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'Nos va a faltar esa voz que orientaba, que marcaba el camino de la justicia'

27/04/2025
'Nos va a faltar esa voz que orientaba, que marcaba el camino de la justicia'

Julián Domínguez conoció a Jorge Bergoglio en el año 2000-2001, cuando era Cardenal Primado de Argentina. Era Vicejefe de Gabinete y la Iglesia tuvo un rol decisivo a través de Monseñor Casaretto. Luego construyeron un diálogo más intenso cuando asumió como Ministro de Agricultura en el año 2009, en plena crisis con el sector agropecuario. 

'A mí me llamó mucho la atención -y me emociona recordarlo- en el momento que es electo titular de la Cátedra de San Pedro, que él era el Papa del Fin del Mundo y que quería recibir el nombre de Francisco', dice Domínguez y agrega: 'Nos acordábamos de Marechal, que decía que cuando uno elige un nombre fabrica su propio futuro; sin dudas allí comenzó una nueva etapa evangelizadora para la Iglesia Universal y en particular para América Latina. Al igual que había sido 500 años atrás con el Padre Francisco de Victoria, con el Padre Isidoro de Sevilla, la Escuela de Salamanca, cuando a los pueblos originarios se los reconoce como personas, surge el derecho de gente y a partir de ahí hay un proceso diferente en la globalización, se le pone límite a la explotación que ejercían sobre nuestra gente, nuestros antepasados de América Latina'. 

-¿Qué importancia tuvo para la sociedad y para la Iglesia la visión de Francisco, este papa latinoamericano?¿Cuál es su legado?

-Este Papa le vuelve a dar dignidad a los excluidos, a los que no tienen voz. Cinco siglos después el Espíritu Santo quiere que sea Francisco, el primer Papa latinoamericano, que reconozca el derecho a quienes la sociedad había excluido, por su elección sexual, por su situación económica, por las razones que excluye habitualmente nuestra sociedad y actúa como una expulsión de esa marcha hacia un pueblo que quiere realizarse y que tiene el derecho natural a ser feliz como persona.

De hecho Francisco reafirmó permanentemente en su predicación, en su tarea evangelizadora, el concepto de pueblo retomando la marcha del pueblo de Israel cruzando el Mar Rojo, liberándose del imperio de Egipto y de los caprichos y los dictámenes explotadores del faraón. Y esa marcha de pueblo es la que él retoma permanentemente. Francisco nos deja una tarea muy grande porque marca a fondo la visión del compromiso con la doctrina social de la Iglesia y marca las tres T como determinantes para el derecho de las personas: techo, trabajo y tierra. Con lo cual redefine nuevamente el pensamiento social, actualiza la doctrina social de la Iglesia y reafirma el destino universal de los bienes. 

También va a plantear que las crisis ambientales son producto de las crisis sociales y de las crisis económicas y sin duda ejerce un enorme trabajo en Aparecida donde sienta las bases de lo que va a ser después las encíclicas posteriores. Hay todo un mensaje enriquecido por los pastores con olor a pueblo, pastores con olor a oveja.

-¿Qué debería tomar la política de ese mensaje?

-Justamente los pastores con olor a pueblo, son los que tienen conectada su realidad con la realidad de su propio pueblo. Por eso todas sus enseñanzas, todo su aprendizaje, es centralmente un paso hacia adelante en la realización y en la dignidad de la persona. 

Hay cuatro conceptos que me parece que son determinantes para la antropología cristiana, para la mirada comprometida con la realidad social y son el desafío que tienen todos aquellos que pretendan conducir la iglesia o conducir en la política. El todo es superior a las partes, por lo tanto quien conduzca va a tener que hacer el esfuerzo de contemplar la realidad del poliedro, cada una de las partes hace a la unidad. La realidad es superior a la idea, y esto marca a los pastores con olor a oveja, comprometidos con su pueblo pero también a la dirigencia política que siente, conoce y vive como propio lo que le pasa a su pueblo. El tiempo es superior al espacio. Muchas veces no se trata de ocupar lugares sino de construir procesos de cambio que sean irreversibles en la vida de los pueblos y se hace esa marcha por la felicidad y por el bien común y por la realización individual. Creo que esto hizo Francisco en la iglesia. Hizo que las cosas sean absolutamente irreversibles. 

Y el último concepto, quizás el más importante, es que la unidad es superior al conflicto. En la unidad uno puede construir la organización de los propios destinos comunitarios. En la periferia de la existencia está la riqueza de los desafíos a construir como sociedad. 

Hay un legado que marca a fondo la visión y la vida de los argentinos y como todo argentino siento el profundo dolor del vacío que deja su muerte. Nos va a faltar esa voz que sabía, que orientaba, que marcaba el camino de la justicia, de las cosas más nobles.

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