Recuperar la calle

Con solo abrir los portales de cualquier rincón del país -y del interior de nuestra provincia en particular- se puede verificar que en todas las ciudades con una población superior a los 20 mil habitantes y haciendo un corte en las grandes urbes de hasta un millón de personas, para el caso de Buenos Aires, la problemática del tránsito, en particular vinculada a los motociclistas y los índices de siniestralidad dejan datos escalofriantes. El crecimiento exponencial del parque de rodados livianos utilizados por jóvenes y menores de edad que circulan sin respetar las normas, sin las precauciones de seguridad personal, poniendo en riesgo la tranquilidad y la integridad física de terceros, se ha convertido en un verdadero flagelo de la sociedad moderna. A partir de esta breve descripción, comienza un interminable debate acerca de cómo el estado debe actuar para reducir la problemática y que sea tolerable en términos de convivencia. El vecino común, con todo derecho, pide una respuesta del Estado y por lo general propone 'mano dura'. La mayoría de los ciudadanos sabemos que el sistema penal funciona dentro de lo que se denomina el estado de derecho y ahí los remedios para los problemas se deben ajustar a la ley. Ayer, el Gobierno local difundió un comunicado, (ver página 3) a través del cual pone en evidencia que este tema es parte de la agenda que preocupa a la gestión. Las acciones al alcance de la mano de los funcionarios del área no son nunca simpáticas y mucho menos fáciles de aplicar . Hay que dar una batalla preventiva, educativa y dentro del marco de la legalidad, pero dejar en claro cuales son los límites. La calle es de todos.