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'Haroldo se alborotaba como un pájaro en cada viaje a Chacabuco'

10/03/2025
'Haroldo se alborotaba como un pájaro en cada viaje a Chacabuco'

Actriz, escritora y directora de teatro, Miriam Tai es hija de Marta Scavac, la última compañera de Haroldo Conti. Nacida en Buenos Aires en 1969, Miriam creció en un hogar de máquinas de escribir que creaban libros. Luego del secuestro y la desaparición de Conti en mayo de 1976, se exilió junto a su madre en México y Suecia. Estudió Filosofía y Estética en la Universidad de Estocolmo y comenzó a desarrollar una obra poética bilingüe. De regreso en la Argentina, en 2022 publicó el libro de cuentos 'Funkis Pumpis'. 

Aquí recuerda las visitas junto a Haroldo y su mamá a Chacabuco. 'Él tomó una decisión consciente de escribir sobre Chacabuco como ruptura con la tradición de mirar a Europa o de plasmar las vidas de sectores adinerados', dice.

 

-¿Qué representa Chacabuco para vos?

-Es una parte de Haroldo, no lo puedo ver desde otro lugar que no sea desde él. No fue sólo su lugar de origen y una referencia afectiva, sin duda muy fuerte, sino que fue también una construcción simbólica de Haroldo, ese espacio poético o ese cielo, donde los muertos están de comparsa y comen asado con el señor Don Dios. Chacabuco es, para mí, esa geografía poética que Haroldo quiso y comparte.

-¿Recordás tus visitas a Chacabuco con Haroldo? 

-Conservo de esos viajes la mirada de una niña. Cuando íbamos a Chacabuco, mi mamá me insistía mucho que me porte bien, ahora me causa gracia. Yo era muy chica, pero entendía que era un lugar importante. Haroldo ya antes de viajar estaba ansioso como un niño, yo sabía que quería mucho ese lugar y que estaban sus parientes y que nos regalaban cosas ricas para comer. Mi mamá estaba más callada de lo habitual contemplándolo, mientras él iba y venia alborotado como un pájaro. Me acuerdo de la casa de Maruca porque por la edad que yo tenía, era mágico por los animales y porque me contaban historias de campo. Había un clima amoroso, lo recuerdo por el afecto que se respiraba en esos viajes y aunque yo a veces me aburría, igual quería ir para ser parte de eso.

-¿Hay alguna anécdota que contaba Haroldo sobre Chacabuco que recordaba tu mamá?

-Mi mamá siempre repetía riéndose la anécdota cuando, estando de visita en Ecuador, en una ceremonia de bienvenida oficial con el presidente junto a otros escritores y periodistas, Haroldo se presentó y dijo que era de la República de Chacabuco en lugar de decir de Argentina. 

-¿Qué lectura hacés de la obra 'chacabuquense' de Haroldo?

-Haroldo toma una decisión consciente de escribir sobre Chacabuco como ruptura con la tradición de mirar a Europa o de plasmar las vidas de sectores adinerados. Chacabuco es parte de una reivindicación del ser humano como tal, con su simpleza y sus dramas lejos del anonimato de las grandes urbes. Haroldo es parte de esa generación que decide valorizar la vida y la existencia de los que no son parte del poder imperante. Y como parte del mismo movimiento, hay un acto de honestidad, de mostrarse a sí mismo como un intelectual que se identifica con quienes no son intelectuales como iguales. Rompe la aspiración de ser parte de una elite y se muestra como un hombre como cualquier otro, que nació en un pueblo al que ama y donde sus afectos y sus pares son personas comunes y corrientes y no menos interesantes ni complejas por eso.

-Para alguien que quiere iniciarse en la obra de Haroldo, ¿qué libro o cuento recomendás?

-Si es una persona adulta, La balada del Álamo Carolina. Si es alguien más joven, Alrededor de la jaula.

-El Gobierno decidió cerrar el Centro Cultural de la Memoria Haroldo Conti en este año que se celebra el centenario de su nacimiento. 

-El Conti es un lugar único, no conozco otro espacio así, ni el Recoleta, ni el Rojas, ni el Borges tienen una agenda de actividades tan abierta y de la calidad que había en el Conti y además gratuita. Desde ciclos de música, muestras de cine, charlas de filosofía, de danza, artes plásticas, poesía. La labor de los trabajadores del Conti ha sido excelente y quiero resaltar el cuidado con que Matías Cerezo todos estos años preparaba los actos por Haroldo junto con los otros trabajadores. El Conti fue una casa para todes, y punto de encuentro para los movimientos artísticos callejeros, colectivos artísticos y militantes. No es casualidad que lo hayan cerrado, desde luego.

-¿Qué reflexiones te genera su desmantelamiento?

-Creo que es un fenómeno complejo, como el que estamos viviendo en términos generales a nivel nacional. Y en este caso específicamente se conjugan los derechos sindicales y los derechos humanos y la cultura.  Sin embargo fueron los derechos sindicales los que dirigieron y no vi una convocatoria a otros sectores. Vi a los sindicatos llevando adelante una batalla que los sobrepasaba tanto sea desde la capacidad de convocatoria como desde el punto de vista legal y político. No se puede pretender que un sindicato cargue con la responsabilidad de defender los derechos humanos y los espacios de la memoria porque legalmente y socialmente los excede. Los sindicatos se rigen por la ley laboral algo que no pasa con los derechos humanos, no se está cerrando una fabrica se está cerrando una espacio de la memoria y su centro cultural y eso involucra a otros sectores de la ciudadanía, no sólo a los trabajadores específicamente del espacio. También me sorprendió el silencio de la prensa amiga, un hecho tan importante ameritaba una campaña y no solo una nota de despedida. De hecho cuando finalmente convocaron a la ciudadanía públicamente fue muchísima gente  pero ya era tarde porque el lugar estaba cerrado. Quizás una lucha conjunta desde el inicio hubiera dado otros resultados o quizás no, es la pregunta que me hago. El mismo fenómenos lo veo en otro ámbitos, no hay un frente sino luchas aisladas y de esa manera se pierden ante un gobierno autoritario. En lo personal fue muy doloroso,  sentí que era un nuevo secuestro. Y quiero pensar que las cosas no van a terminar así.

-¿Cuál sería la mejor forma de celebrar y honrar la memoria de Haroldo en este centenario?

-Actos como éste que festejo, escribiendo sobre él, leyéndolo públicamente, proyectando las películas sobre Haroldo que hay varias y excelentes y también en las redes que es una nueva frontera política a ganar. Multiplicar el festejo en varios festejos y sobre todo yendo adelante levantando bien en alto su nombre y el de los 30 mil. Admiro muchas cosas de Haroldo y hay varios motivos por los cuales es importante en mi vida, pero creo que una de las cosas que más me impacta es su dignidad ante la adversidad y la capacidad de amar la vida. ¡Y se nota en esa sonrisa hermosa que tenía! Nosotres escribimos la historia, no perdamos el ánimo, el futuro está abierto y la batalla sigue.

 

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