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'Me enseñaron que cuando uno no puede curar por lo menos tiene que tratar de aliviar'

22/09/2024
'Me enseñaron que cuando uno no puede curar por lo menos tiene que tratar de aliviar'

Médico de familia

Los médicos de familia son aquellos que a través del tiempo van desapareciendo. Los que atienden a todos los integrantes del grupo familiar pero sabiendo derivar si eso es necesario.

Los que van sin horarios ante la llamada. En su agenda no existen las agujas del reloj. 

Tampoco edades, sexo o condición económica porque al hacer el juramento hipocrático, aún jóvenes entendieron todo.

La prioridad es el paciente y es necesario que se tomen su tiempo para entrar en su universo. ¡Conocerlo!

Una charla, una mirada, el oído audaz no sólo para auscultar el corazón sino también la mismísima humanidad toda. Tomando el pulso de la situación que puede entrever y dar un paso más allá de la dolencia.

Porque no siempre es lo que parece y sin desmerecer, es terapéutico salir del consultorio con una receta que diga: Una dosis de empatía, una cucharada de comprensión y una pizca de calidez. Darle tiempo para que se cocine y si hace falta, bañar con una sugerencia que puede ayudar a curar cualquier herida.

El doctor Nelson Coronel es uno de mis referentes y hacia él voy con mis preguntas y mi necesidad de conocer y transmitir un poquito de su historia.

Es a quién veo caminar de casa al consultorio y viceversa, con su portafolios y su calidez, saludando a cada vecino con su amabilidad y sonrisa.

Unas palabras bastan para sentir que no sólo pasa el doctor. También pasa un señor respetuoso y que lleva bajo el brazo sencillez y cordialidad.

 

¿Dónde y cuándo se recibió de doctor?

'Estudié en Chacabuco, en el Colegio Nacional y después me fui a La Plata a la Universidad Nacional de La Plata. Me recibí el 26 de diciembre de 1968.

¿Cuáles son sus comienzos?

"Después de realizar guardias durante un año, no recuerdo si era Ensenada o Berizo, me vine a ejercer la medicina a Chacabuco. 

También fui, en cierto aspecto, estando en Chacabuco, médico rural. Concurría dos veces por semana a Irala que pertenece al partido de Bragado Esos fueron mis primeros pasos como médico.'

¿Hacía domicilio a cualquier hora?

'¡Si!' declara rotundo. 'En esos tiempos donde no había tantos médicos ni tantos servicios de asistencia  yo particularmente iba a cualquier hora, a la hora que me llamaran.

 Después me designan ad honorem durante dos años en el hospital del Carmen. Y más adelante, luego de dos años en el hospital el cual funcionaba en ese momento con una guardia que no era activa, era pasiva se dice, es decir, que uno estaba en la casa y cuando venía un paciente a la guardia lo venían a buscar. Así era y después, venían ambulancias lógicamente.

Posteriormente empezó a haber una residencia y un lugar para quedarse en la guardia Entonces el día que le tocaba o que nos tocaba, se dormía en la guardia. Después como médico de sala, junto a los doctores Guillermo Dieuzeide, la doctora Julia Touriño, el doctor José Luis Carlisi el doctor Alfredo Dicundo, la doctora María Elina Bertella entre otros, ocupamos un día cada uno y después sábado y domingo era una guardia rotativa pero era una guardia del hospital de los pacientes que se internaban en la sala de clínica médica.'

¿Su profesión llega a ser una atención general?

'¡Si, si ! Es atención general salvo si hubiese un cuadro clínico muy específico y se deba llamar al especialista. Por ejemplo, un abdomen agudo, una apendicitis o un cuerpo extraño en un ojo. En esas ocasiones se recurre al especialista porque es necesario saber derivar, delegar cuando uno sabe que es hasta acá y la responsabilidad nos obliga a buscar a quienes estudiaron otras ramas de la medicina. 

Si bien cada vez y a través del tiempo, la medicina nos va dando más herramientas, el médico general no puede dejar de consultar a quién es idóneo en la materia si hace falta'

¿Siente empatía hacia sus pacientes? 

'¡Si! Uno tiene una concepción humanista de la medicina, entiende y se compenetra en el seguimiento de las personas y es así que me enseñaron que cuando uno no puede curar por lo menos tiene que tratar de aliviarlo.'

¿Se siente  terapeuta o psicólogo en algunos momentos?

'Yo diría que las dos cosas. Aparte he escuchado y leído bastante de psiquiatría pero hacía o hago muchas veces como de un psicólogo práctico en la atención médica y lógicamente uno de ninguna manera desecha la atención de la psicología individual o social para ese paciente.'

