El cumpleaños de la abuela Justa

Por Sonia Elisabeth Rubino
Y cada tanto nos damos un gusto. Esos que son como pequeños milagros caídos del cielo. Siento que me superan las circunstancias y ponen mi mundo de cabeza. Después de tantas historias hoy compartimos una que nos hace ver las cosas desde otro lugar y encontrar en los pequeños detalles el misterio de la vida.
A sus 103 años, Justa García nos replantea cómo ser una sobreviviente a toda una generación, a un hijo, a un esposo y a toda su familia.
Algo así como dar de nuevo las cartas y volver a jugar. Comenzar sin nunca olvidar. Ser feliz y también enojarse ante las injusticias que nadie le cuenta, ella asimila, y lo entendió todo.
¡Señores, les presento a una dama que hace honor a un siglo que ya fue y gracias a su memoria impecable podemos tocar con la punta de los dedos!
¿Dónde naciste?
'Nací en Chacabuco.'
¿Un día cómo hoy?
'Sí, un 3 de septiembre del año 1922,'
¿En qué lugar de Chacabuco?
'En la quinta, en mi casa, frente al Matadero. Allí nos atendió la partera y el doctor. Ahora salen de gira para ir a tener un bebe.'
¿Cuántos hermanos son?
'Muchos, éramos 7 hermanos, de los 7 soy la única que quedé. Era la mayor.'
¿Y a qué se dedicaban tus padres?
'Tenían una quinta y media. Y a esa quinta la hacían producir con todo. Mi mamá se ocupaba de criar animales y mi papá sembraba toda la quinta. Nosotros nunca compramos verduras.
Se cosechaban papas, batatas, todo. Se hacía como unas trojas con cañas, como se podía. Y hasta se guardaban los marlos también. Porque venía la máquina a trillar el maíz y se juntaban los marlos. Abundaba la leña.
¿No se tiraba nada?
'No, no se tiraba nada y no se compraba, no se compraba ni carne, porque en el Matadero nos daban lo que queríamos.'
¿En el Matadero?
'Sí, porque vivíamos sobre el matadero. También mi padre se iba al campo a llevar encargues porque en ese tiempo en la colonia de Duggan no había sulkis, no había nada, le encargaban toda la mercadería y él la compraba acá en el almacén de Iribarren, en el centro. Cuando la llevaba le daban la propina y allá venía con huevos, con carne de cerdo, traía de todo.'
¿Llevaba y traía?
'Iba los días martes para allá, después seguía trabajando en la quinta.'
¿Todos colaboraban?
'Teníamos que ayudar a matar las hormigas, juntar la verdura, todos trabajamos.'
¿Fuiste a la escuela?
'Fui a la escuela 27 hasta tercer grado porque otro grado no había. No nos hacía faltar nunca mi papá, íbamos bajo la lluvia, nos tapaba con un poncho.
¿Me decís el nombre de tus padres?
'Inocencio García e Isabel Díaz. Mi padre español, mi madre argentina. Nunca nos faltó nada así que nos crió bien criados, bien educados.
Cuando mis hermanos cumplían los 18 años ya los llevaban para la estancia Estrugamou así que se han criado ahí, pero siempre trabajando y le traían la plata a mi mamá. Por ahí les daban consejos que no tenían que darle la plata a los padres, que tenían que manejarlo ellos pero así eran. Y para comprar algo que ellos querían, se hacían acompañar.
Después ya casados hicieron su familia'
¿Y a las dos mujeres?
'Mi madre nos enseñó a barrer, a coser, a remendar, a hacer muchas cosas, a hacer la comida. Por eso aprendí muchas cosas.
Y desde marzo a septiembre a juntar maíz. En aquella época no había máquinas y pasábamos de una chacra a otra. Y así íbamos juntando, viviendo en los toldos, durmiendo en los galpones.'
¿A qué edad te casaste Justa?
'A los 20 años sí, 20 años'
¿Tuviste hijos?
'Sí, un varón y una mujer. Oscar Alberto y Mirta Zulma. El varón falleció hace 6 años, mi hija tiene una pensión allá en La Plata y tiene 73 años.'
¿Tenés nietos?
'Tengo tres nietos, siete bisnietos y dos tataranietos.
Estoy por conocer a los dos tataranietos porque viven lejos, en La Plata. Yo estuve viviendo un tiempo también allá pero me quise venir."
¿A vos te gusta estar en Chacabuco?
'Claro, yo quería vivir acá.'
¿Qué es lo que te gusta hacer ahora?
'Acá tengo amigas, no miro mucha tele y no puedo caminar mucho. Camino, pero tengo miedo porque me he caído varias veces, hay que tener cuidado.
Acá estoy muy bien atendida por Mónica, que nos cuida mucho, tengo compañeras de cuarto que son como amigas y me gusta charlar.'
