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'La gente se adapta y empieza a comprar diferente'

08/02/2024
'La gente se adapta y empieza a comprar diferente'

Hay actividades comerciales que están fuertemente ligadas a la estacionalidad, a las 'temporadas'. El caso de las librerías es una de ellas; tradicionalmente, en el mes de febrero se hace 'la compra' para empezar el ciclo lectivo. Si bien parece que la venta fuerte aún no ha comenzado, para ver qué pasa en nuestra ciudad con este tema dialogamos con dos comerciantes, quienes aportaron miradas diferentes pero complementarias.

La frase del título de esta nota le corresponde a Ernesto Herrera, propietario de Grafismo, una empresa gráfica y estudio de diseño con larga trayectoria en nuestro medio, y que en los últimos años abrió el abanico incorporando productos de librería, en su local de Avenida Arenales 5. Para este comerciante, la situación económica hace que muchas personas, que antes 'gastaban de más, comprando productos más caros, o de primerísimas marcas, hoy ven que comprando productos más económicos pueden abastecer igual la necesidad de los chicos'. Para ejemplificar, Ernesto comenta que, en el caso de los cuadernos, a veces el menor que acompañaba a los mayores en la compra insistía con tener la marca más cara. 'Hoy los padres, apretados por los precios, se adaptan a los cuadernos más baratos, que también dan buen resultado'.

Por su parte, Santiago Di Pierro, propietario de Librería Estudio, uno de los comercios del rubro más antiguos de la ciudad, explica: 'la diferencia de precio en los cuadernos la determina el gramaje del papel: los cuadernos más caros, los de primera marca, tienen hojas de 90 gramos, pero también hay con hojas de 65 gramos que valen entre un cuarenta y un cincuenta por ciento menos. A su vez, dentro de los de 90 gramos hay algunas diferencias en la confección que también hacen al precio'. Consultado sobre si él también nota un cambio en el hábito de compra de sus clientes yendo a las segundas marcas, este comerciante no duda en la respuesta: 'Sí, por supuesto'.

Asimismo, ambos entrevistados coinciden en que en artículos de librería, hay un límite en el que los productos son directamente malos. Santiago comenta: 'nosotros no vendemos esa mercadería que, sobre todo en escritura, hay mucha, muy barata pero después empezás a sacarle punta al lápiz de color y se quiebra permanentemente, no lo podés usar porque se te gasta sacándole punta. Eso yo directamente no lo traigo a mi negocio'. Por su parte, Ernesto afirma: 'hay que tener mucho cuidado con las terceras marcas o las marcas muy baratas, son compras peligrosas porque si bien gastás poco, al final comprás algo que no te sirve'. 'Siempre está vigente aquello de que lo barato sale caro', sostiene Herrera.

'El papel es un commoditie'

Siguiendo con el rubro del papel, un insumo central para los estudiantes de todos los niveles, Di Pierro introduce un tema muy presente en varias cadenas comerciales de la Argentina: 'En el país hay tres grandes fabricantes que se dedican al papel: Ledesma, Papelera Tucumán y Celulosa Argentina. Entonces, los convertidores, que así se le llama a los fabricantes de cuadernos, terminan comprando en esos tres grandes o importando, pero la importación está trabada, por lo tanto, el precio lo determinan tres empresas. Y lo otro que hay que tener en cuenta, es que el papel es un commoditie, como lo es el petróleo, o la soja, y está atado a los vaivenes de ese tipo de productos ligados al dólar'.

Mientras, Herrera afirma que 'el papel es lo principal, es lo que no le puede faltar a un estudiante. Se la podrá rebuscar con otros elementos, pero no con las hojas'. En Grafismo, precisamente, ofrecen un combo que arranca con un paquete de repuesto N° 3 de 288 hojas, 12 lápices de colores, una lapicera, un corrector, un lápix negro, una gomna de borrar y un sacapuntas. Todo eso a un valor de 19 mil pesos.

La competencia compleja

Tanto Santiago, cuanto Ernesto, han dejado en claro que en este rubro se compite con otros colegas pero también contra algunas plataformas comerciales 'muy complicadas', como las define el propietario de Grafismo, y explica: 'hoy el cliente se mete en Internet y viene con la lista de lo que necesita y compara precios, entonces, si ve que no estás a la altura, directamente compra online y hasta se lo mandan a domicilio sin costo, si la compra es grande. Hay casas, que si llenás el changuito de compras, te lo envían gratis a cualquier lugar del país. Ese combo que armamos lo hicimos para competir con la venta electrónica e incluso también se lo podemos llevar a domicilio'. Por su parte, Di Pierro pone el punto sobre 'los comercios que no son colegas libreros, como los polirubros, que hacen ofertas puntuales, por ejemplo con los repuestos de hojas: las ponen al costo unos días y después lo matan al cliente en otros productos'. El dueño de Librería Estudio añade: 'yo no puedo hacer eso, porque después le tengo que vender a mi cliente todo el año el repuesto de hojas, entonces, si hoy le vendo al costo, cuando le vuelva a vender al precio real va a notar un aumento del cuarenta por ciento, que es el margen de ganancia'.

Segmento dolarizado

Ambos entrevistados ofrecen en sus comercios, con diferentes prestaciones, el servicio gráfico. 'En este segmento está todo dolarizado, desde los insumos hasta los repuestos para las máquinas', afirma Herrera, quien por estas horas tiene que reparar un plotter y se ha llevado una sorpresa al preguntar por el repuesto. Santiago agrega: 'las listas de precios de los insumos para computación vienen en dólares: tóner, tintas para impresoras, vinilo, papeles especiales, rollos para plotters, eso está todo dolarizado'. Ernesto aporta un ejemplo con números: 'el clásico cartel para vidriera ´Vuelta al cole' de un metro por sesenta centímetros, con diseño y colocación está en veinte mil pesos, haciendo un precio muy bueno'.

Por último, Herrera asegura que los proveedores 'cortaron la financiación' y pone como ejemplo que hasta hace poco, en el mes de noviembre, Librería Ale, uno de los mayoristas más viejos de este rubro, 'hacía una especie de ´expo´ donde comprabas con buenos descuentos lo que ibas a vender en febrero. Eso se pagaba hasta a ciento veinte días. Entonces, empezabas a pagar cuando empezabas a vender. Eso se terminó'.

En definitiva, vemos que -como ya lo expresaron comerciantes de diferentes rubros- todo lo relacionado al consumo masivo está regido por la misma regla: inflación alta y bolsillos flacos. En esa cancha jugamos comerciantes y clientes, tratando de adaptarnos al momento.

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