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El quiosquero amigo

09/03/2024
El quiosquero amigo

Hay un punto en que coinciden los intereses de los comerciantes y de los clientes: uno trabaja y vende la mercancía, el otro consume y compra la mercancía, es decir que hay una necesidad que tiene dos caras complementarias, como la moneda. El comerciante y el cliente se necesitan mutuamente, y en la sana interacción de ambos se desenvuelve una parte importantísima de nuestra economía nacional. La sociedad conlleva que todos nosotros aportamos un trabajo y lo vendemos, todos compramos el fruto del trabajo de alguien, ya sea en el quiosco, en el almacén, en la librería, en la tienda de ropa, etc.  La comunidad se va desarrollando a través de vínculos comerciales y empresariales, profesionales y de servicios de todo tipo, lo cual hace al tejido social y a la dinámica de la comunidad. El hombre es un ser social, vive en sociedad, interactúa con los demás, y en la medida en que contemplamos al otro, cada uno satisface sus necesidades y sus anhelos con justicia, y así nuestro país avanza. 

Un buen ejemplo de esto es un comerciante de acá de Chacabuco, específicamente un quiosquero, que nos contaba un aspecto de la manera en que trabaja. Es necesario destacar que, justo antes de que lo abordáramos con las preguntas y el tema que nos interesa, él estaba terminando de atender a un cliente, y sin saber lo que nosotros veníamos a hacer (una entrevista), resolvía con practicidad la venta diciendo 'el cliente siempre tiene la razón'. Esto fue una señal anticipada de lo que después él nos contaría.

Ernesto (lo vamos a llamar así) nos contaba que él le compra directamente al distribuidor principal y que se enfoca en adquirir las ofertas de cada momento, y con las ofertas va haciendo stock, va acumulando mercadería, teniendo en cuenta las fechas de vencimiento. El detalle es que, razona Ernesto, 'yo le traslado la oferta a los clientes, mientras que otros quiosqueros no lo hacen'. Él se refiere a que, por ejemplo, cuando el distribuidor le trae oferta de alfajores, que normalmente se venderían a 600 pesos cada uno, él los pone a la venta en un precio de 'dos alfajores por 700 pesos' … ¡y salen como agua! Este quiosquero chacabuquense (discreto, nos pidió que no diéramos su nombre) dice que 'a mí me interesa ganar por mi trabajo y también me interesa darle una mano a la gente, con lo cual, a la larga también estoy ganando, porque la gente viene y vuelve, se hacen clientes… y eso le da movimiento al negocio'. 

Por otro lado, nos contaba que, en el tema de la carga virtual para los celulares, él no cobra adicionales: 'El otro día una señora vino y me pidió que le cargara 500 pesos al celular; se lo cargué y me pregunta ¿Cuánto es? Y yo le digo: 500. Entonces me pregunta ¿Y cuánto más? Le contesté: Nada. Bueno, el hecho es que, al otro día, vino con la hija y compró cantidad de útiles escolares para la nena, compró todo lo que necesitaba acá'. 

Lo que estamos viendo en Chacabuco, es que los precios varían mucho de un comercio a otro, por ejemplo, de un supermercado a otro. Los precios de la yerba, del aceite, de la leche, de las bebidas, tienen diferencias habituales de entre 400 y hasta 600 pesos según el establecimiento comercial de que se trate. Esto necesariamente obliga a ir con los ojos bien abiertos y, si es posible, con una libretita de anotar y una birome, para ir apuntando los lugares y precios más convenientes. También se puede hacer con el celular, inclusive sacando fotos a las etiquetas y a los productos. Los vecinos están mirando mucho los precios y comparando, porque con lo caro que se han puesto las cosas, hay que encontrar márgenes de ahorro de tal manera de poder llegar a fin de mes. Una vez más, estamos viendo que se retrasa el valor adquisitivo de los salarios al tiempo que se incrementan escandalosamente los precios, lo cual complica la vida a las personas. Y tengamos en cuenta que, según los últimos informes, la pobreza en la Argentina actual ascendió al 57,4% (enero 2024). Este porcentaje equivale aproximadamente a 27 millones de personas pobres en nuestro país, una Argentina que produce alimentos, que tiene recursos minerales, donde hay extensos territorios sin explotar, y particularmente, donde la sociedad ha dado y sigue dando un amplio derroche de talento. A diferencia de épocas anteriores, hay un mercado continental y mundial activamente interconectado, lo que hace posible una dinámica comercial y empresarial que le abre cancha a todo tipo de iniciativas para que nuestro país pueda hacer convenios y negocios los más variados, con justos beneficios para los argentinos. Tal vez la actitud positiva y constructiva del quiosquero amigo de Chacabuco, con el cual hemos estado hablando, sirva de ejemplo para hacer mejor las cosas a nivel nacional. 

Carlos Martín Cerri.

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