¡El gruñido del perro!

(*)Por Chata García
Cuando comemos, los perros se nos acercan con cara de niños buenos. Hacen una especie de aullido. Pero cuando están con sus huesos, te acercás y te gruñen. Se ponen malos. Hay que tener cuidado.
Esta semana, por segunda vez se reprimió a los jubilados. Pero no solo se reprimió a los jubilados -cosa que lamentablemente no es nueva en nuestro país- sino que se hizo alarde de eso. El comunicador del Gobierno dijo que 'no hay que tenerle miedo a la represión', cosa que remite al gobierno de La Alianza. 'Qué valiente que sos por haber reprimido a los jubilados' le había dicho por entonces Mirtha Legrand a Patricia Bullrich.
Uno se pregunta por qué. Por qué gente que está tan bien termina festejando una crueldad contra gente tan vulnerable. Por qué gruñe el perro royendo su hueso.
Hay un estudio que hace Naciones Unidas en muchos países del mundo, tiene que ver con una preocupación de las Ciencias Sociales relacionada a cómo se está deteriorando el apoyo a las democracias. Se observan dos variables: si la democracia es importante para la gente, y si la violencia política es justificable. Como lo justifica Adorni.
Uno podría decir que la gente que está peor, que la pasa mal, puede estar más cargada de bronca hacia el otro; y por lo tanto, que sea más proclive a pedir mano dura y considerar que la violencia política es positiva. Pero no es así.
Resulta que a menores ingresos, la gente confía más en la democracia en comparación con la gente de ingresos más altos. Y justifican menos la violencia política que los sectores más altos. Esto es llamativo.
La encuesta hace un cruce y habla sobre la inseguridad. Explica que en este mundo tan incierto, por el cambio climático, por la tecnología y la concentración del capital, mucha gente empieza a estar insegura de su trabajo.
Ya en los años sesenta, un estudioso de la administración de empresas, un tal Maslow, decía que una de las cosas a las que más importancia se le da en el trabajo es a la seguridad. No tanto al salario. Algunas personas prefieren ganar menos, pero tener estabilidad.
La inseguridad o la incertidumbre es algo que nos afecta, sobre todo cuando somos grandes, porque tenemos que responder por otros, nuestros hijos, parejas, familias.
Entonces, según este estudio, cuanto más alto se está en los niveles de ingreso, y si la gente tiene inseguridad, se pone más proclive a aceptar la violencia política. Pasamos en claro: si tenés inseguridad de perder tus privilegios, te ponés malo.
Cuando uno mira estas encuestas comprende el mensaje de Adorni de sacar pecho por pegarle a los jubilados.
Dicen que perro que ladra no muerde, pero estos ladran, muerden, y algún día habrá que decirles: ¡juira p´allá, a la cucha!
(*)De su columna en Arrancamos Tarde (FM Radio Ultra 98.9)
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