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Chacabuco según Haroldo y el profesor Melli

06/08/2024
Chacabuco según Haroldo y el profesor Melli

Por Gustavo Porfiri

 

Este lunes gris, Chacabuco festejó el aniversario de su creación. El 159° aniversario estuvo enmarcado en diferentes actividades que tuvieron epicentro en la plaza San Martín. Para adherir a esta celebración, desde esta columna habitualmente dedicada a la política internacional, se ha elaborado un ensamble de fragmentos publicados en las obras del escritor desaparecido Haroldo Conti y del profesor Oscar Ricardo Melli. A pesar de sus estilos y disciplinas bien diferenciadas, es notable observar de qué manera los escritos 'empastan' como dicen los músicos cuando se refieren al perfecto acople de voces en el canto polifónico. 


 

1 - El comienzo

'El nuevo centro urbano nacía al impulso de un plan oficial en el que todo estaría minuciosamente reglamentado en leyes y decretos vigentes y no cabía esperar originalidad, matices felices o pautas afortunadas reveladoras del genio personal de un fundador inspirado'. (...) 'El Ministerio de Gobierno y el Departamento Topográfico de la Provincia no alterarían en lo más mínimo el patrón uniforme impuesto para estos eventos. A tales extremos avanzó esta tendencia que el centro del nuevo pueblo, Guardia Nacional, fue fijado (...) sin que lo precediera una previa prolija inspección del terreno'. 'Ese centro ideal caía en un terreno bajo y anegadizo, en la vaguada de una cañada, y al comprobarlo el agrimensor y los miembros de la comisión encargada de las obras públicas, resolvieron su traslado a una prudente distancia. El tiempo demostraría que había sido escasa'. (1) 'Este pueblo no fue así desde el comienzo, como uno imagina. En su momento fue pueblo niño. (...) 'Ni estaba siquiera esta estatua de San Martín, que cabalga sereno entre las copas de los árboles, ni el blanco palacio de la Municipalidad, tan gobernante, ni aún la Avenida Alsina de cemento lisa, embanderada de letreros a los costados. Esto es, hay un pueblo por debajo de éste y otro y otro más, con tapialitos amarillos de sol y callecitas de tierra'. (2)

2 - Ubicación geográfica

'Me llama ahora el jubiloso camino del buen viaje entre maizales encorvados por las lluvias de abril, con las torres de Luján que asoman a través de los eucaliptos, giran, sobrevuelan los árboles hacia el sudeste y después Giles y Carmen de Areco y Cucha Cucha y después la curva de la alegría que empalma con la ruta a Chivilcoy y el penacho gris de la iglesia de Chacabuco que se incorpora detrás de un montecito de acacias negras y empieza a crecer en el marco de mis ojos y ahí está el pueblo, fiel a mi memoria' (3). 'El partido de Chacabuco ocupa una posición aproximadamente central en la región septentrional de la provincia de Buenos Aires. Por el norte lo rodean los partidos de Rojas, Salto y Carmen de Areco. Por el este Carmen de Areco y Suipacha. Por el sur Chivilcoy y Alberti y por el oeste y por el oeste Bragado y Junín'. (4)

3 - Caminos

'Carretas, carros, chatas y diligencias arrastrados por lentos y seguros bueyes e incansables y ágiles caballos criollos fueron los primitivos medios de transporte utilizados en nuestra campaña. Los caminos donde los hubo eran por lo general de difícil tránsito carecían de obras de arte complementarias de terraplenes y cuidados a lo sumo algún rústico puente sobre arroyos y cañadas pero en épocas lluviosas eran francamente intransitables'. (5) 'Cierro los ojos y veo ese largo camino polvoriento del verano que se extiende hasta el horizonte como un río seco bajo el sol. Es el camino de tierra entre Chacabuco y Bragado, ese mismo semejante a una áspera corteza de árbol viejo con tantos y tantos surcos, el almacén de don Luis Estefano en una esquina de acacias hasta el año 33 y después para siempre en la memoria, y la de Iglesias a la derecha, más adelante, ya por el camino de Sastre, después esa loma que trepa brevemente hacia el cielo y después el puente sobre el río Salado, que es el mismo límite entre los dos partidos, según dicen los carteles de chapa en una y otra punta, y uno imagina que hay en el aire una línea invisible y que el aire es sutilmente distinto a cada lado de esa línea'. (6)

4 - Celebraciones y fuegos de artificio

'Y llegó el gran día del centenario; 25 de mayo de 1910. Al asomar el sol sobre el horizonte el estampido de las bombas de estruendo despertó a los habitantes del pueblo y alrededores'. (7) 'Como se sabe, el señor Pelice era el cohetero más reputado de la zona. ¿Quién no recuerda, eso sí, las cascadas, abanicos, glorias y soles fijos que hacía estallar para la fiesta de San Donato, por ejemplo, aparte de las consonantes bombas de estruendo que reventaba en procesiones y remates y que se oían hasta Irala o Cucha Cucha, según soplase el viento, y era el propio mundo que saltaba en pedazos?' (8) 'Poco después en la plaza principal el pueblo congregado entonaba las estrofas del himno nacional. En horas del mediodía hubo un almuerzo popular en la plaza de Juegos Atléticos. A las 13, en el Templo Parroquial, se ofició el solemne Te Deum; después, en el centro de la plaza principal, se colocó la piedra fundamental de un monumento conmemorativo a la batalla de Chacabuco. Niños de los establecimientos escolares entonaron el Himno Nacional, se pronunciaron discursos, hubo declamaciones de poesías y se repartieron medallas conmemorativas'. (9)

'El maestro Pelice, en cambio, que era un verdadero artista creativo, prosiguiendo y mejorando los fogosos estudios del maestro Ruggeri, perfeccionó in extenso los fuegos pírricos alternando piezas fijas con piezas giratorias, lo cual es de suma perfección si se tiene en cuenta que el movimiento de rotación se opone per se a que se establezca la comunicación entre las piezas. El sutil rebusque se basaba en una fuerte broca colocada horizontalmente sobre un sólido poste de madera y que servía de eje a todas las piezas, de las más simples a las más complicadas, combinando en ajustada competencia de ingenio soles fijos, estrellas, glorias, patas de ganso, aspas de molino y las maravillosas espuelas de fuego de su exclusiva invención. Inspirado por la alada figura de la señorita Haydée, el señor Pelice llegó incluso a fabricar aquella atronadora pieza en espiral compuesta de fuegos giratorios y de una hilera de lanzas que suben circularmente y forman, cuando la pieza gira, una espiral de fuego de enorme pasmo y majestuoso incendio'. (10)

 

(1, 4, 5,) 'Geografía del Partido de Chacabuco', Oscar Ricardo Melli

(2, 8, 10) 'Perfumada Noche', Haroldo Conti

(3) 'A la diestra', Haroldo Conti

(6) 'Las doce a Bragado', Haroldo Conti

(7, 9) 'Historia del partido y ciudad de Chacabuco (1981-1930', Oscar Ricardo Melli

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