Lo bueno y lo malo en el cementerio

Un colaborador de este medio que periódicamente por razones familiares visita el cementerio, detectó el pasado Día de la Madre, un importante robo de placas de bronce en los nichos ubicados a la derecha de la entrada por la Avd. Garay. Fue fácil deducir la sustracción, comentó, ya que en las lápidas de mármol quedó impresa la marca del lugar donde se hallaba la placa. En algunos casos, agregó, se han llevado hasta la placa identificatoria sobre quién era el fallecido, además de los floreros y otros ornamentos.
En otro sector donde hay sepulturas en tierra, nuestro colaborador estableció el robo de todo el ornamento desde la tumba donde descansan los restos del veterano de la Segunda Guerra Mundial, de origen polaco, que realizando paracaidismo en el Aero Club Chacabuco -fue en el año 1971- un golpe de viento lo hizo caer en la ruta 7 siendo arrollado por un automotor. En su tumba (foto) incluso desapareció construido en metal plagiado la réplica de un paracaídas que sus compañeros de trabajo le construyeron. El polaco veterano de guerra que salió ileso del conflicto bélico y que perdió trágicamente la vía en Chacabuco, trabajaba en la empresa que construyó entonces la planta de la Staley Co., de origen norteamericana, después llamada Industria del Maíz. En ese sector hay otras tumbas profanadas, cruces derribadas y sustracción de imágenes religiosas que se hallaban detrás de un habitáculo de vidrio, que fue roto. En cuanto al robo de broncería, según cartelería hay cámaras de vigilancia que podrían esclarecer el ilícito y por dónde entran los rateros.
Lo bueno de observar en el cementerio es que merced a nuestra prédica, fue reparado el sendero vehicular que lleva a los nichos nuevos. Fue tendido en él un manto de pedregullo (foto) que hizo desaparecer los innumerables baches existentes. Tal mejora llegó hasta la segunda escalera próxima a la Avd. Garay y donde se halla la obra de construcción que realiza la Cooperativa Eléctrica.
BISEMANARIO CHACABUCO.
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