Menos fecundidad, menos matrimonio y violencia instalada

Así lo dice un reciente informe sobre la composición de las familias de nuestro país elaborado por el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad de la Universidad Austral, que examina los últimos 30 años. Evalúa, principalmente, el espacio de la mujer en torno a las estructuras y relaciones vinculares. Para obtener estas conclusiones se analizaron datos tomados de distintas fuentes de información de relevancia nacional e internacional, como el Instituto Nacional de Estadística y Censos, CEPAL y Voices Consultancy, entre otros.
La composición familiar se ha modificado bastante en los últimos treinta años; los números lo dejan en claro. Desde el Observatorio del Desarrollo Humano y la Vulnerabilidad, las investigadoras Dolores Dimier de Vicente y Lorena Bolzon analizaron cómo ha sido ese cambio en nuestro país y el espacio de la mujer en torno a las estructuras y relaciones vinculares.
Las investigadoras señalan que, desde el siglo pasado, comenzó un cambio de una intensidad sin precedentes en la historia de la humanidad que se refleja en nuevos patrones de fecundidad, mortalidad, migración, urbanización y envejecimiento. 'La mujer, por su rol en el hogar, pero también por su aporte social, resulta ser una de las figuras más trascendentes del entorno familiar. De allí la necesidad de entender los cambios internos y externos que le han sucedido en estos treinta años. Su cuidado, protección e impulso para el desarrollo son fundamentales para crear una sociedad más justa en todos sus ámbitos, desde la reducción de la pobreza hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de niñas y niños', sostienen las autoras del trabajo.
Menor fecundidad
Según el Censo de 2022, la población argentina muestra una marcada disminución de la fecundidad. Se registran menos hijos nacidos vivos por mujer a nivel nacional: de 1.533.421 mujeres con más de 5 hijos en 2001 a 608.617 mujeres con la misma cantidad de hijos en 2022. La edad promedio de las madres al dar a luz va aumentando en los últimos años; esto refleja un cambio hacia la maternidad en edades más avanzadas en comparación con décadas anteriores y, a la vez, marca una mejora respecto de otra problemática: la maternidad adolescente. Desde 2021, la tasa mayoritaria de nacimientos se produce en mujeres de 25 a 29 años y el segundo lugar lo ocupa la franja etaria entre 30 y 34 años. Y es posible observar un aumento en la maternidad de mujeres en el rango 35-39 y 40-44 años. Por su parte, la maternidad en menores de 19 años va en claro descenso en la última década.
Matrimonio y divorcio
A nivel nacional, el índice de nupcialidad, que indica la cantidad de matrimonios por cada mil habitantes, señala tasas variables con una tendencia a la baja entre 2001 y 2022. La CABA es la jurisdicción con mayor índice de nupcialidad (4,4), seguida por las provincias de Misiones (3,7) y Neuquén (3,4). Por otra parte, aumenta la convivencia fuera del matrimonio: el Censo Nacional de Población contabilizó para 2010 un 18% de personas de 14 años y más que conviven en pareja fuera del matrimonio. El estudio también señala que existen menos hogares de estructura conyugal. Asimismo, el reconocimiento de matrimonios o uniones del mismo sexo también modificó la estructura de los hogares. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires las estadísticas de 2010 indican que el matrimonio varón-mujer representaba el 97% del total de uniones, las uniones varón-varón el 2% y las de mujer-mujer el 1%. En 2022, los registros pasaron a ser de 93%, 3% y 3% respectivamente. Idénticos porcentajes se registran en el mismo año para las uniones civiles y convivenciales del mismo sexo registradas en la Capital. Mientras, los hogares unipersonales mantienen proporciones estadísticamente regulares entre los censos de 1991 a la actualidad y los hogares multipersonales van en disminución: en 1991 estos representaban el 86% y en el último censo se registran valores cercanos al 80%.
Finalmente, las estadísticas reflejan una marcada jefatura monoparental femenina (más del 50% entre 1991 y 2010). En estudios recientes, 8 de cada 10 hogares de tipo monoparental se encuentran a cargo de mujeres (INDEC, 2024).
Violencia, un problema en creciente desarrollo
Claramente, la violencia contra la mujer sigue registrándose con índices alarmantes. Si bien son varias las normas y políticas que en los últimos años se adoptaron para combatirla, todavía no se aprecian resultados suficientes: 9 de cada 10 personas jóvenes y adultas afectadas son mujeres. Según las estadísticas de la Oficina de Violencia Doméstica, dependiente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, a lo largo de los años, el grupo de personas más afectado fue el de mujeres jóvenes y adultas, de entre 18 y 59 años, seguido por el de niñas, niños y adolescentes.
Las estadísticas dan cuenta de que en más del 90% de los casos de violencia doméstica, víctima y victimario están unidos por un vínculo de pareja o un lazo filiatorio. A partir de los 18 y hasta los 59 años, el tipo de vínculo más usual entre personas afectadas y denunciadas es el de pareja, registrando porcentajes superiores al 80% en los rangos que van de 22 a 49 años.
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