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Vascos

23/01/2025
Vascos

Por Manuel Barrientos

 

Ander Herrera debutó anoche en Boca por Copa Argentina. Como Iker Muniain, el barbado volante de San Lorenzo, Ander proviene del Atletic de Bilbao. Aunque parezca una excentricidad, retoman una historia muy rica de futbolistas vascos que jugaron en clubes argentinos.

Año 1937. La Guerra Civil ha estallado un año antes. El lehendakari (presidente de la Comunidad Autónoma del País Vasco) es José Antonio Aguirre: jugador del Athletic Club, abogado, militante del Partido Nacionalista Vasco y dueño de la fábrica de chocolate 'Cho-Bil'.

Para contrarrestar el golpe de Estado del general Franco, organiza el Ejército Vasco. Pero también decide convocar a los mejores jugadores del País Vasco para formar una selección que viajara por Europa, para recaudar fondos para la guerra y para abastecer de comida y transporte a los niños vascos, de modo que lograran sortear los desastres de la guerra. 

A la selección se la bautizó como Euzkadi (así, con 'z', en honor al fundador del nacionalismo vasco, Sabino de Arana y Goiri, que escribía Euskadi así con 'z'). La base del equipo la formaban jugadores del Athletic, pero también que otros que venían del Oviedo, el Sevilla y el Barcelona, e incluso en el Real Madrid, caso del irundarra Luis Regueiro.

El 24 de abril de 1937 empezó la gira. Debutaron contra el Racing de París, campeón de Francia, en el Parque de los Príncipes. El resultado fue una derrota 0 a 3 para los vascos con una gran actuación de Isidro Lángara, quien marcó los goles del encuentro.

Al día siguiente la Legión Cóndor, encabezada por el general nazi al servicio de Franco, Wolfram von Richthofen, bombardeaba Guernica, la ciudad enclavada en el corazón del País Vasco y considerada su capital cultural e histórica, quitándole la vida a más de 300 civiles.

Como homenaje a las víctimas, los jugadords se juramentaron ganar los próximos encuentros. Así lo hicieron.

Los éxitos resonantes generaron que recibieran invitaciones de otros países europeos. En Polonia le ganaron a la selección de la región de Silesia por 5-4. 

Llegó el turno de Moscú. El compromiso de la Unión Soviética con el bando republicano hace que jugadores vascos fueran recibidos como héroes. Se alojaron en el Hotel Metropol de la capital soviética. 

90 mil soviéticos asistieron al triunfo del Euskadi por 5 a 0 al Lokomotiv.

Luego siguieron: 1 a 0 al Dínamo de Moscú; empataron 2-2 con el Dínamo de Leningrado; le ganaron al Dínamo de Kiev; a la selección de Georgia; al Dinamo de Minsk. Solo perdieron por 6 a 2 contra el Spartak de Moscú. Se dice que el fútbol soviético cambió para siempre tras esa gira.

Visitaron a un grupo de 500 niños de la guerra, que estaban refugiados en Rusia procedentes del País Vasco.  Durante la gira, recibieron una dura noticia: Bilbao había caído y la expedición se llenó de incertidumbre. El Gobierno Vasco en el exilio les pidió que no abandonaran la misión. Aceptaron, aunque algunos jugadores decidieron regresar a casa.

Ganaron a Noruega y lograron un rotundo 11 a 1 frente a Dinamarca.

Regresaron a Francia y desde ahí  se embarcaron con destino a América: Nueva York y luego La Habana.

En México jugaron diez partidos: ganaron todos. 

La sucesión de triunfos hizo que en Argentina se interesatan por este equipo de exiliados. Los cinco grandes (Boca, River, San Lorenzo, Racing e Independiente) solicitaron jugar contra Euzkadi. 

Viajaron hasta Buenos Aires, pero cuando llegan las autoridades argentinas negaroan los permisos para jugar. 

En Cuba jugaron en campos de béisbol: le ganaron al Centro Gallego de La Habana y le hicieron media docena a la selección de Cuba.

En 1938 se inscribieron para jugar en la liga mexicana. Con el nombre de Club Deportivo Euzkadi terminaron el campeonato con 13 victorias, dos empates y tres derrotas, sólo por detrás del Club de Fútbol Asturias.

1939. La guerra terminó. El equipo se desintegró. Ángel Zubieta, Isidro Lángara, Emilín (Emilio Alonso) y José Iraragorri ficharon para San Lorenzo de Almagro. 

El arquero Blasco, Cilaurren y Aedo se sumaron a River Plate.

Dos figuras se destacaron:

Lángara tiene un récord en la selección de España: jugó en 12 y anotó 17 goles. En su primera etapa con el Oviedo jugó 220 partidos oficiales y marcó 281 goles. Fue goleador en el 34', 35' y 36' de la Liga Española. Fue el primer jugador en marcar tres hat tricks—tres goles en un partido— en tres jornadas consecutivas. Cuando estalló la guerra, no dudó en tomar las armas para defender al Frente Popular, enrolándose en el bando republicano. 

El fichaje oficial de Lángara por San Lorenzo de Almagro fue muy difícil. El encargado de boicotearlo, con órdenes estrictas de Franco, fue el teniente coronel Julián Troncoso quien intentó desde Madrid prohibirle su participación en la Liga argentina argumentando que Lángara pertenecía a la Federación Española de Fútbol.

En su partido de debut, tras muchas horas de barco, Lángara saltó al campo para jugar en el San Lorenzo contra el eterno rival River Plate. Los primeros 45 minutos fueron imborrables: Lángara marcó cuatro goles; a los 7', a los 13', a los 21' y a los 39.

Jugó 4 temporadas en el Ciclón, con un total de 121 partidos en Primera División y 110 goles.

Después de pasar por el fútbol mexicano y regresar al Oviedo en 1946, se destacó como técnico. En 1955 dirigió a San Lorenzo.

Por su parte, Ángel Zubieta tenía el récord de precocidad de la selección española: debutó en 1936 a los 17 años. Jugó trece temporadas en el Ciclón: 352 partidos. Fue capitán del equipo campeón de 1946. Después de ese título, San Lorenzo realizó una célebre gira por Europa que incluyó dos victorias con marcador de tenis ante la selección española: 7-5, 6-1. También le ganó 10-4 contra Portugal.

La gira añadió un partido en Galdacano, pueblo natal de Zubieta. El cotejo se hizo para que la madre de Zubieta pudiera ver jugar a su hijo después de diez años de exilio. Dirigió al Deportivo Español en los años 50 y 60 y participó en los ascensos de la D a la A. Murió en 1985 en el Hospital Español de Buenos Aires. En algún momento le preguntaron su mayor sueño y respondió: 'Mi mayor anhelo sería dirigir el equipo de un club con dirigentes íntegros y derechos como creo serlo yo'.

Sabrán Herrera y Muniain de estás historias?

 

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