Estado presente

Cuanto más soplan los vientos libertarios y los que supieron militar al liberalismo 'republicano' no saben dónde pararse, en la cotidianeidad de la vida institucional-familiar del municipio, cada vez es más necesario un estado presente. No es un invento de la militancia progresista, ni una frase que esconde malas intenciones. Seguramente que muchos la han utilizado como bandera para sacar provechos personales, mientras otros, en la vereda de enfrente, la flamearon para desacreditar al Estado como herramienta de transformación y finalmente apropiarse del Estado. En este debate sin fin, nos metieron tipos como Jorge Lanata, autor intelectual de la ruta del dinero K, que mientras se armaba de decenas de millones de dólares sin factura, transitaba la ruta del dinero a las privilegiadas playas de Jose Ignacio en Uruguay o las costas de Miami. Parece que nadie le va a preguntar a los herederos, si con los recibos de sueldo del grupo Clarín pueden justificar semejante fortuna por la que ya tironean a menos de 30 días de su muerte. Mientras tanto, en el interior profundo y desigual, que tanto aporta a las rentas generales del país, es necesario que el municipio se eche al hombro la concreción de una obra para que el hospital de Chacabuco pueda brindar medicina de avanzada para ricos y pobres. En pocos meses estará inaugurada el área de hemodinamia, ahí se colocarán sten que salvarán vidas. Un emprendimiento público-privado que llegó de la mano de la anterior gestión y que los concejales pro-radicales los dejaron a mitad de camino cuando hacía falta aprobar una tasa especial para financiar el final de obra.