pesar de que se ha descubierto que la mafia de la guerra en Ucrania ha gastado parte del dinero de los europeos en inodoros de oro y otros artículos de lujo, ahora quieren enviar otros 100.000 millones de euros del dinero de los contribuyentes europeos", escribió el canciller en sus redes sociales. Y aseguró que Hungría se opone "rotundamente" a aprobar esta decisión. "Mientras estemos en el Gobierno, no se enviará el dinero del pueblo húngaro a Ucrania", aseveró.
Desde que se desató el conflicto con Rusia, allá por 2014, luego, cuando se produjo la acción militar de Moscú, y hasta hoy, estos fogoneros de la guerra nunca apostaron por la salida diplomática, siempre por la guerra y por sostener una jerarquía que idolatra a Stepan Bandera. Bueno es recordar que en nuestra República, en febrero de 2022, hubo legisladores nacionales, provinciales y hasta municipales que adornaron sus bancas con la bandera de Ucrania. Supongamos que estaban confundidos, o desinformados…
¡Malditos!
Cerremos este texto con las imperdibles palabras de Francisco, pronunciadas en Santa Marta, hace una década: '¿Qué queda de una guerra, de esta que estamos viviendo ahora?. Quedan ruinas, miles de niños sin educación, tantos muertos inocentes: ¡muchos!. Y mucho dinero en los bolsillos de los traficantes de armas'.
'Una vez Jesús dijo: ´No se puede servir a dos señores: o Dios o las riquezas´. Y la guerra es precisamente optar por las riquezas: fabricamos armas, así la economía se equilibra un poco, y seguimos adelante con nuestros intereses'. Al respecto, el Papa argentino decía: 'hay una palabra fea del Señor: ¡Malditos!'. 'Él dijo: ´¡Benditos los constructores de paz!´. Por lo tanto, los que causan la guerra, que provocan las guerras, son malditos, son delincuentes'.
'Una guerra se puede justificar -entre comillas- con muchas, muchas razones. Pero cuando todo el mundo, como sucede hoy, está en guerra -¡todo el mundo!- es una guerra mundial por fascículos: aquí, allí, allá, por todos lados, no hay justificación. Y Dios llora. Jesús llora'.
La figura de Francisco se agiganta día tras día. Su presencia, palpable a través de sus videos, de sus textos, nos da la certeza de que -lejos de haber muerto- nos sigue acompañando, nos sigue guiando, desde otra dimensión claro, a quienes aún estamos transitando este tramo de nuestras existencias terrenales.
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