'Hay que tomar su palabra y su acción de respeto y amor al prójimo'

El Intendente Darío Golía, despidió con profundo pesar y afectividad al Papa Francisco, convocando a la comunidad de Chacabuco a tomar como propia la palabra, el pensamiento y la acción del Santo Padre, donde la fraternidad, la vocación de servicio al prójimo y el ser humano ocuparon siempre el lugar central.
En ese sentido, el Jefe Comunal resaltó el legado que construyó a lo largo de su vida Francisco, desde su camino por los barrios más humildes de Buenos Aires hasta el Vaticano, en cada paso, en donde hizo carne la palabra de Jesús, acompañando y bregando por la dignidad humana.
El Jefe Comunal indicó que Francisco 'se preocupaba, advertía y nos habló siempre del individualismo en el que se mueve el mundo en la actualidad', el cual definió en su encíclica social 'Fratelli Tutti' como un 'sueño roto de la fraternidad universal', donde el amor al prójimo y la solidaridad son reemplazados por el interés egoísta, por una indiferencia hacia el dolor del otro, en pos de un sistema que pondera como lo más importante una política al servicio de la economía y no al servicio del pueblo.
Recordemos que tanto en 'Fratelli Tutti', como en 'Laudato Si'', así como en otros documentos, homilías y exhortaciones, Francisco critica fuertemente al capitalismo y, en particular, al neoliberalismo, como sistemas que contribuyen a la destrucción de nuestra casa común, el ambiente, y a la desigualdad social.
En su reflexión, el Intendente Municipal manifestó que Francisco insistía en la centralidad del pueblo a la hora de pensar y actuar. En una de sus giras por Sudamérica, más precisamente en Paraguay, Francisco nos habló de la importancia de la diversidad, que 'no solo es buena, sino necesaria', destacando que allí radica la riqueza de la vida. La apertura de puertas de los espacios que nos toque ocupar, en cualquier rango, y la convicción de que el otro es alguien amable, no deben perderse nunca como el norte de nuestra brújula.
De esta forma, el Dr. Golía llamó a entender esta época bajo una profunda reflexión espiritual del lugar que queremos habitar y que queremos construir por quienes están y por quienes vendrán. En ese ejercicio, el cuidado de la casa común, del medio ambiente, y una política al servicio del pueblo y no controlada por una economía rapaz, es un legado a seguir, que refleja la dimensión popular, fraterna y humana que caracterizó el pontificado de Francisco, así como su vida entera.
"Con tristeza nos toca despedir a un Papa argentino que trascendió fronteras y que agrandó el espíritu del pueblo cristiano, pero también, de los pueblos del mundo en general. Pero en esa tristeza, también se encuentra la esperanza de la renovación de la fé y el compromiso del trabajo por hacer, en nuestro querido Chacabuco, y en el mundo entero, para que la vida terrenal sea cada vez mejor para todos", concluyó Golía.
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