La última escena está cerca

OPINIÓN / Por Gustavo Porfiri
Tras varios meses de combates, la provincia rusa de Kursk quedó completamente liberada de tropas ucranianas y mercenarios extranjeros y le acarreó tremendas pérdidas humanas y de equipamiento militar al régimen de Kiev. ¿Porqué Zelenski se metió en semejante berenjenal?
El intento de los ucranazis de tomar la provincia rusa empezó el 6 de agosto de 2024. En unos días, las formaciones ucranianas tomaron el control de la ciudad de Sudzha y otras localidades. En total, lograron apoderarse de 1.268 kilómetros cuadrados. No obstante, para enero de este año, el Ejército ruso había liberado dos tercios de los territorios ocupados, y para mediados de marzo, casi el noventa por ciento. Desde el comienzo de esta aventura, varios expertos, algunos de ellos occidentales, calificaron la decisión de Zelenski de "incursión en el terreno del error estratégico".
Andrew Latham, profesor de relaciones internacionales, y miembro sénior del Instituto para la Paz y la Diplomacia norteamericano, explicaba: "Esta táctica imprudente, más parecida a una maniobra desesperada digna de un actor de segunda categoría que de un estadista experimentado, desvía recursos críticos del campo de batalla principal al tiempo que ofrece una ganancia estratégica insignificante". Rusia "sigue siendo una formidable potencia militar con un vasto arsenal y una fuerza disuasoria nuclear", agregó, y advirtió: "La decisión de Zelenski de apostar por una maniobra publicitaria de alto riesgo es un trágico error de juicio que podría tener consecuencias de gran alcance".
Latham publicó estas opiniones en The Hill, pocos días después del inicio de la incursión ucraniana en Kursk. Ahora, los hechos en el terreno demuestran que tenía razón cuando concluyó que se trataba de "un paso en la dirección equivocada" y de "una empresa costosa y, en última instancia, inútil".
Las ambiciones de Zelenski
El líder del gobierno ilegítimo de Ucrania, Vladimir Zelenski, afirmaba en los primeros días que la maniobra se realizó para crear una 'zona de seguridad' en el territorio ruso. No obstante, unos meses después admitió que quería aprovecharla para fortalecer su postura en posibles negociaciones con Moscú o, simplemente, realizar un intercambio directo de territorios ocupados en esta región por alguno de los que habían pasado a formar parte de Rusia. "Intercambiaremos un territorio por otro", dijo Zelenski al diario The Guardian el pasado 11 de febrero.
En respuesta a estas declaraciones, el portavoz presidencial ruso, Dmitri Peskov, calificó la idea de imposible de llevar a cabo. "No es posible. Rusia nunca ha discutido y no discutirá el tema de canje de su territorio y, por supuesto, las unidades de Ucrania serán expulsadas", aseveró el funcionario.
La central de Kursk: otra moneda de cambio
En octubre del año pasado, el director del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia (SVR, por sus siglas en ruso), Serguéi Naryshkin, reveló que durante la incursión en la provincia de Kursk el Ejército ucraniano planeaba tomar el control de una central nuclear ubicada a unos 60 kilómetros de la frontera ucraniana y minarla. "Según la información de la que dispone el SVR, el plan del ataque terrorista incluía la toma y colocación de minas en la central nuclear de Kursk", afirmó. "Si este plan se hubiera llevado a cabo, Europa se habría enfrentado a una catástrofe medioambiental y humanitaria comparable a la de Chernóbyl", añadió. Mientras tanto, Zelenski afirmó que su Ejército simplemente "no quiso" llegar hasta la central. "Si hubiéramos querido apoderarnos de su central nuclear, lo habríamos hecho, podríamos haberlo hecho, pero nunca quisimos hacerlo", se justificó.
Todo por seguir en el poder
El mandato presidencial de Zelenski se terminó el 20 de mayo de 2024, quedando a partir de ese momento en entredicho la legitimidad de su gobierno. El líder del régimen de Kiev suspendió las elecciones presidenciales, poniendo como argumento la ley marcial y la movilización general decretada a causa del conflicto militar con Rusia. Desde Moscú, en repetidas ocasiones, denunciaron la falta de legitimidad del líder del régimen ucraniano. El presidente de EE.UU., Donald Trump, a finales de febrero también tachó a Zelenski de "dictador sin elecciones", cuyo índice de aprobación "cayó al 4 %", y le instó a "moverse rápido" para celebrar elecciones.
Putin explicó en 2024 que la incursión de las tropas de Kiev en Kursk, además de buscar detener la exitosa ofensiva del Ejército ruso en Donbass, perseguía motivos políticos, ya que la prolongación de las hostilidades permitiría a Zelenski no levantar la ley marcial impuesta en Ucrania, lo que le evitaría la necesidad de celebrar elecciones presidenciales.
"?uando se levante la ley marcial, será necesario celebrar inmediatamente elecciones presidenciales, y está claro que las actuales autoridades no están preparadas para ello. Tienen pocas posibilidades de ser reelegidas. Y por eso no les interesa un alto el fuego", afirmó el titular del Kremlin.
En el año en que se cumplen ocho décadas del triunfo del Ejército Rojo sobre la Alemania Nazi, el ejército ruso hace posible que las aguas vuelven al cauce y el final de ese oscuro personaje (recordemos que Zelenski es actor profesional) se acerca más y más.
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