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"Aprendí a decir 'FIERRO' antes que Papá o Mamá"

03/11/2024
"Aprendí a decir 'FIERRO' antes que Papá o Mamá"

Carlos Oyhamburu, vecino de Chacabuco nos confiesa el secreto de juntar sueños

 

Todo comienza con una historia de amor que va dejando semillas y sigue recogiendo frutos.

Una vida donde todos los hilos se entrelazan y van tejiendo una vida de trabajo, familia y un oficio que hasta el día de hoy disfruta a pesar de estar jubilado.

Historias que concurren a un punto en común y nos llevan hasta fotos sin revelar de antepasados sin conocer pero que sin embargo dejaron la marca de un legado.

Un oficio que además de permitirnos vivir, nos deja miguitas en el camino para que podamos bucear en ese árbol genealógico y descubrir por qué y para qué.

Como si acaso una lapicera mágica escribiera cada renglón y cada palabra fuera sentencia.

Porque al fin y al cabo, no es solamente una historia de vida, es un modelo que encastra y se resuelve así, con naturalidad y simpleza. Con momentos duros y carcajadas. Y en la cuál, cada día es una anécdota que tiene algo para contar y trocitos para pulir y encajar en el rompecabezas de la vida.

Y descubro al escucharlos, que no hay una rutina, que el momento se define justo ahí donde se encuentran los silencios y sobran las palabras.

Pues detrás del hombre de oficio está la familia que entra y saluda, te aprieta la mano y te sonríe aunque eso no sale en un audio.

Y todos son espectadores y partícipes. Y cada rol desde su papel nos cuenta su propia historia. 

Una historia que nace así y lejos de terminarse, se traslada de generación en generación para heredar un apellido, un oficio, un don, un camino. 

 

¿Dónde naciste Carlos?

"Nací en Cucha Cucha, partido de Chacabuco hace 86 años.

Mi mamá también es nacida en Cucha Cucha y se enamoró de mi viejo que era de Salto.

Entonces el viejo venía desde Salto caminando, esas cosas que tiene el amor. Se casaron y fueron a vivir en una quinta de Chacabuco. Pero mi padre quiso volver a sus pagos y nos fuimos los cuatro en un charré, mis padres, mi hermano y yo hasta la ciudad vecina.

Fue allí donde mi padre empezó con los fierros y yo a la par de él. Comencé a mamar este oficio desde muy chiquito y siempre digo que antes de decir mamá o papá, mi primera palabra fue FIERRO.

Yo nací con los fierros, fue lo primero que aprendí y tal es así que cuando saqué el PRODE en el año 75, era mucha guita y me hubiera comprado 300 hectáreas de campo pero siempre dije que seguiría con los fierros.

Después hubo problemas que no vienen al caso y la plata nunca apareció pero mi vida no cambió para nada y me dediqué a esto que muchos llaman 'Chacarita' y para mí es un mundo aparte, es la figura de mi padre, el sostén de la familia y la imperiosa necesidad de juntar y juntar para separar y vender. Elijo esto cada día aun estando jubilado y ahora mi nieto sigue mis pasos."

 

¿A qué edad volviste a Chacabuco?

'Tenía 31 años y ya estaba casado. Con mi señora nos conocimos en el año 55 y nos casamos en el 60. Llevamos 64 años de casados, 69 que la conozco y no me puedo despegar de ella ¡Qué macana!

Entonces compré esta casa y pusimos la chacarita acá.'

 

¿Cómo es eso de poner una chacarita?

"Este trabajo se trata de recolectar o comprar, separar y vender. Teniendo una unidad, un camión o una chata buena vos podes cargar y llevarlo a Buenos Aires, Junín, Rosario. Pero al no tener vehículo, vienen los compradores a cargar hasta aquí.'

 

¿Qué cosas juntas?

'Desde fierro, vidrio. trapo hasta papel he juntado de todo.'

 

¿Y cómo es el proceso de la venta?

'En la época que yo comencé no había internet por lo tanto se hacía todo por teléfono. Ya  tenía mi clientela, mi gente que venía, sabía lo que había, cargaba, pagaba, se iba y yo seguía trabajando.

Gracias a Dios en Chacabuco me conocen todos y no tengo problemas con nadie.

A veces se vende como está y sino se recicla. Dejo aparte el hierro, el vidrio y la gente viene y carga lo que necesita. Lo demás lo llevo directo a la fundición. Hasta Avellaneda he llevado los huesos."

 

¿Huesos? 

'Sí, huesos de animales de campo, secos y blancos. Recuerdo que una vez se me cayeron del camión frente a la cancha de Huracán.'

 

¿Pero para qué se usan los huesos?

'Lo refinan mediante un proceso que pude presenciar. Lo tiran en una cinta, lo demuelen. y vuelve a pasar por otra cinta y lo dejan harina. Sirve como alimento para los animales entre otras cosas.'

 

¿Ahora que estás jubilado, tenés tiempo para algún hobby?

'¡Si! Me gusta mucho cantar. Yo canté acá con Martín Róss, recordado guitarrista de Chacabuco y Beto Salomone en bandoneón. ¡No sabes el vozarrón que tengo! . Esa es la otra faceta de mi vida. Algo que no sabía de dónde lo había sacado hasta que mi hermano viajó a España y pudo conocer más sobre nuestros antepasados.

 

¿Alguna anécdota que te haya quedado en el recuerdo? 

'¡Mira lo que me vino a pasar! Una vez vino un hombre, se ve que tenía plata, andaba en buena chata, con botas, gente de guita se veía. Y me dice que estaba buscando un aparato así, así, así.  Yo le dije que ya no se conseguía más. Que era difícil que lo consiguiera.

El hombre se va y yo le tendría que haber dicho que venga la próxima semana, por las dudas, pero estaba convencido que eso que él buscaba ya no se veía más.

Resulta que se va por la esquina y viene mi señora del otro lado. Me dice que me buscaba un hombre con una chatita que traía un aparato para vender.

¡Podes creer que era lo mismo que buscaba el cliente! ¡Y ya se había ido!'

 

¿Qué es lo más insólito que te trajeron?

'En una ocasión compré un tomógrafo viejo '

 

¿Y qué hiciste? ¿Lo desarmaste?

'Si, lo desarmé y lo vendí por hierro y metal.

Agarro todo, yo mismo me considero un ciruja. Vienen los del basural y me traen fierro, vidrio, metal, cobre, bronce, aluminio plomo, baterías viejas y yo ahí tengo la balanza

Ahora estoy jubilado pero aguanté poco sentado. Estoy con mi nieto que como no tenía ningún estudio  le enseñé el trabajo, y hoy sabe más que yo. A veces le doy ideas, gajes del oficio para que tenga cuidado y no cometa errores, por ejemplo con el cobre robado.

Lo conozco, lo veo y ya me doy cuenta que es robado.'

 

¿Y entonces?

'¡Ahh no no!. Les digo que se lo lleven. En una ocasión vino un hombre a venderme unos 15 kilos de cobre del cementerio. ¡ Del cementerio! Y me pedía que le pague lo que quiera. No lo quiero ni regalado. ¡Con eso le dije todo!.¡Llévatelo! Yo quiero dormir tranquilo.

A veces te lo meten en el medio pero lo veo y es un color ceniza finito, eso es cobre de los cables de teléfono'

 

¿Cómo se conforma tu familia?

'Mi señora, dos hijos y los nietos. El más chico es el que se quedó conmigo.

Soy muy familiar, mi viejo falleció en el año 1995 y es el día de hoy que todavía lo siento. Siempre hacen falta sus palabras o un consejo y es lo que trato de hacer con mi nieto."

 

¿Digamos que tu papá fue el que te llevó por este camino?

'Sí, él me lo enseñó. Y también un hermano de él, mi tío Pedro. Esto viene de sangre.

A mí me gustan las cosas viejas y me considero lo que se llama ciruja o chacaritero"

También colecciono relojes. Tengo más de 150 relojes que me traían como chatarra y los pude arreglar. He regalado algunos también. Y otra cosa que me gustan son los cuchillos con vaina, debo tener 4 o 5 

Volviendo al tema de ser cantor, cuando mi hermano mayor, hace ya unos años, fue a visitar a mi primo a España pudo conocer la casa donde nació nuestro abuelo, sacó algunas fotos y de ahí fue hasta el cementerio donde está la tumba de nuestro bisabuelo.

Charlie se llamaba y era tenor. Se llamaba igual que yo y de ahí debe venir mi amor por la música. Entiendo como tiran los genes y nos lleva por ese camino, el que nos dejaron en pausa nuestros antepasados. ¡Fue fuerte para mí!

Muchas veces la vida te da sorpresas. Algunas buenas y otras no tanto. Pero Dios me sigue dando salud, una hermosa familia, tuve la suerte de trabajar en algo que me gusta mucho y creo que eso es lo principal, eso es lo bueno. Cada vez que me levanto me siento agradecido por eso.'

Terminó la nota y yo armé la foto. ¡No hace falta tener cámara ni rollo. Las palabras me pintan el cuadro y me regalan la estampa de este buen ciruja que de la vida, lo entendió todo! 

 

¡Gracias Carlos!

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