'La avenida Alsina de hoy no es la misma que la de antes'

Vendedores de esperanza
Buscando pasar las fiestas y descorchar felicidad, en esta época del año es cuando más se nota el movimiento en la Avenida Alsina.
Las vidrieras adornadas para la ocasión son un espejo del espíritu navideño.
Entre regalos y moños, Papá Noel nos saluda desde los escaparates y las luces intermitentes nos recuerdan que ya tenemos que armar el arbolito, símbolo de la tradición católica.
Pero entre todas las atracciones vemos que desfilan detrás del vidrio, los típicos billetes que nunca pasan de moda.
Y entramos entonces a un local emblemático de Chacabuco que además de tener periódicos y revistas, tienen a la vista la tentación de probar suerte comprando un billete de Navidad, Año Nuevo, Reyes entre otros.
A pesar de los tiempos difíciles o situaciones complicadas nadie escapa a la necesidad de hacerse su propio regalo pero pensando en su familia, porque de eso se trata la Navidad.
A ver, ¿quién no sueña con un cambio de vida, un guiño de la fortuna, un pequeño gusto que nos damos cuando las fechas especiales lo ameriten?
No es cualquier día del año, es Navidad, época de adviento y milagros donde todo puede ser posible, ya sea lotería o quiniela.
Y para eso qué mejor que visitar a alguien que desde hace años transita ese camino y muchas veces da alegrías a sus clientes.
Raúl Roberto Dulbecco la tiene más que clara y lo vi justamente vendiendo un boleto para Navidad.
Es asombroso ver cómo las personas le preguntan, dudan, sacan cuentas y fechas de cumpleaños para dar con el premio, llamado gordo pero sin ofender.
Porque es un gordo bueno, es tal vez un cambio de vida, una varita mágica que toca la puerta del afortunado ganador.
Raúl nos atiende en su negocio, la tienda de nuestro querido Papa Noel y nos cuenta algo de su historia.
Porque no todo es suerte y felicidad. Se trabaja muchas horas para mantener en marcha este conocido negocio de nuestra ciudad.
¿Cuánto hace que estás en el negocio?
'Hace 26 años que tenemos la agencia de Quiniela, pero hace 35 que vendemos billetes. Desde que estaba mi padre vendíamos billetes de lotería. Cuando los billetes eran grandes, una sábana.
Hace 26 años estábamos en frente, en Avenida Alsina 55 y con el tiempo nos cruzamos acá donde era la antigua tienda Molina. En ese momento yo tenía un local más grande, se vendían juguetes, teníamos fotocopiadora, revistas, libros, etc.
Cuando compramos el inmueble, alquilé la mitad del local y me quedé acá con la quiniela".
¿Qué pasa con eso?
'La gente lo que no pierde es la esperanza, tiene mucha fe y es una actitud que, a pesar de todo, persiste cada año.'
¿Hoy día sigue siendo una opción?
'Si, pero no es como todos los años. La Avenida Alsina de antes no tiene nada que ver con la de hoy. En la de antes a las 10 de la mañana usted no podía caminar. Era como una romería.. ¡Y ahora nada que ver!
Sobre todo para las fiestas, que uno piensa en regalos, regalar un billete de lotería es una muy buena opción.. Es un buen regalo. Claro, si llega a salir.'
¿Se sigue comprando en grupo? ¿Compañeros de trabajo, amigos, familia?
'Siempre se estila comprar en grupo. Un billete sale 3000 pesos, el entero sale 30 mil entonces se juntan entre varios hacen una vaquita'
¿Le tocó alguna vez vender un premio grande?
'Nosotros sacamos la grande. Se vendió la grande y la sacamos nosotros justamente y entonces se compró acá y después hemos vendido terminación, segundo premio, tercer premio.'
¿Ustedes mismos sacaron la grande?
'¡SI! ¡Y era mucha plata! Así pudimos comprar acá, donde estamos ahora'
Usted dice que la avenida no es la misma, que las ventas no son las mismas. ¿Es así?
'Las ventas no son las mismas. En ésta época la Alsina estaba llena de gente caminando, mirando vidrieras, comparando y comprando.
Sobre todo en los negocios que venden juguetes. ¡No es como antes!
Hubo años buenos y otros no tanto. El año 2014 fue un año muy fructífero. La calle estaba llena de gente que tenía planes, proyectos, en fin, se vendía mucho más'.
¿Cambió la tecnología a la hora de vender? ¿Qué cambió?
