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'Sabemos muy poco sobre los espectadores'

06/07/2024
'Sabemos muy poco sobre los espectadores'

En 2001, el investigador, crítico de arte y profesor universitario Jorge Dubatti fundó en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la primera Escuela de Espectadores, la que actualmente dirige. Posteriormente este proyecto se expandió a Polonia, Francia, España, México, Costa Rica, Venezuela, El Salvador, Perú, Colombia, Chile, Bolivia, Uruguay, Paraguay. Y sigue creciendo. Con motivo de su llegada a Chacabuco para brindar la charla 'Teatro y peronismo', junto a la actriz Cristina Banegas, pudimos dialogar con él acerca de esta iniciativa.

 

-Usted ha creado algo que desde su nombre llama la atención. ¿Qué es y cómo funciona la Escuela de espectadores?

-La Escuela de Espectadores de Buenos Aires, que ya tiene veinticuatro años, es un espacio en el que nos reunimos todos los lunes, de marzo hasta noviembre inclusive, son unas treinta y cinco reuniones en el año, para discutir, analizar, comentar los espectáculos que están en cartel en Buenos Aires o que pasan por Buenos Aires, ya sean espectáculos de las provincias o que llegan del extranjero. Las Escuelas de Espectadores hoy ya son más de noventa y están en distintos países, estamos integrados en una red, hay Escuelas de Espectadores en toda la Argentina, en toda Latinoamérica, ahora se abre justamente una en Estados Unidos, y se han abierto escuelas en varios países de Europa. Son espacios muy útiles de trabajo con las y los espectadores, que cumplen cinco funciones fundamentales: por un lado, armar una agenda de espectáculos para favorecer el movimiento de asistencia a los teatros; por otro lado están para empoderar a los espectadores con herramientas que no les dicen lo que tienen que pensar o sentir, sino que les brindan elementos para que cada espectador y espectadora construya su propia relación creadora con los espectáculos. En tercer lugar, la función es reunir a los espectadores con los artistas, por ejemplo, en la Escuela de Espectadores de Buenos Aires fuimos a ver 'Terrenal', una obra de Mauricio Kartun y él vino a charlar con nosotros. Fuimos a ver últimamente 'La Tempestad' con dirección de Mauricio Wainrot y él también vino a charlar. Es decir, ejercitamos una pedagogía del diálogo y de la escucha entre los artistas y los espectadores. Y por otro lado, estas escuelas cumplen dos funciones más: armar una masa crítica, un grupo de gente con la que podés contar en la cultura, mucho más que para ir al teatro, por ejemplo, para cuestiones de gestión, para cuestiones del campo teatral. Y finalmente, yo llamaría a esto un laboratorio de conocimiento, de producción de conocimiento sobre quién es el espectador contemporáneo, porque la realidad es que sabemos muy poco sobre los espectadores. Sabemos mucho sobre las ofertas del teatro, pero sabemos muy poquito sobre las y los espectadores reales, sobre sus demandas, sus deseos, sus traumas, sus reclamos. Entonces, hay algo bien interesante de las escuelas, y es que son laboratorios de percepción y de autopercepción del espectador contemporáneo respecto de sus dinámicas. Yo creo que son muy útiles.

-¿El funcionamiento de estas escuelas tiene incidencia en la afluencia de espectadores a las salas?

-Sí, claro. Mirá, yo tengo en la Escuela de los días lunes, en Buenos Aires, unos cuatrocientos alumnos. Entonces, si el espectáculo que recomendamos les gusta, o sea, si ellos están dispuestos a hacer lo que se llama el 'boca en boca', o a recomendarlo, sabemos que automáticamente los asistentes se reproducen por diez. Es decir, que por cada espectador van diez más que están entre sus parientes, sus amigos, sus parejas, sus empleados, sus empleadores, etcétera. Entonces, de cuatrocientas entradas vendidas, se pasa a cuatro mil, lo cual es un índice maravilloso. Si pensamos en una sala independiente, con una capacidad de cien localidades, está metiendo cuarenta funciones vendidas, por lo tanto, creo que las Escuelas de Espectadores cumplen una función muy importante, y por eso cada vez son más.

'Es un momento muy malo'

También consultamos a Dubatti acerca de cómo impacta en la actividad teatral el conjunto de medidas adoptadas por el Gobierno nacional que han desprotegido a varias ramas de la cultura, tal el caso del Instituto Nacional de Teatro o el INCAA. 'Es un momento realmente pésimo, de gran desamparo institucional y de mucha retracción por parte de los creadores', afirma el investigador, y agrega: 'lamentablemente, hay mucha desfinanciación de las principales instituciones y a esto se suma el problema de la inflación, de los tarifazos. Realmente la situación económica no colabora y, por otro lado, hay un evidente ataque a la cultura. La cultura ha sido enfocada como el enemigo contra el que hay que pelear públicamente, ya sea denostando o agrediendo o injuriando a los artistas y las diferentes disciplinas. Así que realmente es un momento muy malo para la cultura en general y específicamente para el teatro'.

 

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