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Daniel Passarella, de Argentino a River Plate

28/05/2025
Daniel Passarella, de Argentino a River Plate

A Daniel Passarella, que el domingo cumplió 72 años, de chico le decían Mocho. Una nota publicada en 1979 por la revista El Gráfico cuenta que para jugar al fútbol tuvo que hacerse zurdo 'a la fuerza', debido a un accidente que tuvo en la pierna derecha cuando tenía 6 o 7 años. Por aquellos tiempos era 'el terror' de los vecinos del barrio de Argentino, tenía como ídolos a Angel Clemente Rojas ('Rojitas') y Martín Karadagián y, como su familia, hinchaba por Boca Juniors.

'Era hijo único de don Vicente Uberto, capataz de corralón, futbolero de alma, y de doña Élida, ama de casa y 'víctima' de sus travesuras. Vivía sobre una calle sin asfalto a diez cuadras de la plaza principal pero a tres, solamente, de la canchita de Argentino, donde empezó jugando de wing izquierdo', agrega el artículo.

Quien lo llevó a jugar a Argentino fue Carmelo Spataro, que un día se presentó en la casa de los Passarella para pedirle permiso a su padre.

'El asunto no fue fácil, porque mi viejo era delegado de Racing, así que un día Carmelo se apareció por casa con mi tío Edmundo para tratar de convencerlo. Le explicaron y el viejo les contestó: 'Está bien, si Daniel está de acuerdo no hay problema; cuando yo era chico me fiché para el club que quise, así que él puede hacer lo mismo. Además, tengo que reconocer que Argentino se preocupa más que Racing por las inferiores'", relató el exjugador. Así comenzó a jugar en Argentino, donde empezó como puntero izquierdo. 'De 11 pasé a 10, después a 8 y al final a 6 cuando jugaba en la cuarta. Si seguía así iba a terminar de arquero', bromeó Daniel, que a los 15 años llegó a Primera y salió campeón.

'Salimos campeones tres años seguidos. Argentino hacía como 20 años que no salía campeón. Enseguida me pusieron en la Selección de Chacabuco. Si de chico era loco por el fútbol, en esa época ya no pensaba en otra cosa. Trabajaba porque me hacía falta, pero había dejado la secundaria en primer año. Iba al Industrial y me ocupaba mucho tiempo entre los teóricos y el taller. ¿Cuándo iba a jugar si estaba mañana y tarde en la escuela? Me acobardé. Me gustaba estudiar, pero la verdad es que nunca tuve una vocación definida, solamente el fútbol', recordó.

En 1970, cuando tenía 17 años, tuvo su primera oportunidad de llegar al fútbol grande de Argentina, y nada menos que en Boca. En efecto, en esa época estuvo viviendo dos meses y medio en La Candela, bajo las órdenes del técnico Bernardo Gandulla, que le vio condiciones para quedarse. Tan así fue que le dijo que dejara el trabajo que tenía en una tienda de Chacabuco porque iba a ser jugador del club. 'Pero apareció un tal Campos, dijo que no le servía y me quedé afuera. Gandulla medio se lavó las manos', contó Passarella.

Al año siguiente lo quiso Independiente. 'Me habló Pipo Ferreiro para jugar de 10. Me probó y le dijo a mi papá que estaba todo fenómeno, pero un empleado se equivocó y cuando se dieron cuenta ya había cerrado el libro de pases, una cosa de locos', rememoró Daniel, a quien en 1972 le surgió otra posibilidad que también terminó en frustración, en este caso en Estudiantes de La Plata. 'Estuve tres meses en la pensión que tienen al lado de la cancha y cuando abren el libro se armó un lío en la comisión directiva, echan a medio mundo y yo caí en la volteada. Volví a Chacabuco destrozado y dije en casa que nunca más me iba a probar. ¿Sabés las cargadas que me tenía que aguantar? Ahí tengo otro recuerdo de papá. Me agarró y me dijo: 'No aflojes, que a los cracks siempre los echan. Vos seguí'', relató.

En el medio también tuvo una prueba en Chacarita, donde dijeron que lo iban a llamar pero no pasó nada, hasta que en 1973 apareció Sarmiento de Junín, que por ese entonces estaba en la Primera C. 'Sarmiento me pidió, pero mi amigo Carmelo dijo que únicamente por un año y sin opción. Al principio el técnico no me ponía, se llamaba Villafañe. A mitad de año vino el Tucumano Hernández y me probó de 3 en las prácticas, te juro que la rompía. Al final quedé de titular y hasta terminar el campeonato hice quince goles. Hernández me decía que hasta la Selección no paraba'.

Estando en el equipo de Junín comenzaron a aparecer los interesados, como San Lorenzo de Almagro y Nacional de Montevideo. Pero su permanencia en Sarmiento fue breve, porque en 1974 River se cruzó en su camino. La llegada de Passarella al equipo de Núñez tuvo como intermediario a su amigo Raúl 'Tucumano' Hernández, que habló con el director técnico millonario, Néstor 'Pipo' Rossi, al cual, expresa el artículo, 'le gustaban los jugadores que se tenían fe'.

En ese sentido, el jugador chacabuquense no lo defraudó, porque de entrada pidió debutar contra Boca en un partido por el torneo de Mar del Plata en el que tuvo un gran desempeño como marcador de punta por la izquierda. Así, pese a ser zurdo, Passarella entró en River con el pie derecho.

'Rossi lo había llamado 'mocoso caradura', pero ya lo tenía en su afecto', señala la crónica, que luego agrega: 'Y fue final. Con suspenso, como corresponde, porque el pase valía 18 millones y River decía que era demasiado. La decisión tardó unos días, tanto que casi firma para Ferro si no hubiera sido porque los dirigentes de Caballito se dieron cuenta a último momento de que tenía pendiente el servicio militar, o para Huracán, si el Flaco Menotti hubiese tenido 24 horas más de tiempo. Pero se hizo lo de River. Doce millones de pesos por el pase, 230.000 por mes y los premios para él. Una fortuna. Suficiente para esconderle por un tiempo el cariño por sus raíces, para empujarlo a la aventura urbana, para cambiarle definitivamente aquellos clásicos contra Porteño por otros contra Boca, o contra Racing'.

 

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