'Antes yo tenía la tira, tenía 11 decenas. Tenía tal número a tal número y si usted quería otras terminaciones había que pedirlo o decirle dónde estaba ese billete en Buenos Aires.
Hoy día todas las agencias de Buenos Aires están en la máquina. Si vos me pedís un número y el número no sale ahí, es porque no está. Es porque se vendió. Y si por ejemplo, me piden un entero voy a la computadora y ya te confirmo si está'
¿Se acrecienta esto para ésta época del año?
'Para las fiestas se incrementa. La quiniela también está entre las opciones de las fiestas, aunque hay clientes todo el año. Se nota la necesidad disfrazada tal vez de esperanza, pero a fin de año es más fuerte y prima la segunda. Empezar el año con el pie derecho siempre es una gran oportunidad'
¿Y usted ha vivido bien con el negocio? ¿Se ha dado su gustos? ¿O no tanto?
'Más o menos. Nuestros hijos pudieron estudiar con nuestro sacrificio y es gracias al trabajo, al día a día'
¿Y antaño?
'Para darte una idea si jugaba River, el domingo se vendían 300 clarines y 200 naciones. Y el lunes, después del partido se vendía igual.
Hemos pasado por diferentes épocas y nadie escapa a las crisis que hemos atravesado pero seguimos apostando a nuestros clientes de cada día, a los que buscan una luz en tiempos de festividad, y también a los que pasan por su periódico y miran de reojo ese número que tanto les gusta pero no llegan a comprar.'
Entre momentos de la nota, Raúl atiende a sus clientes con amabilidad y paciencia.
Son muchos años de comercio, de tratar con esa gente que los sigue eligiendo y a través del tiempo crecieron juntos, a la par, dentro de las perspectivas, indecisos que buscan la mirada cómplice del vendedor como si se tratara del mismo Papá Noel.
Dicen que se cosecha lo que uno siembra y compruebo en esa mañana que es tal cual.
También descubrí que en el aire flota la misma actitud. Dejarse llevar por el aroma a galletas y pan dulce, armonizar colores y ponerse la vestimenta de nuestro amigo de cada Nochebuena para regalar sin saberlo tal vez, la dicha que abriga la ilusión de que todo puede ser.
Porque nada es posible sin la empatía y la capacidad de atender a cada transeúnte como si fuera el único. Dedicarle el tiempo que haga falta, olvidar los relojes y disfrutar con cada uno de ellos que aunque nunca tuvieron la experiencia de ganar un premio, saben que la vida es impredecible y la suerte juega a las escondidas, siempre y cuando sepas jugar.
Pude escuchar las indecisas palabras a la hora de elegir entre fechas de cumpleaños, aniversarios, y otras que participan en el bolillero cuando tenemos en la mano los billetes, que cuestan pero nos atrapan con un interrogante ¿Por qué no?
Desafiar a la suerte, soltar esa mala racha, descubrir que hay milagros a cada paso de nuestro camino, consultar al vendedor como si del mismo ángel de la fortuna se tratara..
Amigos, en ésta época del año no hace falta sacar la lotería para ser dichosos. Muchos esperan otra clase de milagros.
Hoy hablamos de un interesante motivo para tener esperanzas, pero la magia también puede estar en cada cama de un hospital, en un buen año, en la dicha de la dulce espera, en la capacidad de reconocer que somos ricos a pesar de todo.
Pero unas gotitas de ese sabor a milagro que puede llegar de la mano de un billete en Navidad no se negocia.
Porque un día aprendí que los mejores regalos del mundo viajan a pie. Se hacen esperar pero llegan. Tal vez ponen a prueba nuestra ansiedad pero despiertan nuestra capacidad de asombro. Y porque tal vez ya somos ricos sin saberlo.
Entonces, caminemos por las calles cubiertas de colores, busquemos hacer cartitas no muy pretenciosas y démonos el gusto de comprarnos un trocito de esperanza.
Esa que a veces nos hace trampa y se escapa. La misma que nos puede dar una gran sorpresa y nos invita a soñar.
¡De eso se trata el espíritu navideño!
Y eso mismo es lo que me transmitió este comerciante legendario, rodeado de muchas historias, deseando felicidad a todos y a cada uno de los que pasaron por su lugar, al que apodé y va por mi cuenta, el taller de Santa.
Hay un proverbio africano que dice: 'Si quieres llegar rápido ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado'
Si eres de los que elijen ir acompañado en esta Navidad, ya tienes el billete ganador. Pero por si acaso, todavía hay muchos para elegir.
¡Gracias Raúl!
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