Domingo . 23 Noviembre . 2025

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'La tónica del Adviento es la alegría y la espera por aquel que tiene que nacer'

22/11/2025
'La tónica del Adviento es la alegría y la espera por aquel que tiene que nacer'

Este domingo concluye el Tiempo Ordinario en la liturgia de la Iglesia, y comienza el tiempo del Adviento, que prepara para la Navidad. El padre Agustín, de la parroquia San Isidro Labrador, nos dio detalles de este particular momento.

'Se termina el año civil, y al mismo tiempo también se termina, antes del año civil, el año litúrgico, que es el ciclo de celebraciones que la iglesia nos va invitando a recorrer a lo largo del año para ir introduciéndonos en el gran misterio de Dios, en el gran misterio de Cristo', explica el padre, y añade: 'el domingo próximo, con la fiesta de Cristo Rey, Jesucristo Rey del Universo, termina el año litúrgico'.

-Y la continuidad la da el Adviento…

-Claro, el tiempo de Adviento, que en la antigüedad se utilizaba esa palabra, Adventus, para hablar de la visita de un personaje importante por primera vez a un lugar. Por ejemplo, cuando el emperador en Roma visitaba algún lugar al que nunca había ido, se hablaba del Adviento, el advenimiento, la llegada de un personaje importantísimo. Entonces, ya con la Fe, se asocia a la venida de Jesús, la primera venida, cuando Dios que se hace niño y hombre; esa es la primera venida. Pero también a la luz de la preparación para la segunda llegada, la venida definitiva de Jesús al fin de los tiempos. Para nosotros, la historia tiene un principio y un fin: Dios la creó y Dios la lleva a su fin, a su consumación, a su plenitud, y eso será el fin de los tiempos. El Adviento nos ayuda a mirar esos grandes misterios de nuestra Fe cristiana, especialmente el misterio de la primera venida: la navidad, Jesús en la humildad del pesebre.

-Y por supuesto hay una liturgia especial, hay una preparación, hay un mensaje específico hasta que llegue Navidad…

-El corazón del Adviento -que son cuatro semanas de preparación para Navidad- podríamos decir que es la esperanza. Y está muy bueno, porque justo estamos en el Año Santo de la Esperanza, así lo llamamos a este 2025, que es la virtud teologal. ¿Qué significa eso? Que es un regalo de Dios para los bautizados que nos ayuda a esperar la venida de aquel que nos trae la salvación, que es Cristo, que vino en un pesebre, y vendrá al fin de los tiempos, pero que también viene cotidianamente, como el mismo Señor lo dice en el evangelio: 'Vendremos a Él y habitaremos en Él', hablando de nosotros, de nuestro corazón, podríamos decir. Entonces, Cristo, como Dios hecho hombre, viene constantemente a nuestro encuentro. 

-Es un tiempo enmarcado más que nada en alegría, en una preparación festiva muy fuerte: luces, arbolitos, adornos…

-La alegría, la luz, y la espera de aquel que tiene que venir, de aquel que tiene que nacer; esa sería la tónica de todo el tiempo de Adviento. Y las luces, el arbolito, los regalos, el pesebre, la corona de Adviento, son elementos que nos ayudan a la preparación espiritual. Y como el ser humano es cuerpo y alma, necesariamente nos preparamos espiritualmente, pero obviamente, también lo hacemos corporalmente. Incluso, con un periodo de tiempo y con prácticas que nos ayudan a preparar el pesebre de nuestro corazón al nacimiento de Cristo, al nacimiento de Jesús. 

-Esto también se traslada en cada misa, en cada Eucaristía: hay un mensaje que va preparando que es especial, es diferente…

-Si, cada misa, especialmente los cuatro domingos de adviento, nos van dando un mensaje especial en preparación para la Navidad. Por ejemplo: los dos primeros domingos de Adviento nos hablan de la segunda venida de Jesús, que viene al fin de los tiempos. Los dos últimos domingos de Adviento nos invitan a poner la mirada en el pesebre, en la primera venida, en el nacimiento, en la Navidad. Entonces, la celebración de la misa principalmente, pero también las distintas oraciones que en comunidad realiza la iglesia, nos van poniendo en alerta para recibir a aquel que viene. De algún modo, cuando participamos en la celebración de la misa en este tiempo de Adviento, nos unimos a todos los pueblos que a lo largo de los tiempos esperaron la llegada de Jesús. Pensemos en los pastores, en los magos siguiendo una estrella que apareció en Oriente… Nos unimos a todas esas personas que buscaron a Cristo a lo largo de su vida,y podemos pensar cada uno de nosotros en el Adviento de nuestra propia vida, en el tiempo de preparación hasta que Cristo irrumpió en algún momento en nuestra vida.

-También es un momento interesante para trabajar con niños, con los más chicos, porque ya de por sí hay un entusiasmo particular en este momento…

-El gran misterio de la Navidad es que Dios es un niño; es un misterio grandísimo. Un gran padre de la Iglesia decía que Dios se hizo niño para que nadie tuviera miedo de acercarse a él. Dios, que se puede mostrar de una manera tremenda y fascinante como lo hacía en el Antiguo Testamento, con rayos, tormentas, fuego, se hizo niño para que nadie tuviera miedo de acercarse. Y los niños entienden eso de una manera particularísima: el niño tiene una sensibilidad espiritual muy grande, una apertura al misterio de la Fe mucho más grande que nosotros, que por ahí a veces se nos va endureciendo un poco el corazón. Por eso Jesús dice: 'Si no se hacen como niños no entrarán en el Reino de los Cielos'.

 

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