'Les llevo un listado de todo lo que yo hice frente al dolor'

Silvia Freire es psicóloga, escritora, conferencista, tiene una larga trayectoria en radio y TV. Hace un tiempo, falleció su esposo y entrañable compañero de vida. Ese suceso la puso en otro camino: recorrer el país, y el mundo, llevando un mensaje que ayude a otros a superar dolores que, en principio, parecen insoportables. Este sábado, a las 21:30, estará en Chacabuco dando una conferencia en La Vieja Conexión denominada 'Camina sobre escombros'. En esta nota nos anticipa algunos conceptos de lo que será su disertación.

Silvia nos cuenta desde qué lugar está planteando este ciclo de charlas: 'Durante treinta años estuve trabajando cómo pararse ante los disgustos, esos eventos que te dejan sin piso. A veces nos pasan cosas que nos hacen preguntarnos: '¿y ahora qué hago?' Desde lo peor que te pueda pasar, como es la muerte de la persona que amás, sea tu hijo, o tu pareja de toda la vida, desde ese lugar para abajo, como que te echen del trabajo, que es un montón, hasta que tengas que sacarte la muela de juicio, todo lo que te pase, es tuyo y lo tenés que enfrentar. Bueno, durante treinta años yo estuve buscando en los libros cómo hacer para pasarlo mejor frente a esos momentos. Y me pasó que ahora tuve que aplicar todas esas herramientas conmigo misma, porque hace un año murió mi marido, mi compañero de toda mi vida. Nos requete amábamos; y decir que estuvimos juntos durante 50 años no es nada, porque nos pudimos haber odiado durante 50 años, nos podíamos haber llevado las patadas'. 

-¿Cómo superaste la falta de tu compañero? Porque seguramente esa experiencia de haberte repuesto de una pérdida semejante será parte del contenido de la charla. 

-Sí, claro. Yo había logrado una relación de amistad con mi marido, que se enfermó y murió. Y me vi sola; no tuvimos hijos, y justamente por no tener hijos, éramos súper compañeros, porque nos íbamos donde queríamos, hacíamos lo que queríamos y la mayoría del tiempo estábamos juntos, a pesar de que yo tenía mi vida, la tele, la radio, los libros, los grupos, pero básicamente, a las 6 ó 7 de la tarde, apagaba todas las luces y estábamos juntos. Los fines de semana viajábamos a la costa, lo pasábamos muy bien, pero de repente eso se terminó. Y yo dije: 'Bueno, Silvia, ¿ahora qué vas a hacer con vos?' Y me preparé un plan, así que lo que llevo a Chacabuco es ese plan que preparé y que hoy tengo la autoridad de decir que me salió fantástico. Porque con el dolor más profundo de toda mi vida, yo nunca había sentido un dolor así, a mí me fue fantástico durante este año con todas las decisiones que tomé. Así que les llevo un listado de todo lo que yo hice frente al dolor. Yo le llevo el machete, si quieren se copian, y hacen lo propio cuando tengan un dolor grande, si ahora no lo tienen. O lo utilizan para saber cómo pararse frente a la crisis económica, por ejemplo, porque eso les afecta a la mayoría. Yo llevo herramientas, lo que sí es bueno que sepan, es que yo les doy la bicicleta, el pedaleo ya corre por cuenta de cada uno.

-¿Y cómo se pedalea? ¿Cómo se ponen en práctica esas herramientas?  

-Yo usé un termómetro emocional de la mañana a la noche. me preguntaba todo el tiempo: '¿Freire, vas bien con esto?' Por ejemplo: me compré un motorhome y planeé un viaje a Ushuaia. Me subí, manejé y me dio mucha adrenalina; ahora me voy a Europa, allá voy a alquilar un motorhome y también me da cosita pensar en cómo son las rutas europeas, cuáles son las leyes de tránsito, cómo se maneja. La neurociencia dice que eso se llama adrenalina y la psicología dice que lo malo de la depresión es estar sentado, que hay que contrarrestar con algo que te haga vibrar, y la adrenalina te vibra, entonces vamos por ahí. Me inyecto adrenalina con situaciones que me hagan levantar del sillón. ¿Y dopamina? ¿Le ponemos? ¿Cómo se obtiene? Del factor sorpresa. Bueno, mañana me organizo algo que era insospechado. ¿Y endorfina? Sí, dale, vamos con la endorfina. ¿Dónde hay? En las comedias, así que me pongo una película cómica antes de dormirme, o voy escuchando chistes hasta la próxima parada del subte. Algo que me haga reír, que me traiga buenos recuerdos, que me haga vibrar alto. 

-Parece que las emociones y la química van de la mano... 

-Absoluta y definitivamente. Pero ojo, porque las emociones son como estar embriagado. Cuando nos justificamos diciendo: '¿Sabes qué pasó? Estaba muy nerviosa' Bueno, si estás nerviosa no manejes. No manejes tu vida si estás nerviosa porque es como estar en pedo. 'No, lo que pasó es que yo estaba muy angustiado'. Bueno, no salgas a la calle hasta que no estés bien. Es así de simple. Hasta que no se te pase el pedo, no salgas. 'Lo que pasó es que yo estaba tan enojada'... Bueno, no hagas nada con enojo. Entonces, lo que creo que nos está faltando es educación. Porque nadie nos dijo esto. Es más, hay emociones que tienen una muy buena chapa. Por ejemplo: 'Me dio tanta pena cuando vos me contaste'... No, corazón, a mí tu angustia no me aporta para nada. A mí lo que me aporta es que me gires la cabeza, como a los niños. Cuando un niño se cae, lo que uno hace es distraerlo. Bueno, lo que uno tiene que hacer con uno, con su dolor, con sus emociones, es distraerse, mirar para otro lado. Yo siempre pongo el ejemplo de la calesita cerrada. Me ha pasado muchas veces con mis seis sobrinas: llevarlas a la plaza con la idea de ir a la calesita y ¡Ups! está cerrada. ¿Te vas a poner a patalear frente a la calesita, o vamos a empezar a jugar con las hamacas, los toboganes, los subibajas, y los pochoclos hasta que abra la calesita, si es que abre. Y si no abre, vamos a divertirnos igual. ¿Me voy a quedar llorando con lo que no fue?