¿Te gusta estar afuera?
Ay, sí, que me gusta, en verano sí. Y ahora me gusta mirar por la ventana.
Y también ir de vacaciones a una quinta que tiene pileta. Viene mi familia, vamos con las compañeras y muchas veces nos quedarnos a dormir. ¡Es muy divertido!
¿Tuviste otros trabajos?
'He ido a trabajar de cocinera en la escuela de Mar del Plata al lado del parque Camét. Ahí están los aviones. La escuela que era de Eva Perón. Había 900 camas. Un colegio grandísimo. Pero estaba cerrado.'
¿Cómo terminaste ahí, justo en Mar del Plata?
'Fué la familia entera. Yo hacía de cocinera, mi marido cuidaba las gallinas. El hijo limpiaba los pollos y la hija criaba conejos.'
¿Cuánto tiempo estuvieron ahí?
'Casi cuatro meses y después nos vinimos porque había buena cosecha. Nos fuimos a juntar maíz en el campo de Echevarría, en "La Paloma", El 28 de junio terminamos ahí.
Mi marido se enfermó del Mal de los Rastrojos. Estuvo un mes en el hospital y se salvó. Pero mi hermano que vivía enfrente a los 15 días se contagió y se fue, se murió.'
¿Y después?
'Vendimos, ya no nos animamos a trabajar más, ya mi marido estaba enfermo, los hijos trabajaban y me fui de cocinera con el doctor Tabassi, en el sanatorio. Estuve dos años y ocho meses o nueve más o menos pero abandoné. Me pagaban muy poco, me hacían firmar el recibo por 900 pesos pero me pagaban 600 . Se descubrió esto y se acabó todo, se acabó la cocinera .'
¿Hay momentos donde tenés recuerdos de tu niñez?
'A la noche me vienen los recuerdos, tengo ganas de volver. Me hace bien recordar.'
¿Estás conforme con el gobierno actual?
'No, quiero que se vayan. Nos están haciendo muy mal a los pobres, a los jubilados y a toda la gente enferma y que está muy mal. Y el domingo también voy a ir a votar.'
¿Vos viviste la época de Juan Domingo Perón?
'Y si, muy buena época.'
¿Qué le decís a la gente que hoy conoce tu historia?
'Que no se hagan problemas, que se cuiden más, que hagan lo que el médico les dice, que coman bien si pueden que coman bien.'
¿Y vos qué comés?
'Costeletas, puré. huevos fritos con cebolla y tomates, morcillas, tortillas, todo me gusta y nada me hace mal.'
¿Puede ser que tengas regalos para tus nietos?
'Si, les compré bicicletas porque me encanta hacer regalos y espero que lleguen para ver si les gustan.'
¿Te acordás de alguna anécdota?
'Si, la viuda de mi hijo me sigue visitando y nos queremos mucho. Después que falleció mi hijo ella se volvió a casar pero me siguen visitando los dos. Una vez su marido se disfrazó de mujer y acá me hicieron creer que venía otra compañera a vivir. Se llamaba Filomena y llegaba esa noche.
Cuando la ví vestida de todos colores y cantando yo quería que se vaya, no era lo que esperaba. Era algo rara.
Entonces en un momento se saca todo su disfraz y aparece él dándome una gran sorpresa y todos estaban viendo mi cara porque ya sabían.
Me hicieron un chiste y un regalo de Navidad y fue una noche muy feliz.'
Es todo lo que se merece esta mujer increíble. Siempre acompañada de su cuidadora Mónica con quién tienen pequeños guiños que sólo ellas conocen, nos lleva de la mano a través de su historia de vida. Su experiencia y sabiduría la hacen parecer fuerte pero no le quitan su dulzura y encanto.
Es dueña de cada secreto que atraviesan los cambios, las épocas, las pérdidas, la vida misma que así como hoy la hace soplar 103 velitas le provocó los grandes dolores y quedar envuelta en recuerdos que fluyen como su sonrisa.
Encontré a mi abuela y a la de muchos de nosotros. Me la imaginé zurciendo mientras cocinaba. Cantando canciones de cuna, haciendo patria entre los hombres cuando había que trabajar y con esas mismas manos robar una caricia que nadie pudo impedir.
Justa nos da una lección de vida cuando nos dice que tiene muchos recuerdos de una época feliz a la que quisiera volver pero entiende que la vida sigue y todo estará bien.
Con todas sus facultades y haciendo uso del derecho ciudadano en democracia que sabe que tiene, éste domingo 7 de septiembre fue a votar porque necesita creer que un mundo mejor es posible y un gran país también.
Me vuelvo sin palabras y con una sola foto. Las demás están dentro de la nota como criptograma. Sólo hace falta ver más allá.
¡Gracias Justa!
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