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'Es un gran desafío venir al otro lado del mundo completamente solo'

11/09/2024
'Es un gran desafío venir al otro lado del mundo completamente solo'

El atleta chacabuquense Lúcas Báez cumple sus primeros diez días en Kenia. Uno de los motivos de su viaje tiene que ver con la experiencia de vivir en Iten, el lugar donde se encuentra la mayor cantidad de corredores de alto rendimiento: la élite de la élite mundial, la meca del atletismo, el lugar de los campeones, donde corredores de distintas nacionalidades van a entrenarse. Otro motivo era conocer un nuevo continente, Africa, vivir otra realidad y atreverse al choque cultural. Ya pensando como atleta, viajó para preparar una maratón: la que se correrá en Berlín el 29 de este mes. 

'En estos 14 años que llevo corriendo, nunca experimenté correr en altura y unir esos tres objetivos era un lindo combo para decidirme a  hacer este viaje', aseguró Báez en diálogo con este medio. 

Pero además, otra de las premisas era la forma de viaje. Es la primera vez que viaja solo y no con el equipo, ni con su pareja. 'Esta vez fue el desafío de venir al otro lado del mundo completamente solo', dice. Lo esperaban una pareja de argentinos radicada en Kenia, que organizan este tipo de intercambios y hacen de puente para conocer la cultura, los paisajes, la gente y todo lo que hay para hacer, que 'es muy poco, pero muy lindo'. 


 

-¿Cómo fue llegar hasta Kenia?

-El viaje fue bastante duro, salí de Buenos Aires el viernes a las once de la noche, llegué a mi destino el lunes a las ocho de la mañana, elegí el tramo Buenos Aires-Turquia, estuve en Estambul veinte horas y desde ahí tuve otro vuelo de Estambul a Nairobi, donde ya entrás a Kenia. Después tomé un avión interno de una hora de Nairobi a Eldoret y por último un remis en el que tuve una hora más de viaje a Iten, que es el lugar donde estoy parando. Lo sufrí bastante, llegué cansado y, obviamente, muy desorientado por el cambio de horarios, por estar mal dormido. 

Estoy parando en un complejo de cabañas muy completo, parecido a los complejos de cabañas típicas de Argentina. En el contexto de dónde está ubicado y de cómo es Iten, de lo precario y de lo pobre que es, parece un hotel cinco estrellas. Tengo mi cabaña propia, me alimento muy sano y natural, acá la comida se hace con productos sacados de la huerta. Uno no tiene muchas cosas y se tiene que adaptar a una nueva vida, porque venimos de grandes ciudades hiperconectadas al mundo. Acá hay muy poco y es parte de la experiencia, desenchufarse de la vida diaria, con todos los lujos, y venir a otra vida por un mes y vivirlo así.

 

-¿Cómo es la interacción con la comunidad de corredores locales?

-Estoy entrenando en grupo de élite, hay una empresa que maneja atletas acá en Kenia y van a correr a todas partes del mundo, y por medio de un argentino que es el preparador físico de este grupo, estoy entrenando directamente con ellos. La interacción es buena, la sociedad es bastante sumisa, muy tranquila, son muy callados, cuesta romper el hielo, pero una vez que te empezás a integrar y charlar, de a poquito te vas comunicando y ellos te ayudan en todo, corriendo para que no te quedes, no aflojes. Nos comunicamos en inglés, porque Kenia fue colonia inglesa, así que manejan el idioma. Uno acá es el blanco, nos llaman mzungu, te lo hacen saber o entender, porque a veces te lo dicen en la calle, pero no te lo dicen de forma mala, sino que llama la atención. 

 

-¿Qué te llama la atención de la cultura keniana?

-Hay un choque cultural, es muy fuerte. Es una sociedad que carece de todo, la vida es muy precaria, muy rural, viven el día a día. Hay pequeños almacenes donde compran una verdura o una fruta por día y viven con eso, con muy poca plata al día. Muchas de las casas no tienen electricidad, sino que tienen como una batería, no tiene televisión ni tampoco celulares, la mayoría cocina con leña y con carbón, casi ninguno tiene garrafa ni gas en la casa, así que la vida es muy rural, no hay otra explicación. 

Lo que me sorprende son los nenes, es una maravilla cómo juegan en la calle con nada, con una goma, con palos, en la tierra, y son muy felices pese al nivel de pobreza que tienen. Viven en la calle, van a la escuela solos caminando, corriendo y vuelven a la casa. Muchos  hacen 10 kilómetros de promedio diarios, nenes de cuatro a seis años o más grandes también, van a la mañana, vuelven a la casa, comen y luego vuelven al colegio. Ese microclima hace que se generen estos grandes atletas. Yo hace diez días que estoy y es difícil decodificar toda esa información. 

 

-¿De qué manera enriquece tu experiencia como atleta? 

-Como atleta en muchísimos puntos, primero conocer la forma de entrenar de la élite mundial, estar todo el día con ellos te hace entender la fortalezas y las debilidades que tiene uno en lo personal. Ellos llevan una vida exclusiva para eso, los que no nos dedicamos a eso tenemos buenos tiempos y marcas, pero ellos viven para correr. Yo acá arranco a correr a las seis de la mañana, vuelvo a las ocho, descanso y desayuno. Después, cerca del mediodía, tenemos otra sesión de entrenamiento, por la tarde volvemos a salir. Ellos se criaron corriendo, a su vez están exclusivamente dedicados a eso, por eso son los mejores. Y es la primera vez que hago una preparación en la altura, el mínimo son 21 días para que se favorezca naturalmente la preparación del cuerpo, el cuerpo genera más glóbulos rojos y permite que los músculos y la sangre tengan mayor oxígeno. Después, cuando uno baja a nivel del mar, tiene mejor aire, se siente más fuerte. Vine a buscar eso y, obviamente, a entrenar con ellos. 

 

-¿Lograste adaptarte al clima, a la altitud?

-Los primeros días cuestan. Lo que siempre se recomienda en la preparación de altura es estar muy tranquilo, tratar de hacer pequeños esfuerzos e ir sumando kilómetros. Así, el cuerpo se adapta mejor. El entorno lleva a correr todo el tiempo fuerte, pero en la segunda o tercera semana uno siente ese golpe y después sufre una merma muy grande en el rendimiento. 

Iré viendo, la primera semana fue buena, y en ciertos testeos que hicimos el cuerpo respondió bien. Obviamente, por momentos me siento muy cansado. Trato de descansar, dormir siesta y acostarme temprano, porque a las 5:30 me levanto para hacer la primera sesión. Por ahora es positivo, esperamos seguir creciendo y que lleguemos fuertes a Berlín.

 

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