Griffa, Valdano, el Gordo Soriano y mi primo Mario

Por Alejo Dentella

De repente, como de vez en cuando, ayer me llegó un Whatsapp de mi primo, Mario. Desde hace algunos años, es habitual que él o yo nos tiremos algún mensaje. En ciertas oportunidades suelen tener idas y vueltas, comentarios que nos llevan y nos traen por cosas que apuntamos. Algunas se las acuerda él, y en otras ocasiones lo suelo sorprender. Por ahí hablamos de los fusiles hechos con los rayos de bicicleta y de los tucos que se cocinan por horas a fuego lento. Fue el único militante político de la familia previo al retorno de la democracia. Lo tuve y tengo siempre como una referencia. Lo sorprendí cuando de grande y después de mi militancia juvenil alfonsinista, empecé a patear para el mismo equipo en el que siempre jugó, al menos desde que llegó a La Plata a principio de los '70. Mi tía Adelina, su madre, era peronista. Alguna vez, como a Osvaldo Soriano, la escuché hablar de las cosas que Evita hacía llegar a cualquier rincón del país. Ayer Mario me escribió y me mandó un comentario, y luego una nota que escribió Jorge Valdano, sobre el legendario Jorge Griffa. Se me vino a la cabeza que esto era un tiro desde los once pasos para el Gordo Soriano. Pero bueno, la vida tiene esas cosas de las ausencias anticipadas y por suerte llegan otros que pueden hacernos maravillar con esa música tan particular que tiene la escritura cuando se conjuga la literatura con la historia de personajes que son un verdadero testimonio de sabiduría, humildad y generosidad. Les comparto el Whatsapp con mi primo Mario y la nota que escribió Jorge Valdano. Ninguna de las dos cosas tienen desperdicio. 

Mi primo Mario

'Hace unos días se murió Griffa, un legendario formador de jugadores en Newell's y en Boca. Jorge Valdano escribió unas líneas en El País de España que me costó mucho conseguir porque hay que suscribirse. Se la pedí al gran periodista Ariel Scher que fue quien la leyó por radio e, indirectamente, me la hizo llegar. Solo eso, te lo envío por si te produce la misma emoción que a mí. Si así no fuera, no te preocupes, es producto de mi decrepitud que me pone melancólico. Abrazo de gol.'

Jorge Valdano para El País de España

Su discurso estaba hecho de valores porque le daba una importancia vital a la calidad humana y al sentido de pertenencia. Al club había que respetarlo hasta en las pequeñas cosas. Si a lo largo de un entrenamiento se perdía una pelota, no se iba nadie hasta que se encontrara. De esas pequeñas cosas está hecha la grandeza.

Su autoridad moral y efectiva llegó a ser más grande que la de los presidentes. Un día recibí una llamada para que me presentara en el club urgentemente. Al llegar, me encontré a Griffa hablando tranquilamente con José María Zárraga, capitán de aquel Real Madrid que ganó las primeras cinco Copas de Europa y, en ese momento, gerente del Alavés. Griffa ya lo había convencido de que yo era el delantero que buscaba. Le costó otros cinco minutos convencerme a mí. Newell`s necesitaba esa venta por las apreturas económicas de siempre y él creía que España era el mejor lugar posible para mí. Era tal el respeto que le tenía que entendí que no había más que hablar. Como es natural, una decisión de ese tipo arrastra una cadena de consecuencias infinitas. De hecho, las consecuencias llegan hasta hoy. 

Es un buen día para preguntarse a cuanta gente, como a mí, Griffa le cambió la vida. Lo hizo desde un minucioso trabajo con el que nos ayudaba a cumplir nuestro sueño. Nada menos. Descanse en paz, maestro.