Días de malas noticias para Europa

Por Gustavo Porfiri
El director ejecutivo del Grupo Volkswagen, Oliver Blume, declaró al periódico Bild am Sonntag que el estado económico de la compañía es alarmante y las cosas "no pueden seguir como antes". "El pastel se ha vuelto más pequeño y tenemos más invitados a la mesa", señaló al justificar un plan de recortes de gastos a gran escala que podría incluir el cierre de fábricas. La 'locomotora' europea descarrila.
Los despidos por motivos operativos forman parte de las medidas de austeridad diseñadas por el gigante automotriz alemán para sobrevivir a la caída de sus ventas. "La estabilidad económica se ha vuelto más difícil, en Europa se compran menos vehículos y, al mismo tiempo, entran en el mercado nuevos competidores de Asia", destacó Blume.
Las garantías laborales que ofrecía la compañía en sus 87 años de historia se ven ahora amenazadas por un plan de ahorro de 4.000 millones de euros, mientras las acciones del grupo automovilístico han caído en casi un tercio en los últimos cinco años.
En respuesta a estas declaraciones, Daniela Cavallo, líder del comité de empresas europeas de Grupo Volkswagen, calificó los planes de recorte como un "indicador de pobreza" y una "declaración de quiebra". Por otro lado, Janine Wissler, presidenta del partido alemán de izquierda Die Linke, declaró al Rheinische Post que la situación es fruto de una "mala gestión". "Es increíblemente lamentable que una empresa como Volkswagen, que pagó 4.500 millones de euros a sus accionistas en el último ejercicio financiero, ahora afirme que no puede recaudar 5.000 millones de euros para evitar los cierres", agregó.
Desastre en Europa
Volkswagen lanza la alarma de la crisis industrial y golpea a la élite europea. José Vizner, director de Negocios TV, fue el primero en dar la primicia. ¿Qué es lo que ha ocurrido? Bueno, algunos seguidores de esta columna recordarán que hemos escrito aquí que se avecinaba en Europa un auténtico colapso. Hablamos de la ceguera de las élites gobernantes que ponían en riesgo a sus pueblos alineándose sin chistar detrás de la demencia imperial del Reino Unido y su mejor discípulo, Estados Unidos. Y ahora, vemos en la pantalla al señor Vizner dando la noticia.
Lo que ha ocurrido es sencillamente que por primera vez, desde que empezó la segunda guerra mundial, Volkswagen se plantea cerrar fábricas en Alemania. Volkswagen era uno de los grandes puntales del PIB europeo, del PIB alemán obviamente, que hasta hace muy poco era considerada 'la locomotora económica de Europa'. Una locomotora destinada a tirar del continente europeo que haría un 'paseo' en tren que iría estupendamente bien. Sin embargo, ahora vemos que ese plan, progresivamente, va yendo estupendamente mal.
Al margen de la situación de la automotriz, las noticias hablan de cifras decepcionantes para la producción industrial alemana: ha caído alrededor de un 26% desde su máximo en 2017 y está un 16% por debajo de su tendencia pre pandémica. Pero todo esto tiene una explicación, ya que el modelo de negocio alemán se basaba en 'tres pilares': energía barata proveniente de Rusia, acceso a dinero barato, y exportaciones en crecimiento estable a China; y asimismo, aunque en menor medida, aumento de las exportaciones de productos alemanes a Rusia y los países postsoviéticos. Estos tres componentes del mundo manufacturero alemán ya han desaparecido y no hay posibilidad de recuperarlos entre otras cuestiones porque Berlín ha decidido someterse a las reglas de juego impuestas por los patrones del Occidente imperial, desechando la posibilidad de buscar un destino propio en esta nueva configuración del mundo que se está gestando.
Este lunes, el ex primer ministro de Italia y expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, en un informe sobre la competitividad de la Unión Europea, hizo un llamamiento de invertir más de 800.000 millones de euros (884.000 millones de dólares) adicionales para que el bloque pueda competir con China y EE.UU. "Por primera vez desde la Guerra Fría, tenemos que temer genuinamente por nuestra supervivencia", sostuvo el político italiano. Ajá, ¿y cómo lo harán si siguen obedeciendo ciegamente a la Casa Blanca?
El globo a punto de explotar
Pero no solamente en Europa las cosas van de mal en peor. En este continente que habitamos también hay noticias. El endeudamiento de Estados Unidos es tan grande que los costos de los intereses se dispararon con un pasivo que alcanza los 35,3 billones de billetes verdes y una media de 3 mil millones al día en concepto de intereses. Sí, sí, estimado lector, vuelva a leer, seguramente en la primera quedó desconcertado.
El gasto diario en intereses por la deuda del país norteamericano se ha duplicado desde el año 2020. El alarmante incremento se debe a los efectos secundarios derivados de las agresivas subidas de intereses que la Reserva Federal implementó para frenar la inflación. Esta política monetaria volvió más costoso el servicio de la deuda, ya que los bonos del Tesoro pagaban rendimientos más altos. Viejas recetas fracasadas para un mismo mal. La concepción monetarista -que tanto entusiasma a los habitantes de la Casa Rosada- sigue agregando combustible a una hoguera financiera que terminará convirtiendo en cenizas a todo el sistema actual.
En fin, días de malas noticias para el 'mundo libre'. Afortunadamente se vislumbran otras posibilidades para la humanidad y cada vez suenan más fuertes las voces que alientan el desarrollo de un mundo multipolar basado en la cooperación de todos los pueblos.
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