'Somos los que no queremos aliarnos con La Libertad Avanza ni con el PRO'

Por Martina Dentella
A partir del acompañamiento de un sector de la UCR al veto de la reforma jubilatoria, se consolidan las diferencias entre distintos sectores del partido que el próximo 6 de octubre elegirá nuevas autoridades partidarias en la provincia de Buenos Aires. Para la candidata a convencional nacional de la lista Futuro Radical, Josefina Ignacio, el enfrentamiento con la lista oficialista de Maximiliano Abad, tiene que ver con que 'somos oposición al gobierno nacional, a la LLA, no queremos alianza con ellos ni con sectores vinculados a Macri o a Bullrich'. En diálogo con este medio aseguró además que 'uno de los errores que cometimos los radicales fue no mantenernos en nuestra esencia, en el ADN radical, aunque a veces haya más o menos votos' y que 'para muchos el radicalismo hoy no se sabe qué es'.
Josefina Ignacio se afilió a los dieciocho años. Sus padres eran radicales y sus abuelos también. Incluso su abuelo fue dirigente y legislador de la provincia de Buenos Aires. En esta entrevista, Josefina cuenta que Estudió Ciencias Políticas, y empezó a conocer más sobre el partido, a estudiarlo, y a militar convencida. 'Me sentía radical, lo elegí', asegura. En el 2003 fue electa concejal en su ciudad, Necochea, durante toda la gestión del intendente Molina y fue funcionaria en la dirección de Educación y Cultura. Después se dedicó a la actividad privada: quedó a cargo de la dirección del diario de la familia, Ecos Diarios, de la ciudad de Necochea. Finalmente, hace unos años volvió a militar al partido centenario.
-¿Qué diferencias encontrás entre ese radicalismo al que te afiliaste y el radicalismo de este tiempo?
-Me afilié en 1986, pleno alfonsinismo. Estaba en la cresta de la ola. Muy potente, con el indiscutible liderazgo de Raúl Alfonsín, que a tantos argentinos y argentinas había enamorado con sus discursos, sus posturas, su personalidad. Fue un dirigente como no ha habido otro. Era muy sencillo militar y hacerte radical en ese momento. Si tenías alguna inquietud y eras joven, era el espacio que te abrazaba y al que querías pertenecer. El partido estaba movilizado, con mucho despliegue territorial. Tenía una mirada del país y del mundo muy diferente a la de hoy. Si bien había sectores que podían cuestionar o discutir algunas cosas, siempre fuimos un partido que se jactó de los debates internos, había un liderazgo fuerte. A nadie se le ocurría hacer cualquier payasada como las que suceden hoy. Había conducción de bloque, el proyecto era muy claro. Uno tenía márgenes sobre los que moverse, pero no había sorpresas como las que podemos ver hoy en la legislatura. Uno no entiende por qué algunas figuras se hicieron radicales, se afiliaron, o por qué se auto perciben radicales cuando sus posturas no tienen nada que ver con el partido. Me refiero particularmente a los cinco diputados que comieron un asado con Milei y votaron el veto. Esa es una diferencia muy importante, la falta de un liderazgo que permita cierta organicidad. Acá parece que cada uno se mueve como se le ocurre, sobre todo teniendo en cuenta sus propios intereses y no los del partido o los del país. Hoy tiene que estar por sobre todas las cosas qué país queremos. Los radicales sabíamos en el 83, cuál era el camino para ir al país al que queríamos. Esa sociedad que salía de la dictadura, que creía en la educación, en la salud pública. Muchas cuestiones que hasta algunos radicales están cuestionando. Por eso decimos que somos el radicalismo de los valores del alfonsinismo, con una mirada socialdemócrata del país. Con un estado eficiente pero fuerte, que brinde salud, educación, seguridad, que brinde obra pública. Para construir una sociedad más justa y próspera para todos, y no solo para los que por algunas cuestiones familiares o de la vida tienen más oportunidades.
-Hay sectores que hoy no solo votan sino celebran con LLA el recorte a jubilados, ¿cuál es la explicación que encontrás al hecho de que el radicalismo no pueda volver a su lugar histórico y qué pasó con sus banderas?
-Ha habido en mucha dirigencia la tentación de correrse hacia donde parecía que iba el electorado. Si estaba la gente más inclinada a la derecha, había que correrse hacia ese lugar para conseguir algunos votos y poder tener algún diputado o concejal más. Ese fue uno de los errores que cometimos los radicales: no mantenernos en nuestra esencia, en el ADN radical, aunque a veces haya más o menos votos. Entiendo que el radicalismo para muchos no se sabe qué es, escuchás al presidente del bloque de diputados y habla de una cosa, escuchás al presidente del partido y habla de otra. Cualquiera, muy lógicamente, dice '¿qué es el radicalismo, qué voto, a quién voto?'. Es nada. El electorado se ha ido -de manera esperable- a aquellos sectores que están más definidos. Alguien que vota al kirchnerismo sabe más o menos hacia dónde va, lo mismo con LLA o el PRO. Nosotros tenemos que definir qué proyecto de país vamos a proponerle a la sociedad para que sepan qué somos. Muchos radicales sabemos muy bien qué somos. Somos los que no queremos aliarnos con LLA, ni con el PRO, somos los que queremos un radicalismo socialdemócrata, más solidario con quienes la están pasando mal, y poder llegar a alianzas electorales si es necesario, con aquellos sectores que piensen más parecido a nosotros, sean de la política o de la sociedad. Ese es el radicalismo en el que creemos y que va a competir el 6 de octubre con la lista Futuro Radical, con el oficialismo de la provincia de Buenos Aires.
- ¿Qué expectativas tienen respecto de las elecciones internas?¿Cuáles son las diferencias sustanciales con la lista contraria?
-Nosotros somos opositores. Lo han demostrado en sus posturas y vocaciones los legisladores que integran este proyecto que son Pablo Juliano, Danya Tabella, Facundo Manes, Martín Lousteau. Estamos construyendo esta fuerza, esta alternativa para enfrentar al oficialismo, porque somos y queremos ser oposición al gobierno nacional, a la LLA. No queremos ni en la provincia ni en la nación ir en alianza con sectores de LLA, ni con sectores vinculados a Macri o a Bullrich. Queremos tratar de construir con sectores más de centro, vinculados a la democracia cristiana del peronismo, podría ser. Veremos con quién podemos tener ideas comunes y un proyecto de país. Nos diferencia que hoy ya podemos decir con quien no queremos una alianza.
-¿Cuál es el mensaje para el afiliado común que mira con algo de perplejidad al partido?
-Yo quisiera generarles confianza. Que sepan que el 6 de octubre queremos ganar las elecciones para liderar el Comité Provincia, para liderar un radicalismo que enarbole bien alto las banderas que tuvo Raúl Alfonsín. No queremos un radicalismo colaboracionista de LLA. Queremos un radicalismo solidario con quienes la están pasando mal, por ejemplo los jubilados, los docentes, los universitarios, y las familias que no llegan a fin de mes. Esos ciudadanos están siendo dejados de lado por este gobierno, por eso no queremos ir con ellos a ningún lado. Queremos construir otra cosa, otro radicalismo.
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