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'Estamos en plena crisis de desintegración humana'

16/04/2024
'Estamos en plena crisis de desintegración humana'

Santiago Muhape es un instructor de Yoga que hace algo más de tres décadas se encontró con esta disciplina a la que nunca abandonó. Con él hablamos sobre el origen, el significado y las aplicaciones actuales de un conocimiento milenario que sigue dándonos herramientas para estar mejor con nosotros mismos.

 

En el comienzo, Santiago nos recuerda que 'la palabra yoga significa integración; esa es su traducción. Con esa palabra se nombró a una serie de conocimientos que generaron una línea dentro del hinduismo y que representa la unión del ser humano con el cosmos, con la naturaleza, o como se lo quiera llamar. Ese conjunto de técnicas, que estaban muy dispersas, fue evolucionando con el avance de la humanidad y en él las personas fueron descubriendo que en el encuentro con la naturaleza estaba la plenitud del ser humano'. Respecto del origen, nos comenta que 'se desconoce, ya que se trata de una disciplina prehistórica. Hay algunas teorías que ubican ese origen en la región de lo que hoy son Pakistán y Afganistán, luego tuvo un gran desarrollo en India. Ahora hay unas investigaciones en curso que han encontrado, cerca de Grecia, algunas pinturas que podrían representar el origen del yoga'. 

Cuando le pedimos que nos dé su propia definición, Muhape asegura que se trata de 'una especie de ecologismo primario. Uno puede profesar el ecologismo vociferando las responsabilidades de los otros, pero el yogui no va a la iglesia para encontrarse con la divinidad o la naturaleza. El yogui respira la naturaleza. A través de diferentes tipos de respiraciones, que no son la respiración que hacemos normalmente, nos podemos conectar con Dios, con la naturaleza, o como se le quiera llamar, pero que es esa fuerza que nos nutre. Hoy se ha diluido todo eso, se ha mercantilizado y lo que queda es un muestrario de posiciones exóticas, que son las asanas, que practican personas que parece que se preparan para los Juegos Olímpicos. El yoga no tiene nada que ver con eso, sino que tiene que ver con disfrutar del silencio, tiene que ver con disfrutar de las posibilidades del propio cuerpo, y hay que tener en cuenta que todo el mundo puede practicar yoga, más allá de la edad o de la condición física que tenga; en mis clases tengo personas desde los dieciséis hasta los ochenta años. La práctica también es para que podamos investigar esos orígenes que tienen que ver con la integración del ser humano con la naturaleza, con quienes nos rodean, con nuestro entorno, con el ambiente, porque hoy estamos en plena crisis de desintegración del ser humano con todo eso y consigo mismo'. 

Modificados por la tecnología

Para Santiago, ese desentendimiento con lo natural está ligado a nuestra dependencia cada vez más fuerte a la tecnología. 'Nos venden la tecnología como una ventaja pero no es tan así. Los celulares y otros dispositivos electrónicos nos han hecho perder facultades y hasta tenemos problemas de salud porque no hacemos nada. Hemos perdido motricidad, ya casi no se tocan instrumentos musicales, no agarramos una herramienta, no cortamos leña, no comemos una fruta de la planta; ahora es todo delivery'. Siguiendo con esa línea de ideas, Muhape expresa: 'los cuerpos se han transformado de una manera muy negativa; hoy vamos en automóvil a un gimnasio a caminar en una cinta, o a sentarnos a pedalear en una bicicleta fija, o vamos a hacer unos movimientos que antes hacía mi abuelo con el hacha. Hemos perdido, por ejemplo, todo lo que significa el trabajo enorme de hacer tallarines: amasar, cortar, tareas que fortalecen las manos, sin embargo, hoy tenemos chicos con dedos débiles. La tecnología nos ha traído un deterioro del cuerpo humano'.

El inicio

El entrevistado nos cuenta cómo se dio su acercamiento al yoga: 'De chico, y de adolescente, leía mucho, mucho. De repente me encontré con unos libros de cultura oriental, y otro de budismo, que no tenían que ver directamente con el yoga, pero que me fueron acercando al tema. Después llegué a una práctica con el profesor Pablo Villanueva de la que me acuerdo las sensaciones aún hoy. Puedo decir que fue la primera vez en mi vida que me sentí cómodo conmigo mismo. Fue una práctica muy sencilla en la que había un grupo de señoras muy mayores y estaba yo. De esa clase me fui en un estado de comodidad tal que iba en la bicicleta como si me hubiesen dado una pastilla de algo. Pablo también me recomendó un libro, cuyo autor después se convirtió en una guía, y eso fue lo que me marcó. Y fue justamente lo contrario a lo que hoy muchas veces se muestra como yoga'.

Finalmente, consultado sobre si se puede practicar esta disciplina por cuenta propia, el instructor aconseja, 'en un principio hacerlo con la guía de un profesor, porque la práctica de yoga modifica la presión sanguínea, el ritmo cardíaco, influye en funciones fisiológicas, y hay que ser cautos con eso. Pero después sí se puede practicar, como lo hacía yo mismo, con los libros, en el tiempo en que no había Internet, ni nada de lo que todo lo que hay ahora. En esa época, conseguir un libro era muy difícil y muy caro; era otro tiempo, el tiempo de la paciencia, en el que se curtía un libro como curtíamos los discos de vinilo, o los cassettes. Ahora hay infinidad de material sobre yoga en Internet, pero también hay mucha más confusión y hay que tener cuidado'.

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