El celular en las aulas: ¿Sí o no?

Recientemente, con diferentes criterios de aplicación, en Rusia, Italia, Países Bajos y en la región de Cataluña en España se decidió prohibir el uso de los teléfonos móviles en el ámbito áulico. En 2018, Francia se convirtió en uno de los primeros países que prohibió el uso de estos dispositivos en los establecimientos educacionales. Sobre la cuestión dialogamos con el licenciado en Ciencias de la Comunicación, y coordinador académico del Aula Chacabuco de la UTN-FRSN. Marcelo García, y con la licenciada Roxana Tange, docente de la misma institución.
Al inicio de la charla, la licenciada Tange nos recuerda que en Irlanda, el debate sobre el impacto de las nuevas tecnologías entre los más pequeños ha ido más lejos: en la localidad de Greystones, al sur de Dublín, está prohibido, no solo en las escuelas, sino en todo momento, el acceso a los teléfonos móviles a menores de 12 años. Consultada sobre qué pasa con la cuestión en nuestro ámbito, la docente considera que 'en Latinoamérica tenemos que trabajar en la formación', y añade: 'el problema no es que el celular esté en el aula, el problema es que no estamos preparados para su uso ni los niños, ni los adolescentes, ni los adultos, diría. Y esto arranca antes de que el niño ingrese siquiera al Jardín de Infantes: los padres le dan un celular a un niño de dos años y desde ese momento empieza la dependencia del dispositivo. Y eso es lo malo: la dependencia'.
Yendo al aula
Tange señala que la dependencia hace que el alumno se distraiga, no pueda leer bien, y fundamentalmente no pueda sostener la atención. 'Logran una mínima atención y enseguida se van al celular a mirar qué pasa ahí y eso implica un aprendizaje deficiente'. Por su parte, el licenciado García ve que la presencia de la tecnología en el salón de clases puede tener tres características: 'puede ser una herramienta, puede ser un objeto de estudio, o puede ser una intromisión. Igual pasa con un torno para dar en un taller o, como en su momento se discutía, la televisión. Como herramienta, se puede utilizar el celular para la educación porque de hecho nosotros, cuando trabajamos, lo hacemos con el celular. Entonces, para coordinar equipos, para buscar información, para ver un video, e incluso hoy lo usan mucho para leer un texto, en vez de fotocopiar, le sacan una foto y leen desde el celular. Como objeto de estudio también es interesante porque en muchas materias se puede trabajar con las cosas que circulan, por ejemplo, la información que les llega a los pibes y a las pibas por el celular: entrar y ver en las redes sociales cuál es la primera información que se cruzan sobre la política económica y plantear el tema desde ahí. Ahora, está claro que cuando el celular es intromisión, cuando lo que hace el celular es distraer, está bien que se prohíba'.
Llegados a este punto, Tange opina: 'creo que esto no se soluciona prohibiendo el celular en las escuelas', y explica: 'la sociedad va a ser cada vez más tecnológica, entonces si nosotros prohibimos los medios tecnológicos, vamos a estar más afuera de lo que ya estamos. Latinoamérica es pobre en cuanto a conocimientos tecnológicos, por eso sería malo dejarlo afuera de la educación, me parece que la tecnología tiene que estar en la educación, pero controlada'. Incluso va más allá y observa que en la educación argentina los contenidos relacionados con la tecnología son escasos: 'en la primaria nada, y en la secundaria en algunas modalidades solamente en los últimos años', comenta y enfatiza que esos conocimientos 'son parte de las competencias con las que tiene que salir de la escuela'. Consultada sobre cómo debe implementarse un acuerdo dentro de la comunidad educativa para el buen uso de la tecnología, Tange afirma: 'el consenso debe venir desde la escuela, con reglas claras'.
La cuestión de la autoridad
En ese sentido, García se pregunta: '¿Tiene la escuela argentina la capacidad, la autoridad, para prohibir el celular?' y al respecto sostiene: 'Acá hay también tres temas: uno es la autoridad del conocimiento, que es el más importante. Si los educadores no están formados, capacitados y actualizados para utilizar las nuevas herramientas, como el celular, y todo a lo que el celular da acceso para la educación, bueno, ahí parece que hay que prohibir el celular porque no sabés usarlo y pareciera que el docente no puede insertarlo en ningún momento en la propuesta educativa. Entonces ahí se pierde autoridad para que el docente pueda decir 'ahora sí, ahora no''. En sintonía con esto, Tange asegura que el docente, ante esta situación ya instalada, debe plantearse cómo hacer para que el celular aporte en el proceso de aprendizaje. Y agrega: 'los docentes debemos apostar a la formación constante, no solo en nuestras disciplinas específicas, sino en todo lo que implican los retos de la sociedad de nuestros días'. Sin embargo, la docente reconoce que esto es difícil de instrumentar pues, dice: 'el docente hoy capaz que está corriendo de una escuela a la otra para armar un sueldo. También hay que ver que -si bien hay cursos gratuitos- la mayoría son pagos y el docente no puede permitirse hacer capacitación continua. Sé que esto es una utopía, pero el camino es por ahí'.
Volvamos al planteo de García, quien ve que 'el otro gran problema es que los maestros y profesores argentinos perdieron mucha autoridad en la medida que se fue perdiendo exigencia en la educación, y que se fue poniendo más en discusión la promoción de los estudiantes que los contenidos y las propuestas pedagógicas. Eso generó que muchos docentes hayan perdido cierta autoridad a la hora de negociar exigencias'. Asimismo, el licenciado habla de otra deslegitimación de los docentes: 'la que vino de parte de una derecha que ve en la educación pública una traba para la imposición de su discurso o de su mirada sobre el mundo, entonces generó el fantasma del adoctrinamiento. Eso ya tiró por el piso cualquier discusión o cualquier valoración intelectual que se tenga sobre el docente, porque acá se metió todo el mundo, incluso algunas familias. Entonces es muy difícil que el pacto educativo en la Argentina hoy en día se construya para tener la autoridad suficiente para que la escuela diga: ?celulares no´'.
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