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La plaza San Martín como lugar de encuentro de quienes buscaban pareja y trabajo

21/05/2025
La plaza San Martín como lugar de encuentro de quienes buscaban pareja y trabajo

Cuenta el profesor Oscar Melli en uno de sus libros que luego de la fundación del pueblo Guardia Nacional, y por muchos años, la plaza San Martín presentaba un aspecto tan descuidado que se parecía a un potrero rodeado por dos hileras de árboles y un alambrado que la protegía de los daños de vacas, caballos y 'majadas invasoras'. Sin embargo, ya en los primeros años del siglo XX se había convertido en uno de los principales centros de sociabilidad de la joven localidad, así como de expresión de las carencias que sufrían las clases populares de la época.
Otro historiador, el profesor Rodolfo Rodríguez, relata en su obra 'Chacabuco en los años '30' que a comienzos de esa década el principal espacio verde de la ciudad presentaba algunas mejoras que lo habían vuelto más atractivo, como los bancos que se instalaron en su acera perimetral y algunos pasillos, y farolas con globos que 'fascinaban a los transeúntes'.
En 1936 se dio otro paso para jerarquizar la plaza, pues fueron pavimentadas las calles que la rodean. En ese tiempo, los encuentros sociales que se daban en el lugar eran algunos días amenizados con la actuación de la banda municipal de los hermanos Marsiletti.
Creada a comienzos de ese siglo, la banda fue dirigida inicialmente por Alejandro Bilotti y el músico Carpentieri, pero en sus primeros años debió enfrentar reveses financieros y, escribió Rodríguez, 'cierta indiferencia municipal'. Sin embargo, a partir de la década del '20 tomó nuevos bríos al asumir la dirección José Aquiles Marsiletti, integrante de una 'legión de hermanos' a los que le contagió el amor por la música
Marsiletti había nacido en Roma, pero se crió en el pueblo de Goito, situado en la región de Lombardía. Desde allí llegó con sus padres a Chacabuco, donde nació la mayoría de sus hermanos. Junto a ellos decidió siendo joven formar una agrupación, la cual en 1931 ya era conocida como Banda Marsiletti y contaba con una veintena de músicos.
La Banda tampoco tuvo un comienzo fácil, pues recibía un exiguo subsidio municipal que no le alcanzaba para la compra de uniformes e instrumentos. Por lo general, los gastos se cubrían con dineros que salían del propio bolsillo de los músicos, muchos de los cuales se dedicaban a la herrería.
Más allá de las dificultades, la Banda se presentaba con asiduidad bajo la pérgola y cerca del lago que en ese entonces tenía la plaza San Martín. Así, con sus interpretaciones de romanzas de zarzuelas, canzonetas y oberturas de óperas la agrupación le ponía un fondo musical a las clásicas 'vueltas del perro' que se realizaban alrededor del paseo público.
Estas recorridas que varones y mujeres hacían por el contorno de la plaza no eran un tema menor. Por el contrario, Rodríguez menciona la inquietud planteada en 1934 por suscriptores del bisemanario Chacabuco que, a través de las páginas del periódico, sugerían que los días de 'fiesta o retreta' los jóvenes 'marchasen en dirección opuesta en dos filas, conservando cada uno su izquierda'. El argumento que daban era que esa práctica, que ya era usual en ciudades como Chivilcoy y Junín, era síntoma 'de cultura pública y de comodidad para los que buscaban un momento de solaz'.
El 18 de junio de 1939 se dio otro paso en el embellecimiento de la plaza principal, al ser inaugurado el monumento pedestre del General San Martín. Ello se dio en tiempos de gobiernos conservadores en los que el intendente municipal era Miguel Rizzi y el gobernador -que estuvo en Chacabuco para la presentación- Manuel Fresco.
Ese mismo día se realizó el acto inaugural del mástil de lo que era la plaza Garibaldi (actual Belgrano). Esa plaza, ubicada más cerca de la Estación de Trenes, también se había convertido en un espacio de encuentro y sociabilidad, pero de sectores más populares de los que concurrían a la San Martín. Así, escribe Rodríguez, en la Garibaldi se reunían grupos 'que quizá no eran bien vistos por los habitantes del centro, pues mayoritariamente se trataba de sectores integrados por modestos comerciantes, panaderos, obreros, estibadores y jornaleros empleados del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico'.
A través de sus páginas, el bisemanario Chacabuco alentaba el hecho de que un sector de la población se nuclease en la plaza Garibaldi: 'El populoso barrio de la Estación necesita de ese medio de expansión espiritual para que las familias y cuantas personas deseen respirar o saturarse de aire sano concurran a la plaza Garibaldi, descentralizando la concurrencia de la plaza San Martín, que en las noches de primavera y verano se carga de un número de paseantes superior a la propia capacidad de sus callejuelas', expresaba un editorial del bisemanario.
Sin embargo, en la plaza San Martín no todo era música y escarceos entre jóvenes que daban la 'vuelta del perro', pues como la década del '30 fue de mucha pobreza, ese espacio público también solía reunir a quienes buscaban trabajo. Como muestra, otra publicación de la época, llamada Vida y Sport, describía en 1932 el 'sombrío cuadro' que ofrecían 'centenares de desocupados que en balde esperan con mirada lánguida al soñado patrón que solicite su brazo y remedie su cruda miseria'.

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