¿Alguna anécdota a lo largo de su trayectoria?

'El 18 de marzo de 1976 sufrimos una detención con varios compañeros. Yo trabajaba en el hospital y en mi consultorio y lógicamente se interrumpió la atención. Nunca había manejado ni una gomera en mi vida. Un día después de llevar a un compañero al hospital Argelich  donde quedó internado, al regresar de madrugada suena el timbre.

Pensé en un paciente que sufría cáncer y estaba muy grave. Muy poco se podía hacer mas que un tratamiento paliativo, uno iba y lo consolaba, le aumentaba el oxígeno,etc…. Cuando abro la puerta estaba el Ejército con la policía y ahí fuimos detenidos.

Fuimos a la comisaría loca, de ahí a Junín y luego a San Nicolás. Tres meses después fuimos trasladados a Sierra Chica que es una cárcel de máxima seguridad. Estuvimos aislados varios meses a disposición del Poder Ejecutivo Nacional. (PEN).

Cuando ya había pedido el exilio a Argelia, después de 14 meses viene el decreto de liberación.

Al volver me habían echado del hospital y fui marginado de la Clínica Chacabuco. Más tarde fui restituido a la misma y acepté las disculpas.

Al tiempo fui a Junín a hablar con el sub jefe. Le hablé sobre mi ideología de la cual no voy a claudicar y también que jamás tiré ni con una honda.

Me escuchó con atención y con una pistola sobre su escritorio.

Le dije que defendía la dignidad, la justicia social y la independencia económica.

No recuerdo bien que me habrá dicho pero muy pronto llegó la autorización para que vuelva al hospital.

Fueron tiempos difíciles y no todos la podemos contar.'

Cuando pensé en ésta nota, se vinieron a mi mente aquellos que tuvieron un papel primordial en mi vida y para eso es inevitable ser autorreferencial.

Doctor Nelson Coronel, lo que tal vez usted no recuerde que el 9 de junio de 2002 mi familia estaba siendo cruzada por una tragedia que duró una semana de incertidumbre y una vida de dolor.

En esas circunstancias necesité ayuda para mi madre ante el terrible evento y salí en busca de un médico que me atienda sin turno, sin su ficha médica y sin siquiera conocerla.

Y fue usted quien me hizo pasar a su consultorio que estaba atestado de gente, trató de entender mi pedido que entre mis lágrimas y angustia era inentendible y salí de su consultorio con una respuesta. Una receta y sus palabras que en ese momento de oscuridad fue magia.

¡Pero usted no es mago! ¡Es un gran profesional!

No recuerdo si esa tarde fría y gris de junio le pude decir ¡Gracias! No lo recuerdo pero mi agradecimiento viaja en esta nota hasta su sillón donde sentado y con sus manos llenas de contención, me sostuvo.

Mi recuerdo infinito al  doctor Héctor Cristofani que no sólo era mi médico, era mi cable a tierra también y cuando me veía triste me sentaba frente a él y me decía: 'Contame'.

Salía de ahí sabiendo que muchas pacientes esperaban al ginecólogo y tal vez y como yo, dejaban lágrimas en sus pañuelos de papel, siempre a mano. A usted, besos al cielo.

A mi médico de cabecera, César Vaninetti que ya me conocía pero jamás me dijo 'Son ideas tuyas'. Siempre iba al punto y hacía los estudios pertinentes.

Cuando volvía con buenas noticias, entonces si me decía: '¡Lo sabía!' ¡Vuela otro beso al cielo!

Y por último y no por eso menos importante, a mi querido doctor Juan Carlos Stéfano. Nuestro médico de familia cuando mi hermano y yo éramos chicos. Pediatra, guía y amigo.

Un domingo de julio yo tenía 12 y mucho dolor de cuello. Había estado haciendo las tareas de la casa pues mi madre no se sentía bien hacía un tiempo.

Mi padre lo llamó y fue a casa para verme. Un diagnóstico nada grave producto de levantar algo pesado para mis 40 kilos.

Es ahí cuando la mira a mami y le pregunta algo. La lleva a la habitación y la revisa.

¡Yo tenía mucho miedo! ¡Todos teníamos miedo!

Esa tarde de julio querido doctor, me dijo como curar mi dolor y me contó que tendría un hermanito.

No tengo más que recordarlos con ternura y agradecimiento.

¡Son los médicos que se dicen de familia! Para mi son ángeles que Dios puso en la tierra y créanme que lo digo con total conocimiento de causa!

¡Gracias doctor Nelson Coronel! Y a todos, Dios los bendiga!

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