La Iglesia se prepara para la fiesta de Pentecostés

La solemnidad de Pentecostés se celebra 50 días después de la Pascua. Es la Festividad de la Venida del Espíritu Santo, y para saber más sobre esta fecha central en el calendario de la Iglesia, consultamos al padre Darío Kling, de la parroquia San Isidro Labrador. El sacerdote también adelantó las actividades especiales programadas para la ocasión.
'Vamos a celebrar Pentecostés, este domingo próximo. La palabra Pentecostés quiere decir cincuenta días posteriores, son los días posteriores a la Pascua. Y si bien pasa un poquito desapercibida esta fiesta, es lo que completa la Pascua. La Pascua no sería la Pascua sin Pentecostés', dice el padre Darío, y explica: 'Nosotros creemos en único Dios, vivo, verdadero, Dios Uno, y trino, es decir, en tres personas: la persona del Padre, la persona del Hijo y la persona del Espíritu Santo, que es la que cobra relieve en la fiesta de Pentecostés'.
-Es muy interesante revisar los momentos en que Jesús anuncia la llegada del Espíritu Santo…
-Claro, nosotros conocemos precisamente este Dios único, en tres personas, gracias a Jesucristo, que nos habló del Padre y que nos dijo: ´les conviene que yo me vaya y desde el Padre les vamos a enviar al Paráclito´. Esta palabra está en griego, no tiene demasiada traducción, y sería algo así como una especie de abogado, el que está al lado y que habla en nombre de. Entonces, el Paráclito es el Espíritu Santo y es también Dios, como el Padre y como el Hijo. Desde la venida del Espíritu Santo la Iglesia nace, podríamos decir es el cumpleaños de la Iglesia, de alguna manera, porque esos apóstoles que estaban encerrados con María, como dice el libro de los Hechos de los apóstoles, en los primeros capítulos, María también estaba esperando esta promesa que les había hecho Jesús. Y el Espíritu Santo desciende como unas llamas de fuego, en medio de ruidos, tipo truenos; es un fenómeno que los supera, que hace que los que están afuera se congreguen en esa casa porque a ver qué pasó, y los que están adentro se llenan de coraje, de fuerza y de la misma palabra que les había enseñado Jesús. Y entonces, de estar encerrados y con miedo, salen a hablar de Jesús, del mismo que habían crucificado, que está vivo, que está resucitado, que se conviertan. Es ahí cuando se va a dar esto de la salida de la Iglesia, esa Iglesia que está encerrada y miedosa, con la fuerza del Espíritu, es decir, con la misma presencia de Dios, que es la única fuerza, ya que la nuestra da para mucho, con esa fuerza de Dios la Iglesia sale hasta los confines de la tierra, como lo manda Jesús.
-Esta figura del Espíritu Santo es recordada permanentemente, en cada Eucaristía, en muchas oraciones, es una presencia muy viva y a la vez menos conocida, quizá…
-Exactamente, por eso decía al inicio que es como la plenitud de la Pascua, porque hace que la Pascua se transmita y se transforme también en vida para el mundo, en vida para la gente; es vida nueva del resucitado y se transmite a través de la Iglesia por esa presencia misteriosa, interior, que nosotros llamamos la Gracia, es la misma vida de Dios en los creyentes. Por ese lado pasa la fiesta de Pentecostés, es fiesta de vida, es fiesta de Dios, y si bien constantemente lo estamos invocando, es una presencia sutil, más intangible. Al Padre lo tenemos presente porque es el Creador, lo tenemos manifestado en la obra creadora; el Hijo está presente porque es Jesucristo y lo conocemos por los evangelios, pero el Espíritu es algo inmaterial, pero que vivifica, es como el alma en nuestra propia vida, es el principio que da vida. Y cuando eso no está, todo se disgrega, se corrompe, se separa, porque el Espíritu es el que une, es el que mantiene la vida, es el que permite crecer.
-¿Cuáles son las actividades previstas para esta celebración?
-La iglesia tiene para esta fecha una novena al Espíritu Santo. Estamos acostumbrados a la novena de San Cayetano, de la Virgen, la de San Isidro Labrador, pero ninguna de esas es tan fuerte como esta, porque la Iglesia pone de manera oficial estos nueve días de preparación, de espera, de llamado para que venga el Espíritu Santo. Acá en la parroquia hemos querido remarcar los últimos tres días: este miércoles con el momento de adoración eucarística, de 21:30 a 22:30, está abierto para todo el mundo, es un rato con la presencia viva de Jesús en la Eucaristía, sabiendo que esa presencia es gracias a la acción del Espíritu Santo, es un momento de adoración fuerte. El jueves y el viernes, de 20:00 a 21:00, en la Casa de la Catequesis, también abierto para todos, habrá dos momentos de reflexión y oración: el jueves en torno al Espíritu Santo y la Sagrada Escritura, que precisamente es Sagrada por el Espíritu Santo, él es el autor, es el que inspira y el que le da unidad, más allá de los autores humanos que la pusieron por escrito. Y el viernes veremos el tema del Espíritu Santo y la Iglesia. Dos momentos para profundizar un poco más en este misterio y que no nos quede el Espíritu Santo tan olvidado, tan descuidado. Decía un teólogo del siglo pasado, que es 'el gran desconocido', pero es el que está siempre, y sin él no tendríamos verdadera vida.
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