Cuando tocar fondo puede ser una posibilidad de volver a empezar.

Por Sonia Elisabeth Rubino
-El relato de Alejandra es genuino y también su necesidad de ser aceptada por una sociedad que no perdona.
Después de tocar fondo le pone todas sus fuerzas a cada brazada para sentir ya en la superficie, el aire puro y limpio que la deja justo ahí, en el lugar que ama.
Cada segundo cuenta y en el día a día flota y toma fuerzas para seguir nadando aún cuando es contra la corriente.
¿Cuál es tu nombre?
"Me llamo María Alejandra Sein"
¿ Qué edad tenés?
"Hoy tengo 40 años, recién cumplidos."
¿ A qué edad comienza tu consumo?
"Mi consumo fuerte empezó a los 26 años. Ya teniendo a mis tres niños en edades muy cortas de la vida. "
¿Qué te llevó a consumir?
"Y lo que me llevó a consumir fue la violencia intrafamiliar, cuando el padre de mis hijos me pegaba, era violento y me obligaba a hacer cosas que yo no quería. Pero no me quedaba opción porque uno en ese momento es vulnerable, manipulada y el violento te cierra las puertas y te hace caer tan bajo con el discurso de que no servís, de que no valés.
En mi adolescencia había probado cocaína y tuve una experiencia muy fea, la cual me llevó a tenerle miedo y respeto y nunca más la quise tocar.
Pero el hecho tan violento intrafamiliar me llevó de nuevo a encontrarla en las calles y a no tenerle miedo ni respeto. Sabía que hacía mal y que por ahí te podías llegar a morir y yo en ese momento buscaba morir.
Siempre busqué tapar todos los dolores y los sufrimientos de la vida con eso .
Y ahí yo empecé a refugiarme en las calles y en la droga.
Fue el hombre que me encontró escapando después de 10 años de haberme sometido a la droga, un ángel caído del cielo, mi salvador, como digo yo que me salvó de tantos peligros más que hubiesen acechado mi vida, incluso la propia muerte, y hasta el día de hoy me viene acompañando para que yo deje y siga adelante."
¿Cuándo fue tu primera internación?
"Entre 2011 y 2012 fue mi primera internación en Chivilcoy. Tuve una sobredosis, pero no fue tan grave. Estaba muy mal alimentada, las defensas bajas, todo eso me llevaba a no tener fuerzas , muy flaquita. En la época donde estaba el CPA me empezaron a tratar.
Uno siempre se abandona cuando no encuentra verdaderamente la ayuda y el sostén.
El adicto siempre reincide.
En Chivilcoy estuve unos pocos días donde te ponen un suero, te limpian, te estabilizan y te hablan psicólogos, psiquiatras y después te mandan a tu casa.
Fue ahí que me escapé rumbo a Misiones con mi hijo más grande.
Porque eran tres chicos que tenía que llevar a la ruta, sin un peso, sin nada, con algo de ropa y fue ahí que conozco a mi pareja actual en el viaje de vuelta.
Nos hicimos amigos, nos pasamos los números, fue un hombre muy gentil conmigo, tuvo gestos humanos hacia mi persona que ni siquiera el padre de mis hijos los había tenido. Ni siquiera mi propia familia.
Algo muy lindo nació entre nosotros. un hombre tan bueno y ahí me pide que me quede para formar una familia.El me transmitió seguridad y confianza.
Me traje a mis hijos y aún estamos juntos como una verdadera familia.
Pasaron 10 años. luego de eso he tenido cuatro recaídas mas, todas con internaciones , todas con tratamiento con psiquiatra, con psicologo, con un montón de cosas que a la larga o a la corta terminan fallando de una forma u otra porque está en el adicto dejarse ayudar, entender que tiene que obedecer algunas cosas, que tiene que seguir las normas del tratamiento para que funcione y no se abandone y que uno no reincida. Y después, como ya te digo, mucho es el acompañamiento familiar, el sostén, el no sentirte condenado, juzgado, rechazado, que todo el mundo te pelea, todo te echan porque sos la loca, porque sos la falopera.
Hay algo en el mundo del consumo que uno está tapando y si no dejan salir ese algo para que se limpie y se sane, siempre va a ser lo mismo. Entonces hay que empezar por el principio de ¿Por qué una persona recae en una adicción, ¿Por qué busca un consumo problemático o una adicción? ¿Para tapar qué? ¿Qué pasa con ese ser humano?
Porque ningún niño nace ladrón ni drogadicto, ninguna mujer nace drogadicta o ladrona o prostituta o lo que sea. Todos nacemos con un alma limpia y pura. ¿Qué pasa durante ese desarrollo de la vida para que pasen los flagelos que hay en esta sociedad actualmente hoy? ¿Cómo se aborda a un ser humano con la salud mental vulnerable, sensible, que lo lleva a un consumo problemático?"
¿ Te parece que en Chacabuco hay herramientas para trabajar en dicho flagelo?
"Me parece que en la ciudad de Chacabuco hoy las herramientas están. Desde el Estado Nacional y después del Provincial, están para acompañar, pero por ahí habría que trabajar sobre cómo usamos esas herramientas para que funcionen. Porque del 100% de los casos, ¿cuántos se curan o se recuperan o se sanan y en el proceso diario no lo vuelven a hacer, no reinciden?
Hay algo que falla en el uso de esas herramientas, porque las herramientas están pero el uso que le damos para que funcionen tiene que ser el punto de cuestión hoy. ¿Cómo las usamos para mejorar la calidad de vida de los pacientes con salud mental y consumo problemático? Para que sanen, para que se vuelvan a reinsertar socialmente, para que no vuelvan a consumir, para que la droga salga de la calle. Es algo muy difícil de hacer, son muchas cuestiones juntas que hay que abordar. Pero que las herramientas están, sí, doy fe y pongo la firma que las herramientas están y a mí me sirvieron y me ayudaron a ser yo hoy como mujer de 40 años.
Prioricé mi vida, mi salud en base a eso.
Poder salir dignamente por mi familia, mi presencia, que es necesaria en la crianza de los hijos .
Las herramientas están y es importante cómo usarlas para que funcionen."
¿Cómo estás hoy?
"Hoy estoy bien, gracias a Dios, a mi fe, a mi fortaleza, a mi entereza, a mi resolución de pararme sobre el barro, sobre la mierda donde me revolqué, me paro y sigo. Quisiera seguir todos los días de mi vida así, es solo por hoy. Hoy estoy bien, mañana no sé, pero me centro en el hoy, es un día a la vez y sigo firme queriendo dar a conocer mi voz para acompañar a todas esas personas que sufren el infierno de la droga. porque solo el que bajó al infierno de la droga puede contar esto, en carne propia, en vivencia propia, en experiencia
Y está la condena social como siempre, te cuelgan el título de falopera, la gritona la llorona, la loca.
Eso duele, eso duele un montón, hace embroncarte con todo, con el afuera, con las herramientas, con los lugares de salud, con que no funcione, con las leyes, con todo.Por eso hoy digo que estoy bien y pongo la firma que estoy bien, ya me limpié la sangre, ahora el trabajo es mental, entonces hay que trabajar con la salud mental para que no se vuelva a consumir.
Por eso agradezco mucho siempre al hospital, porque se ocupó y se ocupó bien de mí, más allá de que las herramientas estén y por ahí no funcionen
Está en cada paciente también. Y en cómo algunos profesionales de la salud, ya sea como médicos, psiquiatras y psicólogos, abordan este flagelo que hoy por hoy hace que nos condene la sociedad y nos atraviese el alma.
Yo tomé herramientas que me sirvieron , cosas que aprendí, descubrí, para poder sanarme desde acá, desde el hogar, desde el seno de mi familia, donde me acompañan y me cuidan
Y por supuesto yo poniendo la voluntad y todo lo que hay que enfrentar diariamente. Tengo que estar muy bien preparada para poder sanarme, es difícil, y el cuerpo me empezó a pasar factura.
Mi familia me puso un límite.
Después no hay más familia, después me quedo sola con el perro en la calle.
Me pusieron un punto para que cada vez que llegue a la línea me fije y no la quiera cruzar, porque detrás de esa línea no hay más nada ni más nadie.
Entonces ahí está el trabajo mío diario."
Alejandra nos pone ante una realidad que está a la vista aunque nos tapemos los ojos.
Tiene mucho porque luchar y es difícil, pero día a día intenta con todas sus fuerzas aferrarse a esa vida hermosa que tiene por delante y descubrir en su familia que cada paso vale la pena.
¡Gracias Alejandra!
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