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El agrimensor que se quedó a vivir

29/05/2024
El agrimensor que se quedó a vivir

Si bien venía de hacer mensuras y amojonar muchas poblaciones y campos, algo vio el agrimensor Justiniano Lynch en Chacabuco -en ese entonces, el proyecto de pueblo Guardia Nacional- que lo decidió a quedarse a vivir. En los años siguientes tuvo la posibilidad de acceder a distintos cargos públicos, entre ellos una banca de diputado provincial a la que renunció, y fue propietario de grandes extensiones de tierra.

Lynch, que había nacido en 1835, era un prestigioso agrimensor del Departamento Topográfico de la provincia de Buenos Aires. Antes de llegar a Chacabuco, había emprendido importantes obras, como la realización, en 1859, del plano topográfico de la Isla Martín García.

El 14 de noviembre de 1865, a través de un decreto provincial, se le encomendó la ubicación y el amojonamiento del pueblo Guardia Nacional, siguiendo los planos dibujados por el presidente del Departamento Topográfico, Saturnino Salas. El joven agrimensor ya conocía estas tierras, pues en 1862 y 1863 había hecho mensuras en campos ubicados en los actuales cuarteles II y VII.

En diciembre de 1865 Lynch recibió las instrucciones del caso y a comienzos de 1866 comenzó con los preparativos para trasladarse al partido de Chacabuco, donde le esperaba una tarea que le iba a llevar varios meses. Su llegada fue en febrero y el 5 de ese mes, junto al francés Francisco Duberty, que era juez de Paz y presidente de la Comisión de Obras Públicas -luego conocida como Comisión Fundadora-, ubicó el centro de lo que sería la plaza principal del pueblo.

'Nacía así un nuevo pueblo en la llanura pampeana, siendo Duberty y Lynch los indiscutidos protagonistas de esta fundación', escribió el profesor Oscar Melli, al referirse a ese histórico acontecimiento.

Durante los meses siguientes el agrimensor trabajó incansablemente en la delineación de la planta urbana, y a finales de mayo ya estaban marcadas las manzanas del pueblo, así como las quintas y las chacras. Cuenta la tradición que a modo de mojones se utilizaron estacas de madera y postes de sauces. Con el tiempo, muchos de estos últimos se transformaron en voluminosos árboles.

En 1867 Lynch ya estaba afincado en Chacabuco, se encontraba vinculado a la administración municipal y era un referente en la joven comunidad. Tal era así que en 1869 fue incluido en una terna de candidatos a juez de Paz del partido que la Municipalidad le envió al Ministerio de Gobierno provincial. Dos años después integró una comisión de vecinos elegidos para la puesta en marcha de la primera escuela pública del pueblo.

En los comicios legislativos de 1874 Justiniano Lynch fue elegido diputado provincial por la Sexta Sección. Sin embargo, decidió no asumir. Las razones las expuso en una nota enviada al presidente de la cámara legislativa: 'La profesión de agrimensor me obliga a ausentarme constantemente de la ciudad, y me sería por lo tanto imposible asistir a las sesiones de la Honorable Cámara con la regularidad necesaria, y aún ocuparme con el suficiente detenimiento del estudio de los importantes asuntos que se van a tratar', escribió.

A mediados de 1878, Lynch fue designado miembro titular de la Municipalidad de Chacabuco, en la que cumplió funciones como procurador y defensor de menores. Durante su gestión, a la que renunció en mayo de 1879, se abocó especialmente a agilizar la entrega de lotes pertenecientes a la Comuna, para impulsar el crecimiento de la población.

En nuestra zona, Lynch también participó en la mensura de pueblos como Junín y Salto. Paralelamente a eso, se dedicó a las faenas rurales en una estancia que ocupaba parte de los cuarteles VI y VII. Además, su padre, fallecido en 1884, le dejó una considerable extensión de tierra, lo que hizo que, sumando otras compras que realizó, llegara a tener 7.704 hectáreas.

El agrimensor Lynch, uno de los fundadores de Chacabuco, falleció en 1894, dejando seis hijas mujeres y tres varones.

 

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