Codependencia: cuando sostener también enferma

(*)Por Mariano Rato
La serie 'Yo, adicto', recientemente estrenada, propone una mirada cruda y honesta sobre el mundo de las adicciones. Pero más allá de la lucha del protagonista con la cocaína, lo que resulta profundamente revelador es lo que ocurre a su alrededor: los vínculos, la familia, los roles que acompañan… o que impiden cambiar.
Uno de los conceptos que mejor explica esto es el de codependencia. No es solo un término clínico. Es una lógica emocional. Aparece cuando alguien vive pendiente del sufrimiento de otro. No consume, no se droga, pero queda atrapado en el mismo circuito. Vive para rescatar, para sostener, para evitar que el otro se caiga. Pero si el otro no cae… tampoco puede levantarse.
La serie tiene dos escenas que muestran esto con brutal claridad.
La primera, cuando el protagonista es expulsado de un grupo de autoayuda por haber llegado tarde. A simple vista parece una sanción dura, desproporcionada. Pero pronto se revela que fue una estrategia terapéutica. Una intervención pensada para confrontarlo con su dificultad para aceptar límites, con su omnipotencia, con su necesidad de salirse siempre con la suya.
Lo interesante es que no solo él lo vive como injusticia. También lo vive así su madre, quien aparece ofuscada, dolida, casi traicionada por el sistema. Y es ahí donde empieza a quedar claro que el problema no es solo del que consume. A veces, el entorno también se resiste al cambio.
La segunda escena central es justamente ese vínculo con la madre. Una madre presente, amorosa, que lo busca, lo cuida, lo acompaña. Pero también lo salva cuando no debe. Le da plata que él usa para drogarse. Lo rescata de situaciones límite. Tapa consecuencias. Y sin querer, ayuda a que no toque fondo.
Ese es el núcleo de la codependencia: cuando el amor, sin querer, se vuelve un obstáculo. Cuando se ayuda tanto, que ya no se deja espacio para que el otro se haga cargo. Para que crezca. Para que cambie.
En los tratamientos por consumo, trabajar con la familia es tan importante como trabajar con el paciente. Porque muchas veces, aunque el paciente avance, si su entorno sigue atrapado en la lógica de sostener, el riesgo de recaída es altísimo.
La codependencia no es mala intención. No es manipulación. Es miedo. Miedo a soltar. Miedo a perder. Miedo a dejar de ser necesario.
Pero si no se suelta, si no se corre, el cambio no puede aparecer. Porque sostener al otro todo el tiempo es, también, impedirle crecer.
Por eso, a veces lo más difícil no es dejar de consumir.
Lo más difícil es dejar de sostener.
*facebook/instagram: marianoratopsicologo
Relacionadas
