'Si los avances científicos no están al alcance del pueblo, no sirven para nada'

El doctor Jorge Rachid cuenta con una extensa trayectoria en la medicina. Algunos de sus pergaminos son: médico cirujano, médico laboralista y médico sanitarista. Como docente, durante 24 años ejerció como titular de cátedra en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y actualmente es profesor de Salud Pública en la carrera de Trabajo Social en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo y es director -ad honorem- del Instituto Superior de Educación IOMA (ISEI). Además, es integrante del Movimiento de Sanitario Provincial (Mosapro), con el que recorre -junto a otros pares- toda la Provincia. Pronto estarán en Chacabuco.
Rachid comienza explicando de qué se trata el Mosapro: 'Este movimiento se ha generado a partir de las necesidades que se han visto y que se han observado, sobre todo en la pandemia, a partir de un instrumento institucional como es el Congreso Provincial de Salud de la Provincia de Buenos Aires (COSAPRO) que reúne en estos momentos a 115 intendencias de toda la Provincia, de todos los colores políticos, y que funciona en el ámbito del Ministerio de Salud'. El médico comenta además la orientación de este movimiento: 'tenemos una concepción que es la recuperación del pensamiento de Ramón Carrillo, esa medicina social que hoy se estudia en el mundo como epidemiología crítica, que fue pionera en Latinoamérica. Esa concepción nos impone que el cuidado de la salud, el mejor plan de salud, decía Carrillo, no está en manos de los médicos, no está en manos de los hospitales, ni del Ministerio de Salud, sino que la salud de los argentinos es agua corriente y cloacas. Y planteaba que los virus y las bacterias son pobres causas de enfermedades al lado de la pobreza, la miseria y la exclusión social. Es decir: si los avances científicos no están al alcance del pueblo, no sirven para nada'.
En cuanto a las actividades que vienen realizando, el entrevistado expresa: 'estamos llevando a cada localidad la idea de que se organice sin tutelajes, colaborando nosotros con las herramientas sanitarias que tenemos en el Ministerio de Salud, pero con la organización propia, comunitaria, en cada localidad. Nos estamos moviendo, lo hemos hecho en 75 ciudades en función de acercar a los clubes de barrio, a los centros de jubilados, a las municipalidades, por supuesto, a los secretarios de salud, tratando de realizar desde la salud una organización permanente de la vida comunitaria. En esto hemos tenido experiencias muy importantes, con reuniones de 200, 300 vecinos planteando sus ejes, que muchas veces nos permiten a nosotros aprender cómo las prioridades de la población pasan por lugares diferentes a lo definido en los gabinetes cerrados o ultra profesionales o alejados de esa realidad'.
El marco nacional
Le consultamos a Rachid cómo es llevar adelante esta tarea en un contexto nacional totalmente adverso, configurado por un gobierno que atenta permanentemente contra el acceso de la población a la salud. 'Justamente le da más importancia todavía', afirma, y añade: 'porque el contexto nacional adverso tiende a la diáspora social, está provocando un dolor social inmenso y tiende también a que cada compatriota, cada argentino, se sienta aislado, solo, con miedo, con angustia, con incertidumbre, mientras que, justamente, la idea de juntarnos es casi como terapéutica, porque la organización social funciona prácticamente como un lugar de identidad común, de objetivos comunes, de anhelos comunes, de utopías comunes, de esperanzas, y esto lo hemos verificado en muchas localidades'.
El doctor destaca otros alcances de esta dinámica propuesta por el Mosapro: 'también es terapéutico juntarse, compartir, y además derribar esto de los sectarismos, los dogmatismos, de que uno votó a uno, de que otro votó a otro, porque en realidad, cuando nos ponemos a plantearnos objetivos comunes a largo plazo, nos damos cuenta de que el otro no es tan diferente a nosotros. Esto es justamente cerrarle el paso a quienes proponen la diáspora social, el individualismo extremo y sin un mañana posible, que es prácticamente la base del neoliberalismo. Nosotros a eso le oponemos comunidad organizada, con mucho amor, con mucho afecto, y también con mucha paciencia y desprendimiento, que es lo que hay que tener también; hay que caminar con humildad, sin verdades reveladas, escuchando mucho, que es lo que últimamente no se hace demasiado'.
Un mal crónico
Finalmente, le pedimos su parecer sobre cuál es el origen de esta problemática que cada día aleja más a los argentinos de la posibilidad de contar con el derecho a la salud. 'El malo de la película es el Banco Mundial, que desde hace 40 años viene impulsando políticas sectoriales y apretando, junto con el Fondo Monetario Internacional, las políticas sociales', enfatiza, y explica: 'en la década de los 90 se consolidó un esquema de mercantilización de la medicina y de fragmentación de los sistemas consolidados; la política nacional de salud desapareció, la política nacional de educación desapareció, todo fue trasladado al lucro. Eso trajo como consecuencia la constitución de 1994: la amputación y la fragmentación de los sistemas sociales, entonces, hoy el chico que nace en Pirané, en Formosa, o en Purmamarca, en Jujuy, tiene una expectativa de vida 5 años menor que una chica que nace en la Capital Federal, en Rosario, en Santa Fe, en Córdoba, o en Mendoza. Este es un país injusto, esta fragmentación de la que hablo permite la intrusión, no solamente de los sistemas de lucro tipo prepagas, sino la intrusión absurda y absolutamente brutal de las industrias farmacéuticas cuya cadena de valor en cualquier medicamento que usted compre no baja de una ganancia del mil por ciento, aunque sea un paracetamol'.
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