Ajustar cinturones

Las provincias dejaron de recibir más de 12 mil millones de dólares por recursos de coparticipación desde la asunción del actual Gobierno nacional en diciembre de 2023. En lo que va de 2025, los ingresos coparticipables cayeron un 12,3%, de acuerdo a información oficial de ARBA. Si se tiene en cuenta que la recaudación tributaria nacional se desplomó un 8,3% en términos reales durante el año pasado, eso quiere decir que no sólo los recursos se concentran en la órbita del Estado nacional, sino que la torta a repartir es cada vez más chica, golpeando las arcas de los gobiernos provinciales y locales. Este manejo de las cuentas públicas no sólo menosprecia el federalismo, sino que provoca que el verdadero ajuste lo paguen las provincias y los municipios. Lo único que se derrama desde arriba hacia abajo es un círculo vicioso de recorte y más recorte de la inversión pública. Si en la década del 90, el Gobierno nacional se retiró de obligaciones históricas vinculadas a la educación y la salud, ahora también abandona el impulso de obras públicas imprescindibles, como la construcción de la autovía de la Ruta 7. La crisis, sin dudas, se verá agravada por la devaluación anunciada ayer por el ministro Luis Caputo, que generará más inflación y recesión en el corto plazo. El aumento de los alimentos y el reacomodamiento de los precios relativos va a provocar una nueva suba de los índices de pobreza. Este cuadro obliga a los Gobiernos locales a ajustar los cinturones y ser en extremo cuidadosos en el manejo de presupuestos que se vuelven exiguos ante las demandas cada vez mayores de los vecinos.
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