'No podría vivir sin pintarme la cara'

Carlos Brighenti, el veterano artista popularmente conocido como 'Papelito' se sigue pintando la cara a sus 76 años. Durante el último fin de semana largo se presentó en todas las funciones de despedida del Circo Sathany, que visitó la ciudad de Bragado. En una nota realizada con Ezequiel del Rio en Radio Fiesta Bragado FM 92.5, recordó momentos de su historia artística.
En el vibrante universo del circo, donde la magia se entrelaza con la destreza y la risa es el mejor bálsamo, hay nombres que resuenan con una familiaridad cariñosa. Uno de ellos es el de "Papelito", el entrañable artista que ha dedicado su vida a dibujar sonrisas y asombrar con su talento. Más que un payaso, un malabarista o un maestro de ceremonias, Papelito es un ícono de la perseverancia y la pasión, un verdadero embajador del espíritu circense.
Brighenti, oriundo de Norberto de la Riestra, partido de 25 de mayo, es el creador de un clásico de la provincia de Buenos Aires que logró ganarse la fidelidad de muchas generaciones. Entre los años 1975 y 2010, cuando desarmó la carpa del circo por última vez, visitó decenas de pueblos bonaerenses y también recorrió buena parte de las provincias de Santa Fe y La Pampa.
'No podría vivir sin pintarme la cara', le dice el artista al conductor de la radio. Y añade: 'Vos sabés que yo lo miro al espejo y le pregunto: -¿Cómo estoy? -Más viejo estás, me dice. Pero cuando te pintas la cara rejuveneces treinta años por lo menos'.
Con décadas de trayectoria bajo el toldo, 'Papelito', con su figura inconfundible, con su vestuario colorido y su sonrisa contagiosa, se ha convertido en sinónimo de alegría y espectáculo. Pero detrás del maquillaje y las luces, se esconde la historia de un hombre que ha forjado su camino con dedicación y un amor inquebrantable por lo que hace.
'Mi historia es larguísima', dice 'Papelito' y destaca: 'dio lugar a una película documental, que hizo Sebastián Giovenale que es de acá de Bragado y que tuvo un éxito tremendo: ganó 21 premios internacionales, una cosa que jamás hubiera pensado, que en otros países una historia tan simple como hacer un circo de bolsa tuviera tanta repercusión'.
El documental fue filmado en varias localidades de la provincia de Buenos Aires, incluyendo Bragado, Rafael Obligado, Rojas, Pergamino, Tapalqué y también en Chacabuco.
Desde sus humildes comienzos, 'Papelito' comprendió que el circo es mucho más que un show: es una familia, un estilo de vida, y una escuela de valores. Ha sido testigo de la evolución del arte circense, adaptándose a los nuevos tiempos sin perder la esencia que lo hace único. Sus rutinas, siempre revestidas de humor, son el resultado de años de práctica y un ingenio que parece inagotable.
'Yo hacía teatro', recuerda, y cita las obras más festejadas por el público: 'Juan Moreira; Llegó un paisano de afuera y domó una vieja petitera; Fortunato Vizcacha, el terror de las muchachas… Las podés ver porque están todas en Youtube'.
Pero lo que realmente distingue a 'Papelito' es su conexión con el público. Para él, cada función es una oportunidad para crear un vínculo, para hacer que grandes y chicos olviden por un momento sus preocupaciones y se dejen llevar por la fantasía. Su interacción con los espectadores es genuina, espontánea y siempre llena de calidez, demostrando que el arte puede romper cualquier barrera.
'Yo llegaba a meter hasta mil personas por noche, era impresionante la cantidad de gente que yo metía en el circo', comenta Brighenti, y reconoce: 'tenía la plata para poder comprarme un circo mejor, más grande, más moderno, pero nunca quise porque se iba a perder la esencia de ese circo humilde, de ese circo de pueblo, donde podía ir toda la gente, ese circo al que llegaban diez personas juntas, todas de la misma familia, con los grandes y todos los hijos'.
En un mundo cada vez más deshumanizado, figuras como la de 'Papelito' nos recuerdan la importancia del contacto humano, de la risa compartida y de la magia que se genera cuando el talento se entrega con el corazón. Es un artista que ha trascendido el mero entretenimiento para convertirse en un mensajero de la felicidad.
Hoy, mientras el circo continúa su gira, 'Papelito' sigue en la pista, brillando con la misma intensidad de siempre. Su legado no se mide solo en aplausos, sino en las miles de sonrisas que ha provocado y en la inspiración que ha sembrado en generaciones. Porque, al final del día, 'Papelito' no es solo un artista de circo; es un pedacito de la alegría que todos necesitamos en nuestras vidas.
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