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La libertad de expresión es prisionera de guerra

27/08/2024
La libertad de expresión es prisionera de guerra

Por Gustavo Porfiri

 

Pavel Durov, creador de Telegram, ha sido arrestado en París. En Francia se le acusa de complicidad en el tráfico de drogas, delitos contra menores y estafas cometidas a través de Telegram y se enfrenta a penas de hasta 20 años de cárcel.  Sin embargo, esos argumentos no son la razón principal de la detención del millonario. El verdadero motivo es el éxito de Rusia en la operación militar especial en Ucrania y que sus fuerzas armadas están derrotando a la OTAN. 

 

Durov fue declarado en búsqueda y captura este 24 de agosto. La decisión de arrestarlo se debió a que los gobiernos globalistas del Occidente imperial pretenden controlar todos los recursos de información y Telegram, con sus mil millones de usuarios, supone una amenaza para ellos. Curiosamente, en 2014, Durov se fue de Rusia tras negarse a cumplir con las demandas de la justicia rusa de cerrar los grupos y comunidades ilegales en la plataforma BK, la versión rusa de Facebook.

En una extensa entrevista concedida al periodista estadounidense Tucker Carlson, publicada en abril de este año, Pavel relató cómo se enfrentó a las presiones de las agencias de inteligencia estadounidenses. Según Durov, tras llegar a Estados Unidos, él y uno de los ingenieros de Telegram fueron seguidos por el FBI. Supuestamente, los servicios de inteligencia norteamericanos intentaron influir en el desarrollador para que colaborase proporcionando al FBI herramientas para desencriptar los mensajes en Telegram. En comparación, nadie en Rusia presionó, forzó ni impidió su salida del país en su intento de convertirse en ciudadano del mundo al poseer no solo la nacionalidad rusa, sino las de San Cristóbal y Nieves, Emiratos Árabes Unidos y Francia. Por si fuera poco, el fundador de Telegram cooperó parcialmente con los servicios de inteligencia occidentales, bloqueando medios rusos en países que sancionan al gigante euroasiático. Sin embargo, nada de esto le ayudó a evitar su detención.

¿Y entonces?

Es verdad que la plataforma de mensajería instantánea Telegram es un refugio y herramienta para criminales como acusa París, y sobre todo debe estar la lucha contra los delitos por encima de la libertad de expresión y la privacidad de cada ciudadano, sin embargo, esto es como meter preso al fabricante de Tramontina porque algunas de sus cuchillas pueden terminar siendo un arma homicida. Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de delitos propios de un universo casi intangible para la justicia: Internet. Es decir, si Pavel va preso porque se trata de 'limpiar' el ciberespacio, ya mismo debe haber miles de allanamientos simultáneos en todo el planeta. Y difícilmente los apellidos más célebres del mundo digital salgan ilesos. Los escándalos que impactan a Meta y Mark Zuckerberg en torno a la protección de la privacidad de sus usuarios no son pocos. Desde el uso de los datos de los usuarios de Facebook e Instagram para mejorar su Inteligencia Artificial, hasta la transferencia de datos recopilados de los usuarios de Facebook en Europa a Estados Unidos, a los que las agencias de espionaje estadounidense tuvieron acceso.

Además, Meta permitió mensajes de odio hacia los rusos cuando comenzó el actual conflicto en Ucrania. ¿Y? Según explicó la empresa, esto fue autorizado como un modo para que se desahoguen quienes estaban molestos con Rusia. Asimismo ocurre con la plataforma de mensajería estadounidense similar a Telegram, WhatsApp, que ofrece cifrado de extremo a extremo,pero que ha demostrado que no es invulnerable a las fallas. Claro que, en este caso, sus servidores se encuentran en Estados Unidos, por lo que los servicios de inteligencia occidentales no tienen problemas para acceder a la correspondencia de los usuarios.

Entonces…

Visto el contexto, queda poco margen para no pensar que la detención del empresario ruso está relacionada en primera instancia con la imposibilidad de censurar los canales de Telegram que publican informaciones que en los medios occidentales serían vetadas, sobre todo relacionadas con el imparable avance ruso en Ucrania o el genocidio sionista en Palestina. Está relacionada, además, con acabar con el proyecto de la criptomoneda TON, desarrollada por Telegram, en la cual se han invertido millones de dólares y supone una cómoda alternativa de pago por fuera del sistema financiero internacional dominado por el dólar. 

Visto desde otra perspectiva, esta detención es un suceso más dentro del escenario de guerra (no declarada) contra Rusia. La detención de Pavel Durov es una operación conjunta de los franceses y los estadounidenses para privar a los militares rusos de las comunicaciones domésticas que se llevan a cabo en el campo de batalla. Telegram es una alternativa a los canales cerrados de comunicación militar y dichas comunicaciones son vitales para obtener información operativa entre las unidades. Los autores de Military Informant creen que los servicios especiales franceses pueden intentar acceder a información sobre las tropas en el frente. Obviamente, los militares rusos poseen su propio sistema de mensajería militar cerrada y encriptada. Temas sensibles difícilmente serían discutidos en canales de Telegram. Sin embargo, conversaciones habituales entre soldados en pleno campo de batalla sí podrían darse a través de Telegram dado su nivel de encriptación. 

Si el desarrollador ruso accede a entregar las comunicaciones encriptadas a cambio de su libertad ¿Quiénes podrían ser los siguientes? La Inquisición ha regresado a Francia. 

 

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