Orgullosxs

El 4 de noviembre se celebró en nuestro país la Marcha del Orgullo, miles de personas se reunieron en Capital Federal y otras ciudades, desde las 15:00, para ser parte de un desfile con música, carrozas y celebridades. 'Durante mucho tiempo se denominó 'Marcha del Orgullo Gay' y ahora sencillamente es Marcha del Orgullo, se entiende que incluye a todas las minorías sexuales', comienza destacando Mariano Rato en su columna radial de Arrancamos Tarde en FM Ultra 98.9.

Se trata de una celebración, y como toda celebración o fiesta, la gente lo disfruta como quiere, también tiene una connotación de liberación', explica Rato acerca del comentario que usualmente se hace de las marchas en las que dicen que las personas allí 'se disfrazan'. 'Durante mucho tiempo las minorías sexuales tuvieron que ocultarse, ocultar su cuerpo y su cara, es un gran trauma ocultar tu verdadera esencia frente a la sociedad porque vivís tu vida mostrando algo que no es, se trata de un gasto anímico, psíquico y energético descomunal. Ahora se va a las Marchas del Orgullo porque hay algo que manifestar, que decir, se pone el cuerpo y se lo hace en la calle, porque también hacerlo era de un riesgo muy alto', señala el psicólogo. 

El rol de los medios de comunicación

'Ser una minoría sexual, creo yo, continúa siendo traumático incluso hoy en la Argentina' pero a pesar de ello, Mariano Rato hace hincapié en el rol comunicacional, 'hoy existen personas que se manifiestan abiertamente como homosexuales pero hace relativamente poco tiempo esto no sucedía, cuando yo era adolescente no tenía un referente claro ni en los medios de comunicación ni tampoco en la vida cotidiana. Era algo de lo que no se podía hablar', destaca. 

'En los medios de comunicación había solamente un prototipo de minoría sexual y estaba muy estigmatizado, no abarcaba todo el espectro, amplitud y la diversidad de lo que se podía o implicaba ser', agrega Rato. 

Una diferencia clave

'Cuando vos pertenecés a una minoría de otro tipo donde vos podés sufrir discriminación, al llegar a tu casa, tu hogar es tu refugio porque generalmente tus padres, por ejemplo, van a tener tu misma religión, su mismo país de origen o cualquier otra variante, ellos van a entenderte y acompañarte. Cuando se pertenece a una minoría sexual, la casa se transforma en una especie de campo de batalla donde también tenés que continuar ocultando quien sos, te hostigan en el colegio, en un club, no tenés amigos a quienes contarles lo que te pasa, estás continuamente fingiendo ser otra persona', remarca el psicólogo. 

Durante mucho tiempo, aclara, se creía que la orientación sexual no era normal y que 'eso estaba mal' por lo tanto debía ser modificado. Ante esto, asegura entender 'el dolor que sienten muchas familias cuando se enteran, cuando sospechan que algunos de sus familiares, alguno de sus hijos se les 'escapa' o se 'desvía' de la heteronorma, porque hay muchos conceptos arcaicos latentes'.

También hizo referencia a las 'terapias de conversión'; se trata de espacios donde hay determinados líderes religiosos o psicoterapeutas que llevan a cabo medidas con el objetivo de 'cambiar la orientación sexual de la persona'. 'No funcionan porque eso no se puede cambiar, es parte del sentido de pertenencia o el género que cada cual tiene, además, este tipo de 'terapias' son sumamente traumáticas'. 

De esto SÍ hay que hablar

¿Por qué exponer este tema?, es la pregunta que muchas veces señala el psicólogo que le hacen. 'No solamente me parece importante desde el punto de vista psicológico sino también me interpela en términos personales, yo soy gay. Es un tema que me da pereza hablar, no suelo traer aspectos privados y me relaciono con un grupo reducido de personas, pero me parece absolutamente fundamental hablarlo porque es darle al otro -cuando se habla de estas cuestiones- un referente próximo y cercano. Así sea al pibe que me puedo cruzar en el supermercado, en un restaurante, porque cuando yo fui chico esos referentes no existían, ni en la sociedad ni en los medios de comunicación', explica y agrega, 'yo no conocía a nadie que se declare abiertamente gay, eso no me permitía marcar un rumbo por dónde seguir.'

BISEMANARIO CHACABUCO.