'No todas las cuencas tienen un Plan Maestro como la del Salado'

Así lo aseguró el chacabuquense Mariano Re, quien es ingeniero hidráulico, Magíster en Ciencias Ambientales, y se desempeña como jefe del Programa de Hidráulica Computacional en el Instituto Nacional del Agua. Con él repasamos algunos aspectos de la sequía que aún afecta a la Argentina y también cuestiones relacionadas con el manejo del agua a nivel nacional, en general, y de la Cuenca del Salado en particular.
-¿Por qué tuvimos un periodo tan largo sin lluvias y qué consecuencias trajo esto, más allá de la pérdida de las cosechas?
-Esta situación fue extraordinaria, al menos desde que se tienen registros. Este suceso, sostenido durante tres años, está asociado a un fenómeno de escala mayor, que es el de la Niña, que se dio en tres años seguidos: 2020, 2021 y 2022 y eso fue novedoso para el último siglo. A su vez, podemos decir que la sequía, contrariamente a la inundación, es más 'democrática', ya que golpea por todos lados y el impacto es más disperso, es un fenómeno de nivel regional, no es localizado, y por eso es más preocupante. Por ejemplo: la Cuenca del Plata, que es gigante, estuvo muy afectada por la sequía y hubo problemas de gran envergadura, como la navegación fluvial, o muchas ciudades ribereñas que no tenían los niveles de agua suficientes como para abastecer a la población y hubo que poner bombas, y también hubo inconvenientes en centrales energéticas por falta de agua para refrigerar sus máquinas. Son cuestiones, algunas un poco menos visibles, pero que fueron afectando todo este largo proceso de tres años y algunos meses.
-¿Y se sabe que nos espera? Acá estamos preocupados por la falta de agua en la Laguna de Gómez, por ejemplo. ¿Qué va a pasar con eso?
-Hay elementos de predictibilidad como para saber qué vendrá. Es decir que la meteorología, la climatología, tienen elementos de predicción, con una escala de seis meses, que -a groso modo- dan pautas de qué podemos esperar. Por ejemplo, ahora estamos en un fase Niño que se está terminando y, si bien no sabemos exactamente cómo será la que viene, sí podemos anticipar que va a ser neutra o Niña, o sea, no va a seguir siendo Niño. Sabemos que vamos a seguir sin lluvias, por lo que una situación como la de la Laguna de Junín no va a mejorar ostensiblemente.
-Nuestra región está ligada muy fuertemente a la Cuenca del Salado. ¿Cómo se está trabajando en esto?
-En el caso de la Cuenca del Salado hay una planificación muy clara: tiene un Plan Maestro, que viene desde los años 1999-2000, que tuvo una revisión y una actualización en el año 2007 y el cronograma de obras que ha venido realizando la Provincia, con préstamos internacionales, se sigue ejecutando y me consta que actualmente siguen trabajando. La obra más importante que han hecho en los últimos años es el dragado del río Salado desde Bragado hacia el sur, aguas abajo, agrandando el cauce. Este es un trabajo sostenido en el tiempo que estaba previsto en el Plan original del año 2000 y los distintos gobernadores han ido haciendo la obra. Quedan tramos por hacer pero los fondos están, es dinero que aporta el Banco Mundial y entre esas obras pendientes están los trabajos en la Laguna de Rocha. El caso de esta cuenca es interesante porque no todas las cuencas tienen un plan maestro, o una dirección concreta de cómo hay que avanzar; en ese sentido hay que decir que en la Cuenca del Salado se está respetando lo que se acordó, en consenso, en su momento.
-¿Y en qué habría que trabajar más, o mejor?
-En los aspectos más blandos, los no estructurales, que son los sistemas de alertas, las mediciones de datos, o el manejo de las obras existentes. Por ejemplo, en Junín, las lagunas Mar chiquita, de Gómez y El carpincho tienen obras de retención del agua, pero no está claro con qué política se manejan. Eso es parte de lo que se llama ingeniería blanda, o medidas no estructurales. Es decir: hay una idea que para mitigar los impactos del agua hay que hacer obras y más obras; y la verdad es que las obras son necesarias, pero no todo es hacer obras. Se necesita acompañar con medidas no estructurales; hoy las napas están bajísimas pero no sabemos exactamente por dónde andan porque no se hacen pozos para medir, las lagunas no tienen medición y por eso no podemos hacer estadística sobre el comportamiento de la Laguna de Rocha o la de Junín, o de cualquier otra. En todo esto la cuestión viene mucho más lenta que la ejecución de las obras.
-¿Eso indica que debería haber un compromiso mayor por parte de los municipios?
-Sí, definitivamente, porque las dueñas de las cuencas son las provincias, que, constitucionalmente, tienen la responsabilidad sobre lo que sucede en sus sistemas hídricos. Entonces, los municipios pueden participar, por ejemplo, pueden seguir la evolución de los niveles de una laguna. Un dato de sumo interés es la medición de las napas, algo que generalmente lo hacen los productores agropecuarios, que en sus campos tienen sus pozos porque tienen que tomar decisiones de acuerdo a dónde anda su napa. Eso es algo a lo que un municipio debería prestarle atención, entre otras cosas porque de esas napas beben el agua sus habitantes. Debe haber un involucramiento mayor, probablemente se les hace difícil porque no tienen el personal o porque lo cotidiano les pasa por encima. Lo que digo es que estas medidas no estructurales son las de más bajo costo y aportan un montón.
-¿Y a nivel nacional, cómo estamos?
-Los problemas son muy diversos. Hoy hay grandes obras paradas, como las represas del sur. La situación es muy complicada y hay poco panorama para la obra pública, entonces, salvo que las provincias tomen compromisos financieros internacionales por las suyas, no veo que se pueda avanzar demasiado.
-¿Podemos solucionar estas cuestiones del manejo del agua solos, o necesariamente tenemos que asociarnos con países más desarrollados?
-Desde el punto de vista técnico, lo podemos hacer tranquilamente solos porque hay ingeniería, hay equipos capacitados; acá se han hecho grandes obras y por lo tanto hay experiencia y capacidad que se ha ido transmitiendo. El problema es el financiamiento y en esto asociarse es bueno pero hay que ver bajo qué condiciones, porque ya entran a jugar otra cuestiones como las de geopolítica, pero eso es otro cantar